Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

domingo, 28 de abril de 2013

LOS NOMBRES DE LAS COSAS


Rafael Navas Renedo, publicado en el Diarío de Cádiz el domingo 28 de abril de 2013.


POR qué lo llaman movilización cuando quieren decir vandalismo? ¿Por qué se habla de acto de protesta cuando se trata de un sabotaje? ¿Dónde está la reivindicación de unos trabajadores cuando lo que vemos es un acto protagonizado por salvajes? La perversión del lenguaje es una realidad establecida que está haciendo mucho daño a este país. Cuando a las cosas no se las llama por su nombre y se saca un catálogo de eufemismos políticamente correctos, se dibuja interesadamente el escenario de un mundo que no existe. Con independencia del objetivo que buscaban, los autores materiales de los destrozos en el puente Carranza el pasado jueves son unos delincuentes y denominarlos de otra forma sólo contribuye a prolongar el problema y a hacerle un flaco favor al colectivo al que creen representar.

El vocabulario político y sindical está lleno de palabras y expresiones que disfrazan los hechos a conveniencia. Desgraciadamente, la crisis ha enriquecido el diccionario de las ambigüedades, perífrasis y los circunloquios porque hablar claro, describir con crudeza lo que pasa, cada vez cuesta más a quienes subsisten a base de réditos electorales. Y lo cierto es que han conseguido el objetivo de que en muchas ocasiones los ciudadanos acabemos utilizando ese lenguaje dañino a base de escucharlo repetitiva y machaconamente.

Que a la masiva emigración de jóvenes españoles la denomine la ministra de Trabajo "movilidad exterior" es uno de los ejemplos más recientes de todo esto. Tal vez,en el Gobierno creen que, arrinconando determinadas palabras del diccionario, van a causar mejor respuesta en los mercados y menos sufrimiento en los ciudadanos. Pero se equivocan. Lo que al final consiguen con ello es incrementar la indignación entre una población que, es posible, se encuentre bastante hastiada, pero que no es tonta.

En el Consejo de Ministros del pasado jueves no se aumentaron los impuestos, sino que hubo "novedades tributarias". La invasión de neologismos parece no tener fin en la presente legislatura, cuando creíamos que aquella resistencia de Zapatero a hablar de crisis en la anterior era una conducta aislada. Gobernar, lo estamos viendo de nuevo, acaba conduciendo a un ejercicio de camuflaje de la realidad cuando ésta es incómoda o desagradable. Desahucios, rescate financiero, repago (en lugar de copago), amnistía fiscal, subida del IVA, privatización, abaratamiento del despido y un largo etcétera son palabras prohibidas para quienes han sido elegidos por los ciudadanos para que les digan la verdad. Sin tapujos.

Hace unos días se celebró el Día del Libro, la fiesta de las letras que invita a la lectura. El Diccionario de la Lengua Española es la mejor herramienta para saber qué es lo que realmente está pasando, un manual de supervivencia para tiempos difíciles

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