Cuando algunos ciudadanos hemos decidido asociarnos “en defensa de los intereses de la Bahía de Cádiz” es porque no consideramos que esto lo estén haciendo nuestros políticos locales que nos gobiernan. El enfrentamiento permanente entre los principales partidos políticos (PP-PSOE) que dirigen nuestras administraciones públicas más cercanas (Ayuntamiento, Diputación Provincial y Junta de Andalucía) hace que nos asociemos en defensa de los intereses ciudadanos por encima de los intereses de partido que es lo que en la actualidad ocurre. La partitocracia existente, el clientelismo político y la prevalencia y supremacía de los intereses del partido de cara a unos réditos electorales a corto plazo nos hace dudar de que se busque y se mire por los intereses generales de los ciudadanos y su mejor calidad de vida.
Si cada cuatro años nos acercamos a las urnas con fe y esperanza en que nuestro voto es un importante eslabón en la cadena democrática de la que forman parte los partidos políticos, las instituciones y las administraciones, este ánimo democrático se diluye al observar actitudes y omisiones por parte de nuestras administraciones dirigidas por “hombres de partido”. No les damos nuestro voto para el beneficio y la prosperidad de estos partidos, ni para que se enfrenten entre ellos en caso de administraciones con diferente color político, ni para que retrasen proyectos importantes según beneficie al partido propio o perjudique al opositor- que no, enemigo- sino para que rijan nuestros destinos como ciudad, provincia o comunidad autónoma, para que gobiernen la ciudad y administren nuestros impuestos de la forma más leal y eficaz en beneficio de la ciudad.
En los últimos años, como ciudadanos que somos, hemos visto, comprobado y sufrido este continuo enfrentamiento el cual ha devenido en un lamentable deterioro de las instituciones, en bochornosos espectáculos dentro de éstas y en retrasos injustificables de numerosos proyectos (hoteleros, de equipamiento, infraestructuras) que han perjudicado de manera importante el nivel y la calidad de vida de los gaditanos y su entorno.
La clase política y los principales dirigentes de los partidos políticos deben tomar buena nota del sentir general de los ciudadanos y, más si cabe, cuando las sensibilidades de las personas están a flor de piel dada la situación económica y social en la que nos encontramos actualmente. Los partidos deben sacar provecho de esta crisis, que también es política, para hacer un esfuerzo en volver a recuperar la confianza del pueblo pero para ello necesitan reformas internas duras y valientes en las que primen el servicio a los demás y el interés general por encima del beneficio propio y el del partido. Es posible que si continúan con la dinámica que han llevado en los últimos años pueda peligrar nuestro sistema democrático hasta llegar a diezmarlo.
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