Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

lunes, 31 de enero de 2011

La reforma de las pensiones merecía otra huelga general

Publicado en El Confidencial (31/01/2011)

Por Carlos Fonseca

La reforma de las pensiones merecía otra huelga general
A las cosas hay que llamarlas por su nombre, y lo que han hecho los sindicatos con el “gran pacto social” de las pensiones ha sido claudicar ante Rodríguez Zapatero. Durante meses nos han dicho que retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años era inasumible e injusto. El pasado diciembre incluso convocaron una manifestación para oponerse a la medida y amenazaron con otra huelga general si el Ejecutivo no variaba el rumbo. Finalmente se han rendido. Han transigido con la jubilación a los 67, con el endurecimiento de las condiciones para tener derecho a la pensión máxima, y con el recorte de la cuantía de la pensión de los futuros jubilados. No hay más que ver el gesto satisfecho de la patronal para saber quién ha ganado y quiénes hemos perdido. Y atención, porque la edad de jubilación se revisará cada 5 años en función de la esperanza de vida.
Cándido Méndez (UGT) e Ignacio Fernández Toxo (CCOO) dicen que han conseguido suavizar la reforma que pretendía Zapatero “el dialogante”. Es cierto; tanto como que hoy tenemos menos derechos que ayer. A partir de ahora serán necesarios 38 años y 6 meses (esto es hilar fino y da cuenta del regateo que ha debido ser la negociación) para poder jubilarse a los 65 con el 100% de la pensión. Para quienes las cuentas no les alcancen, tengan que jubilarse a los 67 años y aspiren a hacerlo con la pensión íntegra, tendrán que acreditar 37 años de cotización. Hasta ahora bastaba con tener 65 años y 35 cotizados para jubilarse con el 100%. Más aún, con un 24,8% de temporalidad, ¿alguien cree que es posible encadenar tan largos periodos de cotización para tener derecho a la pensión íntegra? ¿Hemos perdido, o no?
Sigamos. Actualmente, menos de la mitad de los trabajadores que se jubilan tienen acreditados tantos años de cotización, de modo que pueden hacerse una idea de qué porcentaje cumplirá con los nuevos requisitos requeridos y cuántos jóvenes lograrán alcanzar tales cifras con un paro del 40% entre los que tienen 16 y 24 años, el doble que en la Unión Europea y 4,4 veces más que Alemania, donde lo sufre un 9%. Gobierno y sindicatos han condenado a nuestros jóvenes a una jubilación precaria. No nos lamentemos de que los más preparados busquen su futuro laboral en otro país, en el que revertirá la formación que ha pagado el Estado. Esto si que es un derroche de dinero y de talento.
A la vista está que la reforma no beneficia a los trabajadores, pero a los sindicatos les ha podido el miedo a convocar otra huelga general por el irregular seguimiento que tuvo la del pasado 29 de septiembre contra la reforma laboral, cuando ahora estaba tan justificada como entonces
Una de las novedades, ésta sí positiva, es que las madres que hayan interrumpido su carrera laboral para cuidar de sus hijos tendrán derecho a 9 meses de cotización por cada uno de ellos, con un máximo de 24 meses. Dividan y verán que para aprovechar al máximo esta prestación pueden tener dos hijos (18 meses cotizados) y dos tercios del tercero (6 meses) para completar los 2 años. Pero bueno, como la tasa de natalidad es tan baja, para qué preocuparnos.
Por último, el periodo de cálculo de la pensión, que actualmente se hace con los 15 últimos años, pasará a ser de 25. El resultado es que el importe final será menor, aunque con esta medida saldrán beneficiados (menos mal) los trabajadores que se han quedado en paro en el último tramo de su vida laboral, con las dificultades que conlleva para encontrar una nueva ocupación. Imagínense a una persona que tras cotizar 30 años, por ejemplo, pierde su empleo al cumplir los 50. Como los 15 últimos no cotizará salvo que alguien le contrate de nuevo, lo perderá todo.
A la vista está que la reforma no beneficia a los trabajadores, pero a los sindicatos les ha podido el miedo a convocar otra huelga general por el irregular seguimiento que tuvo la del pasado 29 de septiembre contra la reforma laboral, cuando ahora estaba tan justificada como entonces. Han tenido miedo a no ser capaces de arrastrar a una clase trabajadora que hace tiempo optó por el desistimiento. A fin de cuentas, es mucho más cómodo besar la mano de quien te paga que enfrentarse a sus abusos. Muchos trabajadores han terminado asumiendo que la reforma laboral y la de las pensiones eran imprescindibles, y además en los términos que planteaba el Gobierno siguiendo órdenes de los mercados. Lo sindicatos no han sabido cambiar esta percepción. A todo esto lo llaman “el gran pacto social”, producto de un ejercicio de responsabilidad.
Como buen trilero, Rodríguez Zapatero jugaba con las cartas marcadas en la negociación de las pensiones. O se acordaba lo que él proponía (con alguna concesión) o sacaba adelante la reforma en el Parlamento con el apoyo de CiU y PNV. Los dos partidos nacionalistas mayoritarios han dejado claro lo que son: derecha pura y dura, por más que reclamen la independencia. Una nueva huelga general habría sido un ejemplo de rebeldía ante el mayor recorte de derechos en muchos años; pero ha vencido el pragmatismo mal entendido.
Las pensiones nos han hecho olvidarnos de la reforma laboral. La hemos deglutido sin más, pero de su eficacia da cuenta la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre del pasado año: 4.696.600 parados y subiendo. Un 20,3% de la población activa; uno de cada cinco trabajadores. Más de dos millones de ellos llevan al menos un año buscando ocupación, y en 1.328.000 hogares no entra ningún salario porque todos sus miembros activos están desempleados. ¿Son sólo cifras? ¿Qué espera el Gobierno que hagan estas personas? Me produce vergüenza ajena escuchar a Valeriano Gómez, el ministro sindicalista de Trabajo, decir al término del Consejo de Ministros del pasado viernes que la crisis ha tocado suelo, y con ella la destrucción de empleo. No me lo creo. Ya su antecesor en el Ministerio del Paro, Celestino Corbacho, afirmó que nunca llegaríamos a los cuatro millones de desempleados y vamos camino de los cinco.
Déjenme que reitere algo que ya saben: cuando Zapatero deje la presidencia del Gobierno en 2012, con 51 años de edad, 25 de ellos como parlamentario, tendrá garantizada una pensión vitalicia y un puesto de trabajo como miembro del Consejo de Estado. Y les recuerdo que la reforma de nuestras pensiones no afecta a las de sus señorías (diputados y senadores) que con 11 años en su escaño tienen derecho a cobrar el 100% de la pensión máxima, aunque no volvieran a cotizar hasta su jubilación ni llegasen a hacerlo 38 años ymedio. Además, pueden adelantar su jubilación a los 60 años si han cotizado 40. Dicen que van a acabar con el privilegio de las pensiones parlamentarias, pero lo primero que han hecho ha sido modificar las nuestras. Cuestión de prioridades.
Pactar no siempre es lo mejor cuando una parte se lleva todo y la otra recoge las migajas. En este caso es mejor luchar, aunque se pierda.
Hasta el próximo lunes.

viernes, 28 de enero de 2011

Modelos de cambio científico, de Anna Estany

ELRINCON DE LOS LIBROS RECOMENDADOS. 28.1.11.

Por Ignacio Moreno Aparicio

“MODELOS DE CAMBIO CIENTIFICO” de Anna Estany.

Editorial Crítica. 1990. 233 Págs.

Anna Estany, nacida en Balaguer (Lérida), se licenció en Filosofía en la Universidad de Barcelona. Después de unos años de dedicación al periodismo y posteriormente a la enseñanza de la Filosofía en la Escuela de Formación del Profesorado de EGB de la Universidad de Barcelona, amplío estudios en el campo de la filosofía de la ciencia, obteniendo el Master of Arts en la Universidad de Indiana ( EE.UU. ). Actualmente es profesora de Lógica y Filosofía de la Ciencia en el Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde desarrolla su actividad docente e investigadora.

La filosofía de la ciencia tiene como objeto propio de estudio las teorías científicas y, en tanto que teorización de segundo grado, las analiza en sus dimensiones sincrónicas y diacrónica. Desde sus orígenes, la filosofía de la ciencia se ha centrado en la construcción de modelos metateóricos que den razón de la estructura, justificación y formalización de esas teorías. Pero su capacidad no es tan evidente cuando su objeto es construir modelos de dinámica científica. Con todo, esa perspectiva se introduce cuando en los años sesenta la historia de la ciencia irrumpe en la filosofía de la ciencia con la llamada “nueva filosofía de la ciencia”, y hoy ya está fuera de duda la decisiva importancia de la dinámica de la ciencia dentro de la filosofía de la ciencia.

En Modelos de cambio científico, Anna Estany aborda la elaboración de modelos que expliquen, precisamente, los cambios experimentados por la ciencia. Para ello, parte de tres modelos de cambio científico, el de Thomas Kuhn, el de Imre Lakatos y el de Larry Laudan, y los aplica a la revolución química del siglo XVIII, lo que le permite comprobar hasta qué punto dichos modelos encajan en este caso de la história de la química y son apropiados para explicarlo. Tratando de llenar algunos de los vacíos y parcialidades explicativas hallados en dichos modelos, la autora propone aquí un nuevo enfoque para abordar la dinámica científica, cuya originalidad reside en que dicho enfoque no pretende ser un modelo más, sino un auténtico generador de modelos.

jueves, 27 de enero de 2011

El furor reformista, por Josep Ramoneda

Publicado en El País (27/01/2011)

Ya en verano de 2008 hubo en el entorno de Zapatero quien le aconsejó anunciar un par de reformas duras que pusieran a la ciudadanía en situación para afrontar la crisis. Se venía de unos años en que todo parecía posible. Era necesario que la gente se diera cuenta de que los tiempos habían cambiado y que el Gobierno estaba dispuesto a jugar fuerte. Zapatero no escuchó. Porque no se acababa de creer que hubiera llegado el final de unos tiempos en que, en sus propias palabras, "daba gusto gobernar sobrando el dinero". Y porque todavía pensaba que había margen para tomar decisiones, más allá de las previsibles recetas ortodoxas de los que manejan el dinero en la tierra. Desde mayo pasado, Zapatero se ha puesto al frente de las reformas, primero haciéndose el remolón, prometiendo más que concretando, ahora con la fe del converso.

Esta semana está siendo el momento culminante del despliegue reformista. Y las prisas están generando improvisaciones que dejan demasiados flancos abiertos. Tenemos un ejemplo de ello en la lamentable historia de la ley Sinde. Presionado por sus lobbies familiares, el Gobierno presentó una chapuza que, después de pactar su reforma con el PP, es una chapuza y media. Por el camino se ha permitido el lujo de regalar a su adversario político la increíble imagen de ser más garantista y más amigo de los internautas que el PSOE. Con un éxito añadido para la derecha: la promesa de reconducción del canon digital, una tasa escandalosa que obliga a pagar por usos que no se han hecho. Otro ejemplo, la repentina presentación de un plan de privatización de las cajas, que antes de nacer ya se da por incompleto, y que demuestra que el presidente no ofrece resistencia ante la voluntad depredadora de los inversores. La tercera desamortización (antes fueron la de las tierras y la de las empresas públicas, después vendrá la de los servicios) está en marcha. El Gobierno -es decir, los contribuyentes- pondrán el dinero necesario para sanear las cajas en situación más delicada para que después los inversores puedan comprar limpio y barato.

A un Gobierno que va justo de pilas, le es difícil estar en todo, en pleno furor reformista del presidente. Pero, ¿qué ha cambiado en las convicciones de Zapatero para hacer ahora a toda prisa lo que no se hizo en tres años? Fundamentalmente una cosa: se ha dado cuenta de que su descrédito es tal que su reelección sería imposible aunque lloviera dinero sobre España. Con lo cual, ha decidido renunciar a la reelección y reformar todo lo que le pidan, con la esperanza de que, dentro de algunos años, la historia, o más bien su letra pequeña, reconozca que durante el segundo mandato de Zapatero se llevaron a cabo las reformas que permitieron que la economía española entrara fortalecida en una nueva etapa. Naturalmente, para que esto sea así, se necesitan tres condiciones: que las reformas se lleven a cabo; que sean realmente las que necesita el país, que no tienen porque ser forzosamente las que convienen a los mercados; y que dentro de unos años la ciudadanía las perciba como beneficiosas. Ninguna de las tres cosas está garantizada. Ahora la gente traga porque está asustada, pero un día puede decir basta.

Puesto que Zapatero no va a presentarse, lo que le ocurra al PSOE en 2012 ya no es su principal preocupación. Por eso, repite que las reformas se harán en cualquier caso, con consenso o sin consenso. Es decir, que si fracasa el pacto con los sindicatos y la patronal, habrá reformas igualmente. No hay marcha atrás para el presidente. Y, sin embargo, cualquier candidato socialista a las municipales o a las autonómicas sabe que el pacto social es condición absolutamente necesaria, aunque no suficiente, para evitar la debacle. Sin el contrapeso que la firma de los sindicatos pueda representar para un sector del electorado de izquierdas no hay posibilidad de salvación.

Pero Zapatero se va y lo que ahora le importa es quedar como el presidente reformista. Su duda es el momento de anunciar su marcha: antes o después de las municipales. Muchos barones socialistas quieren que se pronuncie ahora porque creen que esto les dará votos. Si lo retrasa, dicen, las municipales se llevarán por delante a ellos y al presidente. Pero es perfectamente posible que anuncie su partida y se los lleven igualmente por delante. Estamos en un punto en que los intereses del partido y del presidente ya no coinciden. Este quiere pasar a la historia, el partido salvar los muebles.

miércoles, 26 de enero de 2011

PROSPERO 2011, CÁDIZ por Javier J. Ríos Almagro


(Publicado el 15.01.2011 en el Diario de Cádiz, en la sección "La Firma Invitada)
TRAS algunos meses, en unos días dejo Cádiz hacia Barcelona a buscarme la vida. A mis treinta y cinco años, no pasaba tanto tiempo seguido aquí desde chico, antes de marchar a Madrid a estudiar la carrera. Durante este 2010, desempleado, alquilé mi minúsculo piso de Barcelona para poder formarme, reciclarme, descansar y viajar. Todo un lujo que me he podido permitir trasladándome a casa de mis padres en mi ciudad natal.
Llegué en abril, la ciudad empezaba a entregar lo mejor de sí: luz, sol, días largos y mar que entrado mayo era ya todo abiertamente playa. Alegría. Después del otoño y el invierno en Barcelona, sentí esa seducción que aprecian tanto nuestros visitantes de primavera y verano y de la que tan conscientes somos los gaditanos. Era turista en mi tierra, con gastos pagados en casa de mi familia, junto al mar… La primavera fue fabulosa, tenía el proyecto de pasar el verano en Berlín, estudiaba alemán cada tarde en la Biblioteca de la Segunda Aguada, iba a la playa, al gimnasio de San Felipe, recorría en coche la provincia, que regalaba unos paisajes de verde fluorescente y cielos azules. Y las playas: El Palmar, Caños, Zahara, de Conil para abajo, una locura todo. Incluso sin salir de Cádiz, Cortadura es una playa maravillosa.
Mi propia ciudad me había seducido a los 35 años para cuando volaba a Berlín a finales de junio.
Volví en septiembre, mi apartamento de Barcelona me había aportado generosos ingresos durante el verano. Tras un agosto de perros en Berlín, septiembre me devolvía lo mejor del verano. De nuevo en Cádiz. Pensé "qué planazo": me busco un trabajito aquí, alquilo mi casa de Barcelona y a vivir en Cádiz.
Pero el verano se iba, el fulgor se transformaba en un fundido otoñal que culmina en esta Navidad negra, húmeda y ventosa, como la Bahía que describe Miguel Ángel García Argüez en su libro. El "otro Cádiz" emerge de su cintura de mar que de azul pasa a turbio marrón grisáceo.
Treintañeros que viven en casa de sus padres, sin ingresos, casi sin haber salido de la ciudad (pero ni a Jerez) y hacinados en bibliotecas estudiando oposiciones "de lo que sea". Sin vocación, sin motivación. Incultura, paro, resignación, inconsciencia, ignorancia, mentalidad obsoleta, personajes gaditanos que siempre son celebrados en un chiste tomando una cervecita al sol pero que bajo un temporal atlántico de noviembre se vuelven lúgubres y crudos: gorrillas, señoras en bata fucsia cojeando, grupos de adolescentes que han dejado de estudiar fumando porros en una plazoleta cualquiera. Mamá les da la paga, papá les paga el carné de conducir, un coche 'pa' ir al Bahía y salir de fiesta sábados. 'Pa' ir de Cádiz a Puerta Tierra o al revés. Más allá de San Fernando, lo desconocido… La novia, los coleguitas y listo, ahí se sienten fuertes y seguros porque además les han dicho que como se vive en Cádiz no se vive en ningún sitio. A partir de ahí, no se sabe muy bien qué… Eso sí, la careta nos la ponemos los gaditanos como nadie. Bendita careta de 'arreglarse' el sábado por la noche, pintarse como una puerta y engrasarse los rizos y a emborracharse en taconazos a Muñoz Arenillas. Jajaja Jijiji, venga 'pisha', otro cubatita que está la cosa fatal. Y lo bien que se vive aquí, y que esto es lo más bonito del mundo, "no vea tú", "esto es Cadi y aquí hay que mamá". Mamá, que no tengo "pa salí", dame 10 euros "pa echarle" gasolina al coche.
Pero es que "está to mu mal", es culpa de Z o de P, de Teo o de Fila, a ver quién viene a arreglarnos el asunto, desde fuera. Que vengan AVES de Madrid, subvenciones de la Junta, cruceros del Norte de Europa, que vengan turistas, subvenciones, hasta el segundo puente, que venga de Puerto Real. Que vengan el 2012, el 13 y el 14. O que pasen de largo…
Pero al gaditano, que nadie le venga a decir de fuera lo que tiene que hacer: salir de sí mismo, que sea Cádiz la que tienda un puente hacia fuera, hacia el resto del mundo y a los tiempos que corren. Esta península tartésica divina es nuestra cara y es nuestra cruz. Quién le dice al gaditano medio(cre) que tenga un poco de sentido crítico, que lea el Diario, que se levante, que se rebele, que estudie, que emprenda, que se arriesgue, que se asocie, que deje de mirarse el ombligo reflejado en el agua del mar, en el cielo azul o en el cubata de garrafón. Que eso es pan para el veranito y hambre para los inviernos. Y nos queda mucho invierno en este país hasta que vuelvan los calorcitos de los buenos trabajos y los buenos sueldos. La cosa está mala, sí, pero aquí en Cádiz está mucho peor que en otros sitios, siempre lo está.
Qué impopular resulta en mi ciudad hablar así, qué foráneo mi punto de vista. Y qué mezquino me siento por no tener más agallas y quedarme, emprender, arriesgar, rebelarme y levantarme. Pero ahora apremia la necesidad de encontrar un trabajo, no tengo ahorros ni perspectivas aquí. Los meses de paro que me quedan hay que invertirlos en buscar algo en Barcelona y rodearme de una atmósfera más motivante laboral, personalmente y a nivel vital. Soy consciente de que escribo esto en un momento bajo de ánimos, inquieto ante el futuro, es el último día del año, hacemos balance y escudriñamos qué es lo que nos traerá el tiempo venidero. Pero pese a eso no creo errar demasiado en mi visión de la situación de esta ciudad que cada vez se encuentra literalmente más "anclada" en el mar.
Ni el mar, ni la playa, ni el azul, ni la luz, ni el pescaíto, ni la Caleta, ni nuestra maravilla de casco histórico se van a esfumar. Las oportunidades, sí que pasan y no vuelven. Démonos los gaditanos la oportunidad de apostar a mejorar, miremos más a "los gaditanos" que hay tras esa abstracción deslumbrante que a veces es nuestra propia ciudad, madre y cárcel de mar.
Próspero 2011, primero a los gaditanos y luego a Cádiz. Venga la felicidad de esa prosperidad. Desde lejos, atento a lo que acontezca en este brazo de tierra, con la esperanza de poder algún día volver a prosperar yo también junto a ti.

martes, 25 de enero de 2011

Ajuste económico en la zona euro

Por Luis Riestra Delgado (economista).

Publicado en El Confidencial (25/01/2011)

Estos días de calma tras la tormenta por la deuda portuguesa y por la supuesta desactivación del presidente Zapatero de sus funciones, pueden ser propicios para que reflexionemos sobre nuestros desequilibrios económicos pendientes, que siguen ahí, y cuya realidad, independientemente de esta tranquilidad transitoria, llamará antes o después a nuestras puertas. Dichos desequilibrios macroeconómicos son los siguientes:
Primero: el desequilibrio en nuestras transacciones exteriores de bienes y servicios cercano al 5,5% del PIB. En la zona euro, en condiciones normales y con una buena gestión pública, que ya se ve que ni de lejos es nuestro caso caso, dicho desequilibrio en la cuenta corriente de la balanza de pagos produciría una contracción monetaria que reduciría el pasivo del sistema financiero, encareciéndose el crédito, lo que reduciría el consumo y la inversión, generándose así una deflación relativa con el resto del mundo; esto mejoraría los términos de intercambio, el país sería más competitivo y el sistema volvería al equilibrio. Estos déficits suelen cubrirse endeudándose temporalmente con un superávit forzado de la cuenta financiera y la de capital de la balanza de pagos, algo que suele traer aparejado un encarecimiento del financiamiento externo, o con reservas internacionales (las nuestras ya son muy bajas). Pero si llega un punto en que los inversores prevén que no se resolverá adecuadamente el déficit de cuente corriente y que se agotarán las reservas internacionales, este problema se traslada a la cuenta de capital, que entra en serios déficits; entonces se produce una nueva contracción monetaria, se vacía aún más el pasivo del sistema financiero y la crisis se vuelve crónica; cuando eso ocurre se debe realizar un ajuste fiscal forzado (la experiencia) al no poder devaluar la moneda. España, no nos engañemos, está en estas circunstancias.
No deje el lector que el último repunte monetario del gráfico le lleve al optimismo, ya que esa mejora coincide con los efectos producidos por la inyección monetaria del BCE y el masivo endeudamiento exterior del Estado. La situación sigue siendo muy grave, pues mientras persista el déficit en cuenta corriente, nuestra economía es una verdadera máquina de destruir dinero.

Segundo: el desequilibrio de las cuentas públicas. Según Eurostat, España tuvo en 2.009 un déficit público de 11,1% de su PIB, que financió en parte con deuda externa, forzando así la cuenta de capital de su balanza de pagos, para 2010 se cifra en un 9%. En 2009, el déficit de ahorro español, la otra cara del déficit corriente, según INE, fue de unos 54.000 MM de euros. Este déficit es insostenible, incluso si tuviéramos un entorno internacional favorable, y ni el ajuste fiscal de este año lo resolvería porque el déficit de ahorro continúa.

Una de los aspectos más graves de este salto en el endeudamiento público, que representa ingentes apropiaciones futuras de rentas del ciudadano, es que no se han usado como parte de un plan integral que buscara cambiar el modelo económico español; antes por el contrario, dichas cargas han formado parte de un absurdo cálculo económico del presidente del Gobierno en su particular e insensata ambición política. Algo similar podría decirse del gobernador del Banco de España en relación a su gestión y a su peculiar idea de no-reforma del sistema financiero.
Tercero: el desequilibrio en el calendario de financiación pública y privada. Dada la corta vida media de la deuda pública española, la súbita y descomunal cantidad a financiar (eso solo en el Estado central), es normal que se tengan problemas de financiación. Súmenle el entorno adverso, el primer desequilibrio comentado más arriba, el elevadísimo endeudamiento externo cercano al 170% del PIB (que incluye la asistencia del BCE) con unos 540.000 MM a corto plazo, la recapitalización (¿100.000 MM?) de las cajas con problemas y pendiente desde 2008, el impago a proveedores por el sector público (un caso), con la Seguridad Social al borde del déficit que tendrá muy difícil liquidar su fondo, más la desconfianza ganada a pulso que genera el actual Ejecutivo (con o sin Zapatero “desactivado”) Nuestro problema de financiación no es pues cómo nos ven los mercados internacionales, nuestro problema es que nuestro gobierno y nuestra autoridad monetaria son incapaces de ver los aspectos más elementales de nuestra economía y actuar en consecuencia.
En términos empresariales diríamos que España, S.A. tiene pérdidas equivalentes al 5,5% de sus ventas y, junto con los otros problemas reseñados, debe convencer a los inversores que inviertan en ella: ¿Cómo hacerlo? Pues de forma similar a como debería ocurrir con la re-capitalización de las cajas: demostrando que esos fondos se aplicarán sin demora en un plan de acción para corregir sus desequilibrios cambiando su modelo de negocio; por supuesto, no para salvar a unos gestores que han demostrado sobradamente su incompetencia y para colmo endeudando aún más al contribuyente como parece que piensan hacer. En realidad, de lo que se trata, es que los ciudadanos nos rescatemos a nosotros mismos de esos “gestores” y hagamos que Sistema Financiero, incluido el BdE, vuelva a ser competente y competitivo.
El cambio de modelo económico: más allá de que entre 2008 y 2010 se han perdido tres años valiosísimos (que otros sí supieron aprovechar), de las reformas que siguen pendientes y de que el cambio del equipo gestor por otro competente es algo ineludible, debemos aprovechar esta conexión entre nuestro desequilibrio exterior, la insuficiencia fiscal y las carencias de solvencia de nuestro sistema económico. Aunque podemos contar con que nuestros dos bancos globales terminarán, al igual que todos, reorientando su modelo de negocio hacia la exportación, este proceso no empezará en serio hasta que no sientan la competencia de las cajas, cuya re-estructuración, también, tendrá que reorientar sus modelos de negocio hacia el financiamiento de la exportación. Ese, junto con el ajuste de los precios de los inmuebles (que también viene con la reestructuración de las cajas) hasta la normalización del sector de la construcción, es el camino que traerá el empleo, el equilibrio fiscal y de financiación pública y la liquidez que requiere nuestro sistema económico; será en ese momento cuando el español medio pensará en el comercio exterior como hasta hace poco se obsesionaba (entonces sin criterio) con el dichoso pisito. Pensemos que en el horizonte ya se percibe el agotamiento de las materias primas y en 2010 solo la factura energética fue de casi 35.000 MM de euros, ¿vamos a dejar que nos coja otro toro?
Ese es el camino y el viaje se promete apasionante, así que mejor empezamos cuanto antes a cambiar nuestro modelo económico.

lunes, 24 de enero de 2011

La quiebra total de las pensiones

Por Roberto Centeno, publicado en Cotizalia (24/01/2011)

A principios de 2009 en el denominado Informe Sobre Estrategia Nacional de Pensiones, el entonces Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y el Secretario de Estado para la Seguridad Social, Octavio Granados, concluían, sin sonrojarse, que “la Seguridad Social tendrá equilibrio presupuestario hasta 2029 a pesar de la crisis económica, aunque a partir de 2023 será necesario hacer uso del Fondo de Reserva para hacer frente al pago de las pensiones”. Solo un año después, y no de 14 como afirmaban estos ínclitos próceres, los pagos superarían a los ingresos por primera vez desde 1996, cuando Solbes, D. Pedro, dejó quebrada por primera vez la Seguridad Social con un déficit del 2% del PIB y Aznar tuvo que pedir un crédito puente a la banca para poder seguir pagando las pensiones. Ahora, para cubrir el agujero ha sido necesaria la utilización del Fondo de Reserva.Pensiones: hacia una caída de dimensiones desconocidasEn este mes de enero, los ocho millones y medio de pensionistas recibirán la pensión máxima de su vida pero, a partir de febrero, se iniciará una caída cuyo fondo desconocemos, pero que tiene un primer objetivo marcado, un descenso del orden del 25% una vez aprobada la reforma de las pensiones dentro de unos días. Los pensionistas han recibido, o están a punto de recibir, dos pagos extraordinarios por última vez. El primero es consecuencia del ajuste por la inflación, ya que el Gobierno previó una tasa de inflación del 1% para 2010 y la realidad, a noviembre, es que la referencia de actualización había sido del 2,3%. Ello quiere decir que para la pensión media de 2010 de 879 euros al mes, o 12.300 euros al año, se recibirá este mes una paga compensatoria equivalente al 1,3% de esa cantidad, es decir, 160 euros. El segundo: la pensión media para 2011 será un 1,3% superior, es decir, 890 euros mes. No obstante, este es el final.A partir de ahora todo serán recortes. Para empezar, la estimación oficial de inflación en los PGE de 2011 vuelve a ser otra patochada voluntarista (1%), cuando ya estamos en el 3%. Pero ya no importa, porque, excepto para las pensiones mínimas, ya no será tenida en cuenta. Las pensiones quedan congeladas y las subidas de precios ya no serán compensadas ni al principio, como se hacía hasta ahora, con la inflación esperada, ni al final, en enero 2012, con la inflación real. El asunto es mucho peor de lo que cabría esperar para la inmensa mayoría de jubilados, ya que las subidas de precios han venido siendo históricamente del orden del doble de la inflación oficial para las clases de menor renta -dado que la estructura de su consumo se basa mayoritariamente en productos esenciales-, y este año probablemente será del triple (9%), dado que los productos que más suben son los que más consumen las rentas más bajas (alimentos, prendas de algodón, luz, gas y transporte). No obstante, los recortes empezaron mucho antes. Lo que ocurre es que Rodríguez Zapatero y sus terminales mediáticas consiguieron engañar a una mayoría, aprovechando que las bajadas afectaban a colectivos parciales. El Gobierno podía mantener la ficción del Estado Social y todas las demás estafas de supuesta defensa de las clases más desfavorecidas que ha mantenido y mantiene aún el presidente contra toda evidencia. El verdadero Estado Social de Zapatero es que los ricos y los amigos del poder son cada vez más ricos y los pobres, los trabajadores y las clases medias, cada vez más pobres en términos relativos; las diferencia de renta y riqueza entre clases sociales son las mayores en 200 años. Y, para muchos, hasta en términos absolutos. Pues incluso con los datos oficiales del INE, que no reflejan la realidad, más de un 20% de la población, casi diez millones de españoles, viven ya por debajo del umbral de la pobreza. Pues bien, estos recortes empezaron exigiendo cotizar durante un mínimo de 15 años para cobrar pensión, un robo manifiesto, porque lo que han aportado durante este tiempo lo han perdido totalmente. Luego, a las viudas se les redujo la pensión a la mitad y los herederos pasaron a recibir nada. Esto no sucedería jamás con un sistema privado, donde el dinero está a nombre del cliente, y el dinero aportado, poco o mucho, tanto si cotiza un año como si cotiza 40, más la rentabilidad acumulada por el mismo, le serán reembolsados íntegro al cliente, a su viuda y a sus herederos.De las “quiebras parciales” a la “quiebra total”Lo anterior sucedía al principio de la etapa del patriota social Zapatero, quien nos ha llevado a una situación límite. Estas “quiebras parciales” ya no son suficientes para mantener la gigantesca estafa piramidal que representa nuestro sistema público de pensiones, pues el dinero que aportan los nuevos cotizantes se utiliza para pagar a los que causan baja. Cuando el Gobierno se apropió entre 1982 y 1996 de 250.000 millones de euros de las cotizaciones sociales -entonces no existían cajas separadas- para la financiación de las inversiones y el gasto corriente del Estado, dejó el sistema quebrado. Ahora, con el crecimiento imparable del paro, las cotizaciones de la gente que todavía esta empleada ya no son suficientes para pagar a los que salen del sistema. Ya no hay dinero, y la única solución es recortar las pensiones un 25% para empezar. Es decir, una reducción de la pensión media de los 890 euros al mes actuales a 700, que es el efecto útil de la reforma que se aprobará en unos días. Si a esto añaden ustedes una pérdida de poder de compra cercana al 9% para una mayoría de los jubilados que no será compensado en forma alguna, la pensión media en términos reales quedará reducida a poco más de 640 euros, lo que llevara directamente a la miseria a más de la mitad de los pensionistas.Mientras, los sindicatos UGT y CCOO, que jamás han criticado la política de Zapatero y nos han llevado a este desastre, se dedican al intercambio de cromos o al “pacto social”, en lenguaje socialista, porque el dinero se ha acabado: para las pensiones, para mantener el despilfarro autonómico y local y para evitar la quiebra de la mitad del sistema financiero, cuya pérdida estimada en palabras de Rubalcaba “no se acerca en absoluto a esa cifra”- se refería a los 26.000 millones que aparecen en una presentación del FROB para engañar a los inversores - “desgraciadamente la cantidad es muy superior”. Sí, probablemente diez veces más, aunque pérdida no es lo mismo que necesidad de recapitalización, algo que requerirá entre 70 y 120.000 millones, según la UBS, o un mínimo de 75.000, según dijo el presidente del Deutsche Bank al Rey Juan Carlos. Estas son cantidades que ya no podemos abordar, por lo que el dinero externo es imprescindible, y mejor sería pactar con Merkel la entrada de la banca alemana, principal acreedora de las cajas, que mendigar por el Golfo Pérsico como hace la CECA. Mientras tanto, a los jubilados no les rescatará nadie. “¿Para qué?”, pensará el Gobierno, si la mayoría puede seguir votando socialista.Cabe añadir que el déficit de las pensiones mencionado es únicamente en términos de caja, es decir, dinero que entra en el cajón y dinero que sale del cajón a día de hoy. Sin embargo, si la Seguridad Social se gestionara como una empresa, que lo es, las cifras relevantes son sus deudas o compromisos firmes de pago y sus expectativas de ingresos a medio plazo. El asunto sería entonces para cortarse las venas, porque los compromisos firmes de pago acumulados por el sistema equivalen a tres veces el PIB de España. No es necesario tener muchas luces para darse cuenta de que la rebaja de las pensiones en un 25% es solo para abrir boca. Zapatero ha arruinado a esta gran nación para el próximo medio siglo, y la sociedad no es consciente aún de los sufrimientos que se avecinan.

sábado, 22 de enero de 2011

PERDIDOS por Alberto Ramos Santana

(Publicado en el Diario de Cádiz, el sabado 22 de enero de 2011)
CÁDIZ es una ciudad pequeña, recoleta, abarcable para los hombres y mujeres que la habitan y la visitan, que se puede recorrer en cómodos paseos que permiten observar su belleza y sus singularidades, donde, como se dice coloquialmente, casi todos nos conocemos. Y sin embargo que fácil es que en Cádiz se pierdan cosas, que desaparezcan como por ensalmo, sin que nadie sea capaz de encontrarlas y, mucho menos, sin que nadie se responsabilice de la pérdida.
Se hace una obra y de las esquinas desaparecen los guardacantones decimonónicos y los cañones, y no pasa nada, salvo que la autoridad, aburrida de escuchar en el Pleno preguntar por uno perdido en la calle Dr. Zurita, se quejó: "el dichoso cañoncito". Por eso se han perdido en los últimos años una veintena de cañones y varios guardacantones de forja. Se pierden obras de arte, como "Los mojosos" de Costus, y se anuncia una comisión de investigación, comisión que, al parecer, también se ha perdido, pues nadie parece tener noticias de ella. Se hacen obras en la plaza de Mina y se pierden las estatuas que adornaban varias esquinas de los jardines, pero no hay problema, pues, sobre sus pedestales, se han colocados unos hermosos -y menos valiosos- maceteros y ¡santas pascuas! Se pierden placas con la motivación original de un homenaje y no pasa nada, como sucede con el busto de José Martí en la Alameda que, obsequio de la ciudad de La Habana a la de Cádiz, se sustituyó la leyenda original por otra en una acto de apropiación indebida por parte de una asociación privada, con la aquiescencia del ayuntamiento. Se destruyen los restos recientemente encontrados del Hospital de la Segunda Aguada, mientras se abandonan los restos fenicios y romanos bajo el espacio Entrecatedrales, convertidos en un vertedero de basura y no pasa nada.
Y la penúltima pérdida, sorprendente como pocas por su envergadura, es toda una marquesina de unos cincuenta metros de largo, por cuatro o cinco de ancho y unos tres metros de altura, que ocupaba el lateral de la plaza de Las Tortugas frente a la verja del muelle. Tras las obras de ampliación del aparcamiento de Canalejas la marquesina no se ha repuesto, y se han perdido sus recias columnas y su techumbre que servía para proteger de las inclemencias del tiempo a los que aguardan el autobús en dicha plaza. ¿Dónde está la marquesina? ¿Ningún responsable, ni técnico municipal la echa de menos? ¿Estarán sus formidables columnas adornando alguna propiedad privada?
En la pequeña y recoleta ciudad de Cádiz, la hermosa ciudad gobernada en las últimas décadas, dicen los que rigen su destino, como si nadie antes hubiera trabajado por ella, se pierden elementos identitarios sin que nadie diga ni haga nada. Y es que, al parecer, nada de eso importa mientras no perdamos la sonrisa impuesta. ¿Cádiz la ciudad que sonríe? Con el Ayuntamiento de Cádiz, sí, por decreto.

viernes, 21 de enero de 2011

Adictos al hara-kiri

Por Pepe Landi, publicado en La Voz de Cádiz (21/01/2011)

El PSOE de la capital muestra tal insistencia en su afán autodestructivo que, con 15 años de perspectiva, habrá que pensar en que se trata de una dolencia congénita e incurable. Su convulsión tradicional es fruto de una democracia interna que podría ser un activo si no estuviera infectada de intereses personales. La expansión de esa impresión ha empezado a causar una fuga de talento e ilusión. Es el resultado de colocar el sectarismo por encima del mérito y la capacidad. La confección de la lista al Ayuntamiento es la prueba más reciente. Las lamentables vísperas de la publicación de la candidatura demuestran que buena parte de los pocos militantes aún activos en la actualidad han perdido los papeles. Veteranos, con grandes trayectorias y cargos institucionales, se dedicaron a filtrar nombres falsos de independientes que, en algunos casos, ni siquiera habían sido consultados. Con esa maniobra -además de dañar a terceros- querían dar a entender que nadie con prestigio quiere integrarla. Así se comportan dentro. ¿Qué cabe esperar del resto?
Los que actualmente forman la parte alta de la ejecutiva y la lista no les van a la zaga. Decidieron hace años que cualquier discrepante era enemigo y que el cargo público era la única prioridad. El interés de los ciudadanos que cree que el gobierno municipal rinde mejor azuzado por una oposición numerosa y bien formada (al margen de siglas) tendrá que coger otro tren. Ahora mismo, parece más probable el ascenso de cualquier grupo residual, independiente o de poca historia que el del socialista.
Un partido que prepara una candidatura con el argumento exclusivo de la endogamia y no tiene más brújula que su ombligo agota la paciencia de cualquier censo.
La patada recibida por Natalia Álvarez, la concejala que ha trabajado más y mejor para la mayoría de los pocos 'aficionados' a la política, resume la filosofía: «Los míos, con razón o, preferentemente, sin ella».
La sensación de nada que deja la lista del PSOE en los últimos inocentes tiene hasta chascarrillo. Dicen que es la lista de su tiempo, una lista 'Ni-Ni'. Ni veteranos de prestigio, ni jóvenes bien formados, ni independientes, ni más que leales (a la dirección actual del PSOE, no a una ideología y, mucho menos, a un proyecto de ciudad). Ni siquiera hay esperanza. Los presuntos renovadores y críticos de menor edad, teórico futuro inmediato, han devenido en una pandilla de vándalos políticos, adictos a la maledicencia, catetos remedos de Maquiavelo, diletantes de barra a los que todos huyen por sopor, más que por temor. Quieren despacho antes de los 35 sin haber pisado empresa ni oficina. Han empeorado las formas de los que quieren relevar y sus principios tampoco son distintos. Quizás son lo que han visto a los más insistentes de sus mayores.
El mejor balance de la lista es que algunos de los que fueron mentados como posibles integrantes se sienten insultados.
Hace dos décadas era un honor.

Muerte y resurrección de Keynes

De rescates y de reestructuraciones

Por Manuel Muela, publicado en El Confidencial (21/01/2011)

Hace ya cuatro años que España fue expulsada abruptamente del paraíso de los ricos y todavía no se ha digerido la conmoción que ello ha supuesto. Casi nadie, incluyendo a los dirigentes públicos y privados, asume la dimensión de lo ocurrido, pensando todavía que ha sido un accidente grave para subrayar la transitoriedad del problema. Muy pocos creen que tenemos ante nuestros ojos el fracaso de unas estructuras políticas y económicas a todas luces insostenibles. Por eso, estamos asistiendo a un festival de propuestas, basadas muchas de ellas en un voluntarismo casi panglossiano, para ir saliendo del paso, eso sí, cargando la mano en las zonas más débiles de la sociedad. Y en ese festival se habla de forma frívola y vanidosa del rescate de España o de tales o cuales entidades de crédito, sin pararse a pensar que la reiteración de ese discurso arruina, como la carcoma, cualquier posibilidad de restauración del crédito y de la iniciativa.

Hablar del rescate de España no deja de ser un desiderátum y una confesión de impotencia de los españoles y de sus instituciones para hacer los cambios de gestores y de políticas con el fin de ordenar el caos sobrevenido. Eso mismo es aplicable a mucho de lo que se viene diciendo sobre el rescate de nuestras instituciones de crédito: se manejan y publican cifras espectaculares, desde los 30.000 millones de algunos a los 100 o 1.2000 millones de euros de otros, ignorando, o pretendiendo ignorar, que carecemos de crédito y de capacidad para hacer frente de inmediato y en solitario a esas pretendidas necesidades de capital.

Conviene recordar que cuando en los años 2007 y 2008 se produjeron actuaciones enérgicas en muchos países para evitar la quiebra de algunas de sus instituciones de crédito, aquí se proclamó urbi et orbe que eso no iba con nosotros. Puede que hubiera algo de verdad, pero lo que sin duda había era una gran falta de previsión sobre las consecuencias en la realidad económica de los acontecimientos críticos de aquellas fechas. Se dejó pasar la ocasión, en la que España hubiera formado parte de los países que se preocupaban por el vigor y la sanidad de sus entidades de crédito, y todo se centró en actuaciones de carácter legal y reglamentario, adobadas con algunos préstamos del FROB, bastante caros, para ir tirando y para poder afirmar que ya se había hecho la reestructuración del sistema crediticio con un coste irrelevante.

La depresión económica y la desconfianza han seguido avanzando y, por ello, el volumen de activos dañados e improductivos de nuestro sistema crediticio crece en paralelo con la disminución de la actividad: esa ha sido la tónica de los años 2009 y 2010 y es de temer que continúe. Las cuentas son difíciles de cuadrar y los niveles de resistencia se van agotando. Es una realidad penosa y también dramática, producto de errores de gestión y de previsión, que requiere, en mi opinión, actuaciones realistas y prudentes, no más espasmos legislativos ni proclamas apocalípticas.

Ya sabemos que la plaga de la desconfianza en España esta muy extendida y los españoles y sus instituciones deberían dar muestras de vigor y claridad para contrarrestarla. Por eso resulta necesario que, en materia de entidades de crédito, se parta de la convicción de que tenemos un problema, cuya resolución excede a nuestras posibilidades financieras como país y que no hay nada que ganar, al contrario, hay muchísimo que perder si se abandona la prudencia. Decir que se necesitan miles de millones de euros sin saber de dónde van a salir, porque la apelación a los inversores privados en las presentes circunstancias es un brindis al sol, sería recaer en errores anteriores. Prácticamente, ninguna entidad de crédito española tiene posibilidades de pedir capital privado con garantías de éxito.

Si se ha llegado a la conclusión, aunque tardíamente, de que nuestro sistema crediticio necesita sanearse, sin poder contar para ello con un apoyo relevante de la inversión privada, parece justificado que nuestras autoridades, que conocerán el volumen real del problema, negocien con la Unión Monetaria Europea el cómo y la forma de hacerlo. Puede que se este haciendo así y sería una buena noticia. De lo contrario, se plantearía un escenario indeseado de impotencia y de indefensión, que contribuirá, aun más, a levantar los vientos de fronda que se intuyen en el horizonte.

*Manuel Muela es economista.

Las armas y las letras, de Andrés Trapiello

El Rincón de los libros recomendados

Por Ignacio Moreno Aparicio

"Las armas y las letras", Andrés Trapiello
Editorial Planeta (Barcelona) 1994


Cómo vivieron los escritores la guerra civil española, cuáles fueron sus actividades, voluntarias o forzadas, qué episodios de tragedia y de fanatismo, de cobardía y de dignidad personal, de absurdo muchas veces, se dieron en esos años, qué obras fueron el fruto de sus experiencias, cómo podemos leerlas hoy más allá de cualquier prejuicio ideológico o pasión política...
Por vez primera se aborda de un modo tan ambicioso y completo un tema importantísimo, con un enorme acopio de información —que a menudo representa una indiscutible novedad—y haciendo una síntesis interpretativa tan personal como independiente. El libro va presentando los diversos núcleos intelectuales de ambas zonas (Madrid, Barcelona y Valencia en la republicana, Burgos y Salamanca, Pamplona, San Sebastián y Sevilla en la nacional, aunque con otras muchas derivaciones (Granada, Palma de Mallorca, los ambientes gallegos e, incluso fuera de España, Roma, Londres y Paris (lugar de encuentro y refugio para exilados), y termina con una nómina de personajes que incluye un sinfín de datos y referencia bibliográfica dé sus obras relacionadas con la guerra. Un capítulo esencial de la historia de nuestra literatura contemporánea en la pluma de un gran escritor.

Trapiello, Andrés


Andrés Trapiello nace en Manzaneda de Torío (León) en 1953 y desde 1975 vive en Madrid. En la actualidad es escritor y colaborador en diversas publicaciones, además de novelista, poeta y ensayista. Como poeta ha publicado Junto al agua (1980), Las tradiciones (1982), La vida fácil (1985), El mismo libro (1989), una recopilación de toda su obra poética bajo el título Las tradiciones (1991) y Acaso una verdad (1993) Para leer aLeopardi (1995).
Sus novelas son La tinta simpática (1988), El buquefantasma (1992), La malandanza (1996). Y ya se han editadoocho tomos de su colección de diarios Salón de los pasosperdidos: que se inauguró con El gato encerrado (1990) yLocuras sin fundamento (1993).Como ensayista, ha publicado Las vidas de Cervantes (1993), Viajeros y estables (1993) Lasarmas y las letras (1995), Clásicos de traje gris (1997) y Los nietos del Cid. La nueva edad de oro(1898-1914)(1997).
Ha preparado ediciones de Rafael Sánchez Mazas, Miguel de Unamuno, Manuel Machado,Ramón Gaya, Ramón Gómez de la Serna y José Gutiérrez Solana. Fue director de la editorialTrieste y de la colección La Veleta, de Granada.

jueves, 20 de enero de 2011

El legado de Tierno Galván

Raúl Morodo, abogado y catedrático, fue secretario general del PSP y embajador en París (Unesco), Lisboa y Caracas.

Publicado en El País (19/01/2010)

Hace 25 años, el 19 de enero de 1986, fallecía en Madrid, con 67 años, Enrique Tierno Galván, el "viejo profesor". El pueblo madrileño, sin distinción de ideas, ocupando plazas y calles, en multitud impresionante cercana al millón de personas, despedía con lágrimas y rosas a su alcalde paternal y festivo: "Tierno, amigo, el pueblo está contigo". Tierno, en efecto, supo unir a jóvenes y mayores en el respeto y en el afecto. Su entierro, con esta manifestación de duelo, no despedía solo a un buen alcalde, a un intelectual riguroso o a un político conocido. Tal vez, en el imaginario ciudadano, era algo más: la despedida, con un extendido "hasta siempre", a un hombre honesto y a un presidente de República non nata.

Todos los medios de comunicación, en titulares de primera página y editoriales, destacarán su biografía y personalidad irrepetible. Condolencias, mensajes, declaraciones de amigos y adversarios, reiterarán esta excepcionalidad. Aunque agnóstico, tendrá funeral religioso y laico. En San Francisco el Grande, el arzobispo de Madrid, Ángel Suquía, pronunciará una homilía de reconocimiento: "Fue -dirá- imagen de los buenos mortales, de la elegancia en el trato, de la buena crianza: supo hacer de la política una confrontación de ideas y proyectos, no de personas". Probablemente en el cardenal estaba presente una frase críptica de Tierno: "Dios no olvida nunca a un buen marxista". Esta última aventura política del "viejo profesor", la más conocida sin duda, con sus Bandos traviesos y barrocos, con regañinas de abad liberal, con su movida cultural, en cierta manera ha ocultado su larga y fecunda trayectoria intelectual y política durante décadas anteriores.

¿Quién fue realmente Enrique Tierno? Enigma y misterio, carisma y mito, han rodeado siempre esta fuerte personalidad. Ante todo, Tierno fue un gran intelectual comprometido en busca de una convivencia pacífica. Como muchos españoles vivió tiempos difíciles: tiempos de convulsiones y enfrentamientos fratricidas, de posguerras de vencedores y humillados, de hambres, cárceles y silencios y, sobre todo, del Gran Miedo. También tiempos de despegues, de luchas para superar heridas en ambos bandos, de batallas para salir del oscurantismo cultural y reencontrar las libertades perdidas. Y, dentro de estos contextos, en Tierno habrá siempre un norte reconciliador: "la Guerra Civil -reiterará- debe ser asumida como un hecho histórico".

Tierno nace en Madrid en 1918: castellano viejo, por su procedencia soriana, como Dionisio Ridruejo y Marcelino Camacho. Comienza sus estudios universitarios, ingresa en la Federación Universitaria EScolar (FUE), elige el bando republicano en la Guerra Civil, como soldado. A los 21 años, comienza su nueva vida de exiliado interior: un vencido "rojo" en una España "azul". En los años cuarenta finaliza las carreras de Derecho y Filosofía, da clases particulares para sobrevivir, se casa, tiene dos hijos. Ser un oscuro estudiante vencido en la España triunfal de los vencedores moldeará su carácter intimista: la distancia, aunque cortés, en el trato; la discreción y austeridad en todo y, en el vestir, siempre de gris; la conversación, pausada y amable, que no excluía firmeza de convicciones. Y siempre con una ironía sutil, a veces incisiva y medio burlona.

En 1948 se producirá su primer despegue. Con el apoyo de su valedor y amigo, Carlos Ollero, logra la cátedra de Derecho Político en Murcia y, posteriormente, se traslada a Salamanca. En esta Universidad comienza propiamente su nuevo punto de partida: unir trabajo intelectual y acción política. Tierno tiene solo 35 años, pero representa muchos más: en realidad, Tierno fue siempre mayor. Su modernidad transgresora no se correspondía a su aspecto externo formal. Es en esta etapa cuando lo conozco. Sin molestarle -en el fondo, le gustaba- yo le comenzaré a llamar "viejo profesor", VP. Desde entonces, como alumno y ayudante, amigo y compañero, compartiré con Tierno todas las aventuras políticas, con la excepción de la última, en permanente y casi diaria relación, durante más de 25 años. Será en Salamanca en donde Tierno funda un embrión de grupo político: una asociación europeísta. Europa, en estos años cincuenta, era, a la vez, mito y meta, y también instrumento de lucha política encubierta. Aventura que, obviamente, durará poco: el Gobierno disuelve la asociación y jueces entusiastas nos procesan y envían brevemente a la cárcel de Carabanchel, donde conocí a Dionisio.

Los sesenta serán ya años de acentuación de protestas -estudiantes, obreros, profesionales-, conspiraciones múltiples, reuniones dentro y fuera de España, huelgas y represión. Tierno y Aranguren se convertirán en grandes referentes intelectuales y, Tierno, además político. En 1965, con Agustín García Calvo, serán expulsados de la Universidad española. En esta década clave, Tierno sigue escribiendo, conspirando y viajando. No tiene todavía 50 años y su producción intelectual es cuantiosa. Antonio Rovira ha realizado una gran labor: recopilar sus Obras completas. Han salido ya seis volúmenes, de más de 1.000 páginas cada uno, y muy pronto, un volumen más, junto a otro de "acompañamiento": de testimonios y semblanzas. En total, serán ocho tomos, más de 8.000 páginas: muy pocos pensadores españoles han publicado tanto.

Además de viajar (Europa, Estados Unidos), Tierno conspira. En la calle de Marqués de Cubas madrileña, Emilio Cassinello, Manuel Medina y yo establecemos un despacho jurídico al que pronto se suma Tierno, convirtiéndose en centro político conspiratorio, con cobertura legal: allí acudirán conspiradores múltiples, estudiantes y obreros sancionados, profesionales y periodistas, diplomáticos, políticos y visitantes extranjeros. Desde un fondo libertario, Tierno intentará construir un nuevo socialismo, heterodoxo y radical, humanista y abierto, desde el interior. Y, así, con evoluciones sucesivas de nombres, aparecerá un Frente Socialista, un Partido Socialista en el Interior (PSI) y, en fin, el Partido Socialista Popular (PSP). Con estas últimas siglas participamos en las diferentes formaciones unitarias de la Oposición (Junta Democrática, Platajunta), que viabilizará la Transición a la democracia, y nos presentamos a las primeras elecciones de 1977, pero sin éxito. Antes de estas elecciones, tuve una discrepancia con Tierno: en una cena con Felipe González, Javier Solana, Tierno y yo, se planteó ir juntos a las elecciones, PSOE y PSP, pero el "viejo profesor" no fue flexible, y erramos. Con todo, el PSP obtuvo cinco diputados: tres en Madrid (Tierno, Fuejo y yo). En 1978, se producirá la integración del PSP en el PSOE y, fugazmente, Tierno será presidente de honor y, más tarde, alcalde socialista de esta Villa y Corte. Fin de aventura, fin de utopía: "Pues nadie puede vencer el mañana" (Omar Jayyan).

¿Tuvo Tierno frustración política? Aunque con ciertas dudas, creo que no: su cultura no era cultura de poder, sí de transgresión y de avanzar. Como admirador de Spinoza, quería abrir caminos y combinar ética de convivencia tolerante con un singular horizonte utópico. Y buen conocedor de los clásicos, sus mejores amigos, sabía muy bien que "los precursores y anticipadores nunca administran el poder".

En su último ensayo, ya enfermo, publicará una críptica Carta a una profesora italiana sobre don Diego Hurtado de Mendoza, ficción barroca y libertaria, en donde, quizás, puede encontrarse la respuesta a este enigma. Termina, así, don Enrique / don Diego, esta carta / confesión a la profesora (utopía): "No hubo en el postrer Renacimiento español persona más independiente en sí mismo que don Diego. Nunca se concedió a sí mismo mucho, pero nunca regateó nada de lo que suyo pudiera dar. Distante en lo esencial, próximo a lo accesorio, estuvo tan cerca de Dios como un filósofo averroísta puede estarlo, tan próximo a los demás como un caballero puede permitirse. Si hubiera vivido don Diego en nuestros días se habría prendido de la belleza, gracia y sabiduría de usted para el consuelo de quienes, sin mérito, la admiramos. La Fortuna, que es envidiosa, no ha permitido que coincidan tantas virtudes. Mándeme, señora, como guste. He intentado cumplir un encargo. Sé que no lo he hecho bien, pero la buena intención y el esfuerzo no han faltado. Besa su mano su humilde servidor y amigo, Enrique Tierno Galván".

Raúl Morodo, abogado y catedrático, fue secretario general del PSP y embajador en París (Unesco), Lisboa y Caracas.

A los políticos de todos los partidos

Por Javier Benegas, experto en branding y comunicación. Publicado en El Confidencial (20/01/2010)

Las extraordinariamente graves circunstancias por las que atravesamos han hecho que los españoles alteremos el orden de nuestras prioridades. Más allá de sufrir por nuestro plato de garbanzos, lo que empieza a preocuparnos sobremanera es no tener ningún control sobre aquellos que nos gobiernan. Esta inquietud ha ganado fuerza de tal forma que somos cada vez más numerosos los que sospechamos que los políticos profesionales, la ausencia de mecanismos de control eficaces sobre el poder político y la crisis son partes de una misma ecuación; es decir, están íntimamente relacionados entre sí. Son causa y efecto.

A día de hoy, las conversaciones a pie de calle desbordan por completo los debates interesados que dominan los medios de información y las tertulias políticas televisivas. Y desde hace ya tiempo, no deja de aumentar el número de ciudadanos que juzgan con especial dureza la nula disposición de los partidos para reformar el actual modelo político y devolver el poder a quien siempre debió pertenecer: los ciudadanos.

Dentro de este nuevo escenario, las impresentables reformas económicas promovidas desde la nación política y al dictado de sus colegas foráneos, no sólo nos disgustan por su arbitrariedad e imposición -una vez a nuestras espaldas-, sino que resultan especialmente irritantes porque, además de ser injustas, suplantan a aquellas que de verdad son imprescindibles.Estando así las cosas, la prueba del algodón para cualquier partido político es comprobar si está presente en su programa el ineludible compromiso con la regeneración.
Esto es:
1.- Reforma de la Ley Electoral (control directo de los electores sobre los diputados).
2.- Reforma de la Justicia (separación de poderes).
3.- Reforma de la Ley de partidos (democratización interna).Todo partido que no las incluya en lo más alto de su programa no merece el calificativo de democrático y, por lo tanto, no está al servicio de los ciudadanos sino al de quienes anidan en él.

Señores políticos profesionales, sepan que entre los españoles se ha instalado la certeza de que se acabó el tiempo de los milagros y que lo peor está aún por llegar, y no existe telediario edulcorado capaz de abstraernos de esta dura realidad. Para colmo, somos muy conscientes de estar atrapados dentro de un sistema que tiene muy poco de democrático, y que nos impide ejercer nuestro derecho a influir en el curso de los acontecimientos. En consecuencia, las promesas de orden y eficacia que se nos ofrecen son del todo insuficientes; es más, ofenden nuestra inteligencia. No demandamos sólo orden y mejores gestores que puedan abordar reformas económicas más o menos ambiciosas, exigimos los mecanismos de control del poder que caracterizan a un sistema democrático. Ya dijo Tocqueville que ·una nación que no pide más que orden ya es esclava en el fondo de su corazón·. Y los españoles podemos parecer un pueblo servil y acomodado. Pero se trata de un cliché más de tantos que empezó a desmoronarse en el mismo instante en que se terminaron los días de vino y rosas. Lo cierto es que no nos gusta ser esclavos de nadie.

Cada día que pasa se hace más grande el abismo que separa a la nación política de la nación real. Y conviene recordar que es la segunda y no la primera la que sostiene este sistema. Sin esas tres reformas indispensables antes citadas, más tarde o más temprano el vínculo entre políticos y ciudadanos se extinguirá por completo, la desafección hacia el sistema será enorme y los ciudadanos, por simple instinto de supervivencia, trasladarán sus dineros, empleos y negocios a la clandestinidad. Y, entonces, ¿quién pagará tanta deuda pública, tanto puesto de libre designación, tanta tarifa al alza, tanto sueldo vitalicio, tanto tráfico de influencias y tanto coche oficial? ¿Declararán sus Señorías el Estado de Alarma y ordenarán a los militares que entren en las casas y busquen el dinero escondido en los colchones? * Javier Benegas es experto en branding y comunicación

martes, 18 de enero de 2011

La lección de Túnez

Por Sami Nair, publicado en El País (18/01/2011)


Túnez acaba de vivir una doble revuelta que aún no constituye una revolución. Una revuelta popular y una revuelta de palacio en el entorno del presidente Ben Ali. La revuelta en la calle comenzó hace cuatro semanas cuando un joven de 23 años, Mohammed Bouazizi, se inmoló en Sidi Bouzid para expresar su desesperación ante las injusticias; ello provocó una ola de indignación que se transformó en una marea de protestas. Sobre todo desde que comenzó el siglo, la situación social es desastrosa para los más pobres.

El poder de Ben Ali se apoyaba en tres fuerzas centrales. Una, las clases medias, relativamente integradas, han visto cómo su situación se degradaba. En los últimos años, el poder cambió de base, se fundió con los círculos de especuladores y se hundió en una corrupción familiar de tipo mafioso. La mujer del presidente y su familia, los Trabelsi, se adueñaron de todo lo que valía algo y no dudaron en "extorsionar" a otros para apoderarse de sus negocios, con la aprobación del presidente.

El poder también se apoyaba en un aparato de dominación formado por los dirigentes y militantes del RCD, el partido oficialista, que controlaba todos los engranajes y la corrupción en el país. Una especie de milicia con la impunidad garantizada, que vigilaba a la población e imponía un clima de delación que a menudo derivaba en cárcel y torturas.

Por último, la policía y la guardia nacional (la gendarmería), que Ben Ali, ex ministro del Interior, tenía en sus manos. En los últimos 23 años el Ejército se fue debilitando porque Ben Ali siempre le tuvo miedo. Túnez, vista la experiencia de los golpes de Estado militares en otros países africanos, quiso tener un ejército que no fuera muy poderoso y, en cambio, dio prioridad a la policía y la guardia nacional, que se convirtieron en el principal instrumento de represión. De hecho, la policía, junto con una parte de las milicias del RCD, y con su utilización de grupos de saqueadores, está en el origen de la destrucción y los asesinatos de estos últimos días.

Lo que ha hecho que hubiera un vuelco es un fenómeno mental colectivo extraordinariamente poderoso: la desaparición del miedo. ¿Por qué? Por muchas razones, pero sobre todo porque el poder no supo cómo reaccionar ante la inmolación del joven Bouazizi. Con su visita a la familia del mártir, el presidente se puso personalmente en primera línea; al ofrecer dinero a los padres por la muerte del joven, añadió la humillación. Si quería mostrar que era capaz de sentir compasión, lo que demostró Ben Ali fue que tenía miedo. A partir de ese momento, el miedo cambió de bando. Ben Ali destituyó a ministros, hizo mil promesas, pero nada podía detener ya la rebelión de la calle, que había comprendido que el Estado no era tan fuerte como parecía. Cada víctima de la represión hizo crecer las protestas. En 23 días, los tunecinos acabaron con 23 años de dictadura.

Dentro del régimen, el Ejército se ha vengado de la policía. Esta se ha mostrado incapaz de ejercer la represión por dos motivos fundamentales: por una parte, el sindicato Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), sobre todo los mandos intermedios regionales y federales, se negaron a obedecer al poder, se pusieron del lado del pueblo y contribuyeron a agitar las demandas sociales; por otra, un sector importante de los oficiales generales, respaldados por los soldados en activo que en repetidas ocasiones se negaron a abrir fuego sobre los manifestantes, dejó muy claro a Ben Ali que ya no estaban con él. De esa forma, no le dejaron más que una salida: huir.

Ben Ali estaba asimismo debilitado por las presiones de Estados Unidos, que se ha implicado a fondo en su derrota, en primer lugar, porque ha visto una posible manera de hacer realidad su proyecto de democratización "suave" (no como Bush en Irak) en el mundo árabe; y en segundo, porque era una forma de debilitar a Francia en el Magreb. En cuanto a Francia, ha hecho gala de una ceguera que supera cualquier medida al apoyar a Ben Ali y ofrecerse, días antes de su desaparición, ¡para "formar" a su policía! Un fracaso diplomático que pagará muy caro.

La oposición, ya sea oficial o ilegal, no ha desempeñado ningún papel. Como tampoco se ha visto, en las manifestaciones, una sola bandera verde, símbolo del islam. Pero eso no puede durar. Con Ben Ali fuera, le ha sustituido el primer ministro, Mohamed Ghanuchi. Y ahí empiezan las dificultades. Los partidarios de Ben Ali temen la venganza popular, así que han emprendido una política de tierra quemada, sobre todo en los barrios burgueses y acomodados, con el fin de aterrorizar a sus habitantes y romper la alianza entre esas capas y el pueblo. En los últimos días ha habido decenas de muertos en Túnez. Se está instalando un estado de caos que favorece al poder interino actual: el nuevo presidente ha prometido convocar elecciones en el plazo de seis meses, un periodo muy largo que permite presagiar manipulaciones peligrosas.

Las perspectivas para el futuro más próximo son meras hipótesis mientras no se reorganice la policía y mientras el Ejército no se pronuncie con claridad en favor del orden republicano. Además, será necesario meter en cintura a las milicias del RCD, formadas por elementos desclasados para los que la pertenencia al partido era el principal método de ascenso social.
La primera hipótesis es que el nuevo poder consiga restablecer enseguida el orden y organizar una Conferencia Nacional en la que estén representados todos los miembros de la oposición, con un programa de transición política que deberá desembocar en la instauración de una auténtica democracia republicana (nueva Constitución, elecciones legislativas, municipales, etcétera). A esta solución se oponen los restos del aparato dictatorial de Ben Ali (policía, burocracia, etcétera), los restos del RCD y el nuevo poder, que tendrá que rendir cuentas de su pertenencia al sistema derrocado.

La segunda hipótesis es un acuerdo entre todas las fuerzas de la oposición oficial, la integración de los partidos de oposición ilegales y la creación de un consenso sobre un programa mínimo para instaurar un sistema de transición que correría el peligro de tener una duración indefinida. En resumen, una especie de cambio dentro de la continuidad, porque se mantendría el régimen actual. Los factores en contra de esta hipótesis son la impaciencia y la cólera del pueblo, que quiere acabar con estos 23 años de dictadura.

Por último, una tercera hipótesis, que también es posible: Ben Ali preparaba, en los últimos años, una sucesión "neoislamista" encarnada en un miembro de su familia, hombre de negocios y creyente al parecer devoto; el Estado, sin tocar las bases laicas del "bourguibismo", iba islamizándose poco a poco; los programas religiosos invadían las pantallas y daba la impresión de que se estaba cociendo una confesionalización del poder, con el único objetivo de pervertir unas reivindicaciones sociales dotadas cada vez de más dureza y presión. El poder actual puede muy bien retomar esta estrategia e intentar establecer un régimen basado en un islamismo conservador cuya utilidad es evidente: así controlaría las reivindicaciones populares y se apoyaría en los grupos sociales más sensibles a esta retórica; llevaría de nuevo a las clases medias a su terreno, al presentarse como garante del mantenimiento de la seguridad, y tranquilizaría a los vecinos, desde Marruecos hasta Egipto, pasando por Argelia y Libia, que ya sufren este tipo de situación y ven con muy malos ojos el ejemplo tunecino.
No se puede excluir tampoco una mezcla de las tres opciones, que solo serviría para aplazar las decisiones institucionales que debe tomar Túnez. Lo que es innegable es que los tunecinos afrontan hoy una transición hacia una revolución democrática y republicana, y eso es lo más difícil. Porque el movimiento callejero no posee ni dirección reconocida ni programa.
Se abre una nueva etapa. Los tunecinos han demostrado, con una fuerza y una dignidad enormes, que siempre se puede vencer a la opresión. También han conseguido, quizá, que el mundo árabe entre a formar parte de la misma historia que los pueblos de Latinoamérica y los países de Europa del Este en el siglo pasado, cuando conquistaron su derecho a la libertad de expresión a costa de grandes sacrificios humanos. Y esa lección es inmensa.

Sami Naïr es profesor invitado de la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Crispación: a la derecha no le cuadra el victimismo

Por Antonio Casado, publicado en El Confidencial (18/01/2011)

Apostaba ayer por una inmediata identificación y detención de los autores materiales de la agresión contra el consejero murciano de Cultura, Pedro Alberto Cruz, como una buena noticia para la ciudadanía pero tal vez incómoda para quienes vienen acusando al PSOE, por instigador, y a la Delegación del Gobierno, por “interesada dejación de funciones”.

En ello estamos. La detención de José David Baño Llorente, un joven extremista ya fichado por perturbación del orden público, viene al pelo para bajar el nivel de crispación y desmontar la disparatada relación de un acto salvaje, condenado por todas las fuerzas políticas y sindicales, con la supuesta desidia en las funciones policiales encomendadas a la Delegación del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Murcia.

En materia de agresividad verbal, no está la derecha en general y el PP en particular como para rasgarse las vestiduras después de estar pregonando tanto tiempo que España se rompe, se divide, se descristianiza, se arruina o se rinde ante ETA

A mi juicio, también es injusto endosar lo ocurrido al "clima de tensión" y la "campaña de acoso" promovidos por la izquierda en general y el PSOE en particular contra el Gobierno del señor Valcárcel. Sí, injusto, aunque, como escribí ayer, se puede entender como recurso dialéctico en la reyerta política que PSOE y PP vienen librando desde las elecciones generales de 2004. Lo que no es disculpable de ninguna manera es vincular la agresión al supuesto incumplimiento de obligaciones del Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno, como han hecho los dirigentes del PP.

Eso es, insisto, una falta de respeto institucional. Lo malo es que llueve sobre mojado. No es la primera vez que se formulan irresponsables acusaciones de este tipo. Por ejemplo, la secreta colaboración del Gobierno de Zapatero con una banda terrorista por razones políticas, la creación de pruebas falsas en el juicio por los atentados del 11-M, la instrumentalización gubernamental de documentos judiciales o la incorregible afición de determinado ministro a espiar las conversaciones y los movimientos de los adversarios políticos del PSOE.

En cuanto a la creación de climas que favorecen la intolerancia y el desprecio al adversario, con un alarmante nivel de agresividad verbal, no le sienta bien el victimismo a la parte derecha del espectro. Sin ir más lejos, véanse la delicadeza de algunos foreros a la hora de disentir del columnista. O esos montajes firmados por un grupo de extrema derecha que pasean por internet la imagen de Zapatero detenido por la Guardia Civil o expuesto a finos análisis: "A los 67 años se va a jubilar tu puta madre". En una cadena de radio se ha llegado a decir que la ex vicepresidenta Fernández de la Vega robaba para comprarse vestidos, que la policía fabrica pruebas falsas o que Rubalcaba fue el cerebro del 11-M. El periódico más pertinaz en las tesis conspirativas editorializó el 22 de enero de 2007: "Jueces, fiscales y policías han mentido descaradamente. Y esa ha sido el arma más siniestra del 11-M: la mentira". En el debate sobre el aborto, una columnista llegó a escribir que el Gobierno Zapatero había descubierto que era más barato asesinar niños que traerlos al mundo.

En materia de agresividad verbal, no está la derecha en general y el PP en particular como para rasgarse las vestiduras después de estar pregonando tanto tiempo que España se rompe, se divide, se descristianiza, se arruina o se rinde ante ETA. Nada de eso ha ocurrido hasta ahora pero, de un tiempo a esta parte, las palabras vienen con olor a azufre. ¿Por las dos partes? Tal vez. Por una de ellas, con toda seguridad.

¿Y si alguna caja la compran los chinos?

Por Jesús Sánchez Quiñones (Publicado en Cotizalia, 18/01/2011)

La desconfianza sobre los balances de las entidades financieras, principalmente cajas de ahorros, sigue latente. Como consecuencia, son pocas las entidades que están consiguiendo emitir bonos que les permita renovar la ingente cantidad de vencimientos que han de afrontar en 2011 (95.000 millones de euros).
La segunda edición de las pruebas de resistencia (stress test) que se desarrollará en el primer trimestre de este año, debería clarificar de una vez por todas cuál es la cantidad de recursos adicionales que necesitaría cada entidad en una situación de tensión extrema. Teniendo en cuenta que todos los bancos irlandeses aprobaron las pruebas de julio y apenas cuatro meses después requirieron ayudas por importe superior a 35.000 millones de euros, la segunda edición de los stress test sólo tendrá credibilidad si las condiciones consideradas son “extremas”.
El FROB (Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria) podría, en su caso, inyectar hasta 80.000 millones a las entidades que lo necesitasen. Pero con un pequeño matiz: primero debería acudir a los mercados para financiar dichas cantidades, con la incertidumbre de qué cuantía lograría captar y a qué coste.
La apelación de ayudas del FROB por parte de las cajas de ahorros no es ningún regalo. Las ayudas se concretan en préstamos (participaciones preferentes convertibles) que hay que devolver a un tipo de al menos el 7,75%. La apelación al FROB implica la presentación de un plan de mejora de la eficacia y la solvencia de la entidad ante el Banco de España, que necesariamente ha de conllevar un fuerte ajuste de gastos, incluyendo los de personal.
En la actual situación, la presión sobre los márgenes de las cajas de ahorros y bancos no deja de aumentar. El margen financiero (el interés que cobran menos el interés que pagan) de las cajas de ahorros ha pasado a ser del 1,2% sobre activos totales medios en 2010 frente al 1,5% de 2009. La guerra de depósitos, la imposibilidad de variar el diferencial de los préstamos hipotecarios vivos, y el encarecimiento de sus propias emisiones, hace que una financiación cercana al 8% sólo se pueda devolver llevando a cabo una profunda reestructuración de cada una de las entidades.
El propio Presidente del Gobierno ha comentado en una entrevista a la prensa británica que espera que los inversores privados aporten gran parte de los recursos que puedan necesitar las cajas de ahorros. Teniendo en cuenta que España es un país deficitario de ahorro, los inversores privados deberán ser en una elevada proporción extranjeros.
Coincidiendo con esos comentarios, abre en España sus operaciones el China Industrial and Commercial Bank of China (ICBC). Es el mayor banco del mundo por capitalización, con más de 380.000 empleados y 162 oficinas fuera de China y 216 millones de clientes privados. Alguien podría pensar que su estrategia es dar servicios bancarios a la numerosa colonia china en España, pero parece más realista pensar que es una cabeza de puente para materializar algunas operaciones posteriores, tanto en el sector bancario como en otros sectores estratégicos. Las situaciones de crisis como la actual siempre son momentos de oportunidades para quien tiene los recursos y el tiempo necesario para rentabilizar las inversiones. Condiciones que concurren en las entidades chinas.
Aunque puede parecer exótico, no hay que descartar que la transformación de las cajas en bancos y su inevitable recapitalización incluya la entrada de socios inimaginables hace escasos años, como los bancos chinos.
No tardaremos en dar la bienvenida a los inversores chinos en las empresas privadas españolas. Han empezado por adquirir Deuda Pública, pero lógicamente no se quedarán ahí. Dada el sentido estratégico que determinadas empresas pueden tener para ellos, su percepción de caro o barato posiblemente variará respecto de la percepción de la mayoría del resto de inversores. ¿Cuál será su primera inversión en España? Se admiten apuestas.