Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

sábado, 16 de febrero de 2013

REVOLUCIÓN NO, GRACIAS

Carlos Colón, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 14.02.2013

ENTRE un corrupto y un puritano, prefiero al corrupto; y entre un sinvergüenza y un fanático, al sinvergüenza. Por suerte la vida no nos obliga a estas elecciones extremas y la condición humana abarca esa extensa gama de medias luces y matices que la hacen tan fascinantemente compleja. Que Dios y las leyes nos libren de puritanos y fanáticos, capaces de cargarse a la humanidad para salvarla. Para colmo de males no es infrecuente que tras el puritano se oculte un corrupto más peligroso que quien lo es abiertamente; y tras el fanático, un sinvergüenza peor que el canalla confeso. La corrupción y la sinvergonzonería me asquean. El puritanismo y el fanatismo me aterran. El corrupto y el sinvergüenza suelen tener fines precisos y causar sólo los daños necesarios para alcanzarlos. El puritano y el fanático aspiran a todo a cualquier precio.

Lo pensaba, exagerando, mientras leía las ya por todos conocidas palabras pronunciadas por la secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas: "Me sorprende mucho cómo pretendemos promover la revolución desde un hotel de cinco estrellas en Cascais, llegando en coches de lujo… Os exigimos de una vez por todas que la Internacional tenga sentido". Siempre que un partido se desmorona hay quien quiere sacar provecho de los cascotes y toma posiciones para estar entre los primeros el día después. Esta señora, hasta hace dos días desconocida, es ya una lideresa en las redes sociales. Y éstas fomentan la demagogia de los sans-culottes.

Afortunadamente el socialismo renunció hace muchos años a la revolución, que es un cambio violento de las instituciones políticas -sean democráticas o no: recuérdese la actuación socialista en 1934- que, de triunfar, impone una dictadura. Así que nada de agruparse en la lucha final, ni hacer añicos el pasado, ni soplar la potente fragua, ni cambiar el mundo de base hundiendo el imperio burgués, como dicen las versiones más conocidas de La Internacional; porque en las naciones democráticas hay muchas, muchísimas cosas que reformar y mejorar; pero no hay tiranos que deban caer a través de la violencia.

¿Al aludir a la revolución y a La Internacional esta señora está impugnando la socialdemocracia y Suresnes, apelando al cambio violento y justificando la dictadura? De ser así ante tanta pureza cegadora prefiero la media luz, corrupta media luz si quieren, de los mediocres políticos que padecemos

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