Rafael Sánchez Saus, publicado el jueves 13 de noviembre de 2014 en el Diario de Cádiz
ESTE jueves les propongo un descanso de las tribulaciones de nuestra maltratada España y la posibilidad de una bocanada de aire fresco. Un aire fresco que, como suele ocurrir en Andalucía, nos viene del Atlántico, y en este caso directamente de la América hacia la que, de vez en cuando, los hombres libres de todo el mundo se ven obligados a mirar en busca de esperanza.
Se ha hablado poco de los resultados de las elecciones celebradas el pasado día 4 en Estados Unidos, tal vez porque nuestro patio hispano no está para muchos pasatiempos foráneos, tal vez porque los resultados no han sido del agrado de quienes aquí marcan lo que debe importarnos y lo que no. Por supuesto, se ha señalado el mazazo que han significado para el presidente Obama, al que dejan tambaleante y amortizado para el resto de su mandato.
Sin embargo, no ha trascendido en absoluto la importancia que en estos resultados ha tenido la movilización de los grupos pro vida en favor de los líderes que garantizaban políticas favorables al derecho a la vida y contrarias a la promoción del aborto. Encuestas realizadas con posterioridad a las elecciones han señalado que un 23% de los votantes lo hicieron teniendo en cuenta ese punto, y ello explica el hecho de que los siete escaños ganados por los republicanos en el Senado, y que han sido lo más decisivo de su victoria, sean el resultado de duelos entre candidatos marcadamente pro vida y candidatos abortistas.
Entre los casos más reseñables cabe destacar el de Tom Tillis, sorprendente ganador en Carolina del Norte por un estrecho margen, que al recibir el respaldo de los grupos pro vida había declarado: "Esto significa para mí más que cualquier otro reconocimiento que haya recibido en mi etapa de servicio público. Es un honor extraordinario"; o el de la activista pro vida Joni Ernst, en Iowa, promotora de una ley estatal de defensa del concebido; o el de Tom Cotton, en Arkansas, "gran abogado de la causa del derecho a la vida" según el National Right to Life, una de las organizaciones más eficaces en la orientación del voto.
¡Cuánto que aprender! Cuando ya está a la vista la manifestación convocada en Madrid el 22 de noviembre por el movimiento pro vida en España, reacción algo tardía pero necesaria al tremendo fraude electoral al que ha sido sometido por el PP de Arriola-Rajoy, conviene tener en cuenta que la guerra no está perdida.
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