Por Antonio Casado
Publicado en El Confidencial (05/12/2011)
En vísperas de una decisiva Cumbre Europea (8-9 diciembre) la política nacional vuelve a pasar por Bruselas. Si los conflictos dinásticos y las guerras de otros tiempos determinaban el destino de Europa en España, ahora es al revés. Los españoles se van de puente mientras se cocinan los acuerdos en las principales cancillerías de la UE. No consta la presencia de España en esos centros de decisión, con un presidente que se ha ido y otro que no ha llegado. También es mala suerte.
Por intentarlo que no quede. Dos sherpas de Rajoy, uno diplomático, otro económico, Jorge Moragas y Alvaro Nadal, acaban de viajar a Paris. Su entrevista con funcionarios del Gobierno francés ha generado back ground para el discurso que su jefe pronunciará en Marsella ante los líderes conservadores europeos (PPE), convocados en vísperas de la Cumbre. Además está previsto un encuentro de nuestro próximo presidente con el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, que viene a reñir a los gobernantes europeos por su incompetencia en la crisis de la deuda. Y, por supuesto, la modélica complicidad de Zapatero y los ministros en funciones con el equipo de Rajoy, a fin de consensuar la posición de España en la Cumbre del jueves-viernes. Poco más, salvo las fotos de Rajoy con Angela Merkel y con Nicolás Sarkozy que ilustran la prensa nacional estos días. Fotos de archivo, se entiende.
Mientras, tan lejos y tan cerca, el lobo enseña las orejas. Miedo documentado a que la UE reviente. O que la moneda única desaparezca. Menos lobos. Se hará de la necesidad virtud. La necesidad es la agobiante crisis de la deuda y la lamentable imagen que está proyectando al mundo una Europa “incapaz de proteger a los europeos frente a la incertidumbre”, como dice Javier Solana. La virtud sería el alumbramiento de una Europa más integrada, no solo por compartir moneda. Eso significa el proceso de reinvención abierto por las dos grandes potencias de la centralidad europea, Alemania y Francia. Con la hábil y sobrevenida incorporación de la Italia de Monti al secretismo de la reunión celebrada por Merkel y Sarkozy el pasado 24 de noviembre en Estrasburgo, aunque nos hacemos una idea de lo que se ventila, entre lo urgente y lo importante.
Lo urgente es romper eso que Juan María Nin, director general de la Caixa, suele llamar “el bucle de la desconfianza” (Sin confianza no hay crédito, sin crédito no hay crecimiento y sin crecimiento no hay confianza) mediante inyecciones masivas de liquidez en los circuitos interbancarios. Algo que ya empezó a hacer una sindicación de los grandes bancos centrales, con el BCE entre ellos. La manguera puede alcanzar también a los Estados (deuda soberana) a través del FMI. En eso están.
Junto a lo urgente está lo realmente importante. Pero eso va para largo porque pasa por la reforma de los tratados (tesis germana, matizada por los franceses). U otras formulas más rápidas como un acuerdo entre gobiernos (tesis francesa, matizada por los alemanes) o la modificación de algún protocolo concreto, que se podría estar abriendo paso, según ciertas fuentes. Atentos a la pantalla.
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