Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

sábado, 26 de mayo de 2012

ESTAFA UNIVERSITARIA

(Publicado en el blog "Crónicas Barbaras" del periodista Manuel Molares)

                      Muchas más personas que los 6.101 habitantes de Almadén, localidad minera de Ciudad Real, se manifestaran esta semana contra el posible cierre de la universidad local, que forma ingenieros de minas y titula en tres especialidades técnicas más.

                     Durante dos siglos y medio Almadén produjo un tercio del mercurio mundial, aunque las minas están cerradas desde 2000 por la prohibición internacional de utilizar ese metal líquido en instrumentos como los termómetros.
         
                    Pero sigue produciendo universitarios sin mucho futuro, como los alrededor de dos centenares de campus españoles, muchos inútiles, pertenecientes a las actuales 74 universidades, una y media por provincia.
           
                   Con sus 47 millones de habitantes España tiene 1,6 millones de universitarios, el mayor porcentaje de Europa, y la mitad que China, con sus 1.400 millones de habitantes.
La mayoría de las universidades españolas son públicas e ineficientes, con endogamia de catedráticos y profesores que no investigan.

                 Y con elevados presupuestos en los que los contribuyentes invertimos muchos miles de euros por alumno, para carreras sin salida ----12.000 estudiantes de Periodismo, carne de paro--,  y para que más de un treinta por ciento de universitarios abandone sus carreras.

                Hay una universidad pública, la Internacional de Andalucía, con 5.200 alumnos y 2.400 profesores, tasa de 2,17 alumnos/profesor.

               La mayor universidad presencial española, la Complutense, tiene 85.000 alumnos y 13,7 alumnos por profesor.

               Para 2012 la Complutense dispone de 536,6 millones de euros, que suponen 6.275 euros por alumno/ curso, y 31.375 euros una carrera de cinco años, si se aprueba todo a la primera: eso es lo que los contribuyentes pagamos, o nos pagaron por estudiar.
Y si no estudiamos es lógico que quien paga se niegue a seguir tirando sus impuestos, que le suponen tres meses de trabajo cada año.

              Pero los 74 rectores, con sus enormes coches oficiales blindados, sus dietas y gastos de representación de millonarios y servicio de grandes gerifaltes, cuando no deberían ser más de una docena, quieren mantener todo igual y seguir gastando nuestros impuestos sin planificación estratégica, lo que es una estafa.

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