AL leer que la Comisión Europea le ha pedido al Gobierno eslovaco que elimine la cruz y el nimbo de las figuras de san Cirilo y san Metodio que figuran de la moneda de dos euros que conmemorará el 1150 aniversario de la llegada de los dos santos a la Gran Moravia, recordé la reciente polémica por el envío de una felicitación de Navidad en un tuit del Congreso. Imbecilidad sin fronteras.
Permítaseme citar El papel de la religión en la formación humana, testimonio del poco sospechoso Luis Gómez Llorente, histórico militante del PSOE recientemente fallecido, impulsor de Izquierda Socialista y especialmente beligerante en la necesaria separación entre el Estado y la Iglesia.
"Detecto la indiferencia actual de muchos españoles jóvenes ante la religión, ante los fenómenos religiosos, como una señal más de pérdida de identidad colectiva. Sus padres no fueron tan indiferentes, y menos sus abuelos... Ellos no se definían en materia religiosa por la indiferencia… Eran creyentes, o ateos, o herejes, o librepensadores… Veían con simpatía o con antipatía la religión... Cualquier cosa menos la indiferencia.
"Detecto la indiferencia actual de muchos españoles jóvenes ante la religión, ante los fenómenos religiosos, como una señal más de pérdida de identidad colectiva. Sus padres no fueron tan indiferentes, y menos sus abuelos... Ellos no se definían en materia religiosa por la indiferencia… Eran creyentes, o ateos, o herejes, o librepensadores… Veían con simpatía o con antipatía la religión... Cualquier cosa menos la indiferencia.
No comparto la idea de quienes ven en ello un progreso. La indiferencia inconsciente, fruto del desconocimiento, nada tiene que ver con la tolerancia, fruto precisamente de la reflexión sobre las creencias. La tolerancia viene como regreso del fanatismo, como voluntad de ir hacia una convivencia pacífica entre las creencias y entre la creencia y la increencia.
La indiferencia aparenta estar de vuelta de todo sin haber ido a ninguna parte. No es una nueva forma de pensar sino de no pensar. Seamos cuidadosos en esto. Algunas personas reflexivamente antirreligiosas -no les faltan razones- incurren en el error de regocijarse ante esa indiferencia religiosa, y lo confunden con la deseada laicización de la sociedad. Pero no advierten que quienes pasan de tomar postura ante la religión, pasan también de tomar postura ante los idearios políticos por el mismo hecho radical, porque los desconocen.
Igual pasa con las teorías estéticas, o con el acomodo meramente imitativo de las pautas éticas. Todo esto, señores, no es progreso, sino regreso a un crudo gregarismo primitivo, harto peligroso por cierto, dado que esa vaciedad de ideas puede ser invadida en cualquier momento crítico por el primer aventurero que tenga a su mano el grifo de las imágenes en cascada". Era un hombre inteligente.
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