Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

martes, 29 de abril de 2014

SOCIEDAD CIVIL CATALANA

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 26 de Abril de 2014
 

      En crónica de urgencia, doy cuenta de la creación, el pasado día 23, festividad de San Jorge y día significativo en Cataluña, de la agrupación llamada Sociedad Civil Catalana, que quiere representar a los catalanes no independentistas.

      Hace poco comentaba en mi blog una conversación con un amigo catalán de fuerte sentimiento españolista que se quejaba del abandono del resto de los españoles hacia esta “mayoría silenciosa”, me  decía.

      “Ayúdate y te ayudarán” le contestaba yo. ¿Dónde se esconde esa mayoría silenciosa?, ¿A que esperan para hacerse visibles y expresar públicamente lo que, seguramente, dicen en privado?

      Salvo Cuitadans de Albert Rivera, y el PP catalán, ningún otro grupo político se ha opuesto abierta y públicamente a los planes independentistas de Más y Jorquera.

      Pues, según los componentes del nuevo movimiento “Sociedad Civil Catalana” (SCC), es el miedo lo que les tenia atenazados, y su portavoz, José R. Bosch, lo explica diciendo que “la sociedad civil catalana no independentista, que es mayoritaria, tiene miedo a la muerte civil”, o, como manifiesta un empresario componente del grupo, NitoFoncubierta: “Muchos empresarios tienen miedo a hablar en público”. José Rosiñol, Presidente y fundador de SCC, confiesa que le han llegado amenazas a través de las redes sociales, naturalmente anónimas.

      Ya han dado el primer y más importante paso, salir del anonimato, dar la cara, aun con miedos, pero valiente y arriesgadamente. Ahora nos corresponde a nosotros, el resto de los españoles que no queremos la separación de ningún territorio español y de sus ciudadanos, los que tenemos que acudir a su llamada, cada uno desde sus posibilidades.

      Papel importantísimo el de la prensa no nacionalista, dándoles espacios, ayudándoles a difundir su mensaje, sin miedos a represalias y en favor de la verdad.

      No existe en SCC una ideología dominante, no es ese su rasgo característico, lo que a todos identifica es su condición de catalanes y españoles.

      Desde estas modestas líneas quiero animar a todos los españoles a acudir en su ayuda, nos necesitan y los necesitamos. Hagámoslo. Luego puede ser demasiado tarde.

sábado, 12 de abril de 2014

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 12 de Abril de 2014
 
 
La pasada semana, durante la celebración en Cádiz de las V Jornadas de Católicos y Vida Pública, que organiza la Asociación Católica de Propagandistas, intervino el periodista y Director del Observatorio de la Libertad de Expresión, Justino Sinova, con una conferencia titulada: “Defensa de la libertad de expresión de todos”

      Muy interesantes jornadas dedicadas a los medios de comunicación y su compromiso con la dignidad de la persona, donde Rafael Navas, director de este Diario, nos habló de los valores sociales del periodismo.

      Los intervinientes defendieron que los ciudadanos de un país democrático tenemos la facultad de ejercer y el deber de respetar la libertad de expresión. Se habló de las nuevas formas de periodismo, algunas tan sobreabundantes como las tertulias, y naturalmente, el periodismo por medios digitales e incluso a través de las redes sociales.

      Aunque parezcan nuevas plataformas para ejercer la libertad de expresión, paradójicamente, y en muchísimos casos, resultan todo lo contrario. No se contra argumenta, no se razona la réplica a quien piensa y se pronuncia de forma distinta, sencillamente se le descalifica, se le niega el derecho a decir lo que piensa o se le insulta directamente.

      No hay debate, hay imposición mediante el grito y el insulto al oponente. Lo vemos y oímos todos los días en tertulias políticas, deportivas o sociales. La argumentación ha desaparecido, quizás porque a falta de razones y argumentos solo queda la descalificación, el “y tu más”, el escrache o la negación del derecho a la libertad de expresión.

      Temas importantes que son objeto de controversia en nuestra sociedad, como el aborto, no son debatidos con argumentos científicos o morales, simplemente, si alguien se pronuncia, razonadamente y en el ejercicio de su libertad de expresión, contrario a las prácticas abortivas, recibe de inmediato descalificaciones, cuando no insultos, nunca argumentos.

      La libertad de expresión es un derecho y debe ser igual para todos, pero nuestra sociedad está demasiado crispada y falta de la serenidad, y yo diría que de educación, para llevar por cauces civilizados cualquier controversia.

      En cualquier discusión enseguida aparecen las dos Españas de Machado, ¿tenemos remedio?     

POR EL TEDIO HACIA EL GOLPE

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 10 de Abril de 2014



CURZIO Malaparte, el periodista dandi que empezó su larga vida política entrando en Roma con Mussolini para terminarla en las orillas del maoísmo, publicó en 1931 un libro de gran influencia que tomó el sugerente título de Técnica del golpe de Estado. Para Malaparte, lo esencial en un golpe es el uso de la sorpresa y la brevedad de las operaciones, de forma que, aun pudiendo ser muy violenta, se reduzca al mínimo la posible confrontación.

Hoy casi nadie lee a Malaparte, aunque novelas como Kaputt o La piel mantengan el interés, y con ello todos salimos perdiendo, los golpistas y nosotros, sus víctimas. La sedicente Asamblea Nacional Catalana ha debatido y presentado hace unos días un tocho de 600 páginas con la imaginativamente llamada "hoja de ruta" hacia la independencia, en la que todo delito se adelanta con primoroso detalle.

La inflación burocrática del Estado español, antes, durante y después del golpe que le preparan se extiende al nuevo Estat ya en huevo, y si en manos de los independentistas una hoja se transforma en seiscientas, fácil es imaginar lo que espera a los sufridos catalanes a partir del 24 de abril de 2015, primer día de la nueva criatura a estimación de sus parteros.

Quienes, desde hace ya tantos años que hemos perdido la cuenta, nos levantamos todas las mañanas y nos acostamos todas las noches con el insufrible rollo catalán, de forma que una noticia política generada en cualquier otro rincón de España se ha convertido en exótica, esperamos desde ahora con verdadera impaciencia el bendito día en que nos veamos liberados de esa sarna que pica más cuanto más rascan todos los medios de comunicación.

A lo mejor el problema catalán empezaba a arreglarse si los españoles, empezando por periodistas y contertulios, nos propusiéramos no hablar de él en absoluto durante una semana. Servidor, en su modestia pero como si fuera todo un Rajoy, llevaba meses eludiéndolo en estos Envíos, y hasta algún amigo me ha hecho notar que empezaba a parecer un habitante de Marte o de alguna ínsula felizmente alejada de Barcelona. El golpe catalán al Estado de Derecho será en su día estudiado en las universidades, pero dudo que haya alumno capaz de llegar hasta el final de la lección sin sucumbir al sueño. Oceanografía del tedio llamó Eugenio D'Ors a uno de sus mejores libros. No consta que lo dedicara a Artur Mas.




jueves, 3 de abril de 2014

REVISAR LA HISTORIA

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 3 de Abril de 2014



AUNQUE nos cueste, toca hacerse eco de la gran polémica suscitada por la publicación de La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar, el libro en 990 páginas que Pilar Urbano ha dedicado a las relaciones entre los dos protagonistas del título y, sobre todo, a los acontecimientos en torno al 23 de febrero de 1981. Hay muchas cosas sorprendentes o que permiten reflexiones más bien melancólicas en esta publicación, más allá del asunto central de la obra sobre el que hoy, sin haber leído el mamotreto, prefiero no opinar.

La primera, el hecho de que un libro así pueda convulsionar a la opinión pública más de treinta años después de los hechos que narra. Es evidente que eso no sucedería si la verdad oficial y admitida sobre el intento de golpe de Estado fuera irrebatible. Otros similares en la España del siglo XX no suscitan dudas fundamentales sobre autoría e implicaciones, y basta recordar el republicano de 1930, la sanjurjada de 1932, el socialista de 1934, o el de julio de 1936. Y sin embargo, nadie puede decir con seguridad plena qué extraña trama política hubo detrás del 23F. Esta anomalía es la que propicia que un libro como este pueda ser noticia.

En segundo lugar, hay que recordar que lo esencial de lo que Pilar Urbano cuenta ahora ya ha sido motivo de otros libros en el pasado que fueron acogidos con más pena que gloria. Sin embargo, este ha sido objeto de una gran tirada y de un despliegue reservado a los grandes acontecimientos por la principal editorial del mundo hispano. Esto es sin duda sorprendente y las lecturas políticas que se derivan, dada la personalidad del propietario y sus tentáculos mediáticos, son casi tan preocupantes para el Rey como lo que ahí se dice. El momento elegido, la muerte de Adolfo Suárez, ha sido muy bien escogido, pero eso no basta para explicar la conmoción y la polémica suscitadas. Es indudable, pues, que el fenómeno necesita insertarse también en esas horas bajas de la Monarquía que no terminan de resolverse, antes bien parecen haberse enquistado como un elemento más de la difícil coyuntura que atraviesa España.

¿Hace falta recordar que todo nuevo régimen precisa de la revisión de la historia del anterior? El acoso que hasta ahora tenía por objeto los errores del presente empieza a dar el paso decisivo: la revisión del pasado. Ojo a lo que está en marcha