“Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares”. Hay frases lapidarias que acompañan a un político a lo largo de toda su carrera casi como un penoso baldón difícil de sobrellevar. Como aquella en la que Rodríguez Zapatero se comprometió a aceptar el Estatuto que aprobase el Parlamento de Cataluña y que el tiempo se encargó pronto de echar por tierra.
En plena batalla electoral por Andalucía y Asturias, la condena a seis años de prisión al ex presidente balear Jaume Matas por cinco delitos relacionados con la corrupción, cayó como un flotador de última hora en las alicaídas filas del PSOE, decididas a sacar el mayor partido posible a los actos de adhesión que en su día hicieron tanto Rajoy como el propio Javier Arenas al ex ministro del PP hoy caído en desgracia. Frases entresacadas de la hemeroteca popular y que sirven para poner en entredicho el discurso de regeneración democrática que enarbola Arenas frente a los numerosos escándalos destapados en la Junta de Andalucía en los últimos meses.
La dirección del grupo socialista en el Congreso de los Diputados se apresuró ayer a pedir a Rajoy que se retrate públicamente sobre su ex compañero de Gobierno en la era de Aznar, el primer cargo relevante del PP condenado por corrupción, y que aclare si sigue pensando aún hoy que Matas es un modelo a seguir en la administración del Estado. Una referencia directa que la portavoz del PSOE, Soraya Rodríguez, hizo en relación a las calurosas felicitaciones que en su día, noviembre del año 2004, dedicó el propio Rajoy al entonces líder balear, de quien dijo que era un “presidente serio” que estaba al frente de un Gobierno “mucho mejor que el Gobierno de España”.
Arenas, “compañero de banco azul”
El PSOE tampoco ha pasado por alto que también Javier Arenas mostró no hace mucho tiempo cierta comprensión hacia quien fue “su compañero de banco azul”, como recordó la portavoz del PSOE, que pidió también que Arenas aclare su posición sobre la sentencia. “Hoy es el día en el que el PP no puede permanecer callado y debe dar una explicación clara a los ciudadanos”, enfatizó la dirigente socialista, que hizo hincapié en que, además, Matas tiene pendientes “otros procesos” judiciales.
La hemeroteca, sin embargo, guarda otros castigos para el líder del PP andaluz y para el propio Rajoy. De hecho, el año pasado Arenas justificó en Mallorca que Matas cobrase un sueldo del PP cuando abandonó la política, entre 2007 y 2008, cuando ya pesaban serias dudas de corrupción a sus espadas. Entonces, lo justificó como una “ayuda” a un político que estaba pendiente de incorporarse a otra actividad. Rajoy, por su parte, siempre mostró admiración y respeto por su compañero hasta que las evidencias en su contra lo pusieron contra las cuerdas y obligaron al propio Matas a presentar su baja como militante antes de que el partido lo tuviera que expulsar. Rajoy reconoció entonces, marzo del año pasado, que “si se demuestra que alguien no ha hecho las cosas bien, que no siga en política”. Un reconocimiento explícito de lo que venía por delante y que ayer se confirmó en la peor de las sentencias que podría esperar Matas y su antigua formación. “Le deseamos lo mejor, que se defienda y, si puede, demuestre su inocencia”, zanjó entonces el presidente del PP.
Ostracismo del PP
De ahí en adelante, ni Rajoy ni la plana mayor del PP ha vuelto a querer saber nada de un caso, el Palma Arena, que ahora les avergüenza y sobre el que ayer pasaron de puntillas los principales dirigentes del partido conservador. El nuevo líder del PP balear y presidente de las islas no pidió ayer perdón en nombre de su partido pero señaló que su formación ya había purgado sus penas. “Nosotros ya hicimos lo que tuvimos que hacer, con una renovación del partido, y no voy a hacer más valoraciones que no sean el total y más absoluto respeto a las decisiones judiciales”, explicó.
El portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso, por su parte, mostró ayer su respeto a la sentencia y recordó que el PP se ha caracterizado por ser “beligerante” contra “conductas irregulares” en la gestión del dinero público. Alonso hizo énfasis, además, en recordar que el expresidente balear y exministro abandonó las filas del PP hace dos años, precisamente por la posibilidad de que las investigaciones judiciales terminaran dañando al partido.
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