Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

jueves, 30 de agosto de 2012

NI LAS GRACIAS

Rafael Sánchez-Saus en el Diario de Cádiz el 30.08.2012

NI daremos las gracias, ni aceptaremos condiciones". En el acto de poner el cazo, Francesc Homs, portavoz de la Generalidad, revivió al valentón cervantino: "Y luego, incontinente, / caló el chapeo, requirió la espada / miró al soslayo, fuese y no hubo nada".

Hubo un tiempo en que los catalanes se labraron ante el resto de España una imagen de honrados y laboriosos hombres de industria y comercio, sensatos y equilibrados, ejemplo a seguir para una nación que se miraba en ese espejo para soñarse próspera y europea, felizmente burguesa. Todo esto para receloso asombro de historiadores y vecinos mediterráneos, que conocían por simple experiencia o estudio el alma pasional, extremista y turbulenta de un pueblo tan codicioso como siempre insatisfecho, al que nunca le han salido las cuentas del corazón porque no concibe que la vida, y por eso la patria, puedan ser algo más que el efecto de sumar y restar. Mi juvenil y meseteña admiración hacia Cataluña, que tanto debía al imaginario de la escuela franquista sobre "los hombres y las tierras de España", se esfumó en mi primer viaje a Barcelona, ya en plena democracia, cuando advertí que los catalanes eran algo así como los españoles de todas partes pero creyéndose superiores en todo y con infinita capacidad para culpar a los demás de sus problemas. Luego, ni siquiera la fuerza conjunta de Pla y D'Ors, o el descubrimiento de la bellísima pero podrida Cataluña interior, pudieron restablecerla.

Tener que pedir dinero a quien se niega, insulta y humilla en cada ocasión propicia es un duro trance para quienes en el dinero cifran sus humos. Hay que comprender al pobre Homs en un momento que nunca pensó que tendría que vivir: pedir y no exigir, solicitar y no despreciar, el catecismo nacionalista no prepara para ello. No es extraño que, a la primera, no le haya salido bien. Pronto tendrá otras oportunidades para practicar porque el boquete de la Generalidad alcanza los 42.000 millones y eso no hay cuatribarrada que lo cubra. Los 5.000 que ahora se piden con tan exquisitas maneras (o sea, diez veces el equivalente al polémico plan Prepara) son sólo para las urgencias, entre las que destacan los 2.400 que en breve habrá que satisfacer a los 200.000 concienciados ciudadanos que hace un año suscribieron los llamados bonos patrióticos, con rentabilidades superiores al 4% y otro 3% más de comisiones a las entidades colocadoras. En total, un 7% anual que los patriotas se repartirán a la espera de nuevas ocasiones de sacrificarse por la nació. Mientras tanto, ya saben, ni las gracias

SÁNCHEZ GORDILLO

(Joaquín Pérez-Azaústre, publicado en el Diario de Cádiz el 20.08.2012)

 

Asaltar un supermercado es asaltar un supermercado. Las razones pueden cargarse tanto como las armas, y además disparar. Pero la necesidad real, aquí, no ha sido una razón. 'Tened presente el hambre', escribió Miguel Hernández. El hambre. En España, en realidad, no hay hambre. Esto hay que tenerlo presente. En España, todavía, tenemos un sistema de garantías sociales que no existe en otros países, ni en otras situaciones. Que no existe, por ejemplo, en el Cuerno de África.

El hambre es otra cosa, porque en el Cuerno de África, con todos esos cientos de familias abandonadas sobre la piel árida del desierto, sin comida y sin agua -verdaderamente: sin agua y sin comida, algo muy distinto a lo que vivimos en Andalucía y en España- no hay comedores sociales. Por eso cuando José Manuel Sánchez Gordillo hace alusión al hambre, hay que decirle: Eh, el hambre es otra cosa. Tú no has vivido el hambre. Nadie que tú conozcas pasa auténtica hambre, en la España de hoy, en nuestra imperfecta, disparatada, desbaratada España, sí; pero no hambrienta. Equivocada, corrompida, adulterada, también; pero no hambrienta. El hambre es diferente, el hambre duele. El hambre se produce en lugares donde no existen los supermercados, donde no hay una tienda que asaltar. Eso es el hambre. No el teatro.

Ha habido mucho de teatro en el asalto al supermercado de José Manuel Sánchez Gordillo y su grupo de convencidos seguidores. Y como todo buen actor, ahora se regodea escuchando las críticas: las buenas y las malas, porque como explicó Carmen Sevilla lo importante para un actor es que hablen de él, aunque sea mal, y si es con foto, mejor. Que sea un teatro ideológico, comprometido, quizá a lo Alfonso Sastre, es algo que realmente importa poco. Lo importante, creo, es deslindar el hecho en sí del debate que pretender forzar, como si el debate justificara la acción, cuando no es así. En caso contrario, dándole pábulo a su presunta intencionalidad, estaremos entablando una conversación con un delincuente sobre el fondo ideológico de su comisión de un delito, cuando son asuntos bien distintos: uno, la agresión contra la seguridad pública; otro, un diálogo que a todas luces no necesita de sustos bravucones a unas dependientas, haciendo uso de violencia y de intimidación, como bien puede apreciarse en el vídeo.

Creo que a Sánchez Gordillo, sencillamente, le importa más que hablen de él que el motivo de la conversación. Tiene en su despacho un cartel del Che Guevara, que es un personaje apasionante, sí, pero también alguien que firmó la sentencia de muerte de cientos de personas. En una democracia, el fin no justifica los medios. Pero en la dialéctica de los puños y las pistolas, sea falangista o anarquista, la democracia es un estorbo para tomar la calle.

martes, 21 de agosto de 2012

LA TRAMPA DE NUESTRA DEMOCRACIA

 

(Pope Godoy en el Diario de Cádiz el lunes 21.08.2012)
 
POR las redes sociales circulan diversos documentos donde se habla de "las mentiras del Partido Popular". La actual crispación y ese sordo cabreo que recorre gran parte de la sociedad pueden impedir acercarnos al problema con cierta objetividad. La primera pregunta es obvia: ¿De verdad ha mentido el PP?

Está claro que existe una contradicción entre el programa electoral con que el PP se presentó a las elecciones y muchas de las decisiones políticas que ha ido tomando. Pero esta contradicción no es suficiente. Según nuestro diccionario de la lengua, mentir es "decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa". Ahora bien, ¿tenía diseñado el PP realizar lo que de hecho está realizando o se ha visto obligado por las circunstancias y las diferentes presiones políticas y económicas?

No estoy en condiciones de responder a esta pregunta. Pero vamos a barajar las dos hipótesis. Puede ocurrir que el PP tuviera perfectamente diseñado el programa de gobierno que está llevando a cabo. Como el diseño es duro y afecta a importantes sectores sociales desde el punto de vista numérico, la directiva del PP se lo pensó dos veces y decidió ocultar el verdadero programa electoral, ya que hubiera significado un serio riesgo de perder las elecciones.

Con la actual euforia de la mayoría parlamentaria, se facilita la dinámica persuasiva y se tiene la confianza en que la gente irá encajando la realidad tal como el gobierno se la hace ver, por más dura que le resulte. Se trataría, en este caso, de una táctica de tipo facistoide que puede formularse así: "Los jefes no se equivocan; ¡fiaos de nosotros!".

Todo esto parece un poco brutal. Pero no es raro oír que los programas electorales se hacen para ganar las elecciones pero no para gobernar. Estaríamos aquí ante una primera y monumental perversión de la política, donde se utilizaría el engaño y la mentira de forma consciente y programada para conseguir el poder político.

Quedaría también muy claro que "el bien común" o "el interés general", que son los nobles e irrenunciables objetivos de la verdadera política, yacen definitivamente sepultados bajo el descarado cinismo de la palabrería propagandista, con el oscuro objetivo del beneficio partidista y hasta exclusivamente personal.

Vamos a la segunda hipótesis. El PP creía a pies juntillas en el programa con el que se presentó a las elecciones, pero la cruda realidad posterior le ha obligado a cambiar de diseño y de "programa". En este caso, desde luego, no ha mentido. Sencillamente ha cambiado de programa, obligado por las circunstancias. Es de sobra conocido el refrán de que "rectificar es de sabios".

Acepto esta segunda hipótesis como posible. Pero, en este caso, se me plantea un problema de más hondo calado. Por coherencia política con el electorado, el Gobierno del PP debería convocar un referéndum vinculante (puede hacerlo como compromiso de gobierno) para que el electorado apruebe o rechace un cambio tan desmedido en el programa electoral con el que se presentó a las elecciones.

Aquí sí que se acumulan en tromba todos los interrogantes de nuestra democracia. Porque, vamos a ver: es el propio Gobierno el único que tiene facultad para convocar el referéndum. Es decir, jurídicamente es juez y parte en el asunto… Esto no puede funcionar. Porque la pregunta es obvia: ¿qué Gobierno convoca un referéndum con el serio riesgo de perderlo? Aquí ya no se plantea si ese posible referéndum sería conveniente para la sociedad y suena a cuento chino lo de que el bien de la sociedad prevalece sobre el interés del propio partido.

Estoy diciendo chorradas. Todos los partidos dan por incuestionable que lo que es bueno para "su" partido es bueno para la sociedad. Y la reacción en cadena: cada dirigente de partido da por sentado que lo que es bueno para él es bueno para el partido. Y así, los intereses individuales terminan por sobreponerse a los intereses del partido y los intereses del partido pasan por encima del interés general de la sociedad.

Lo digo con claridad. Asistimos a la perversión intrínseca de la democracia en su situación actual. Esta perversión no invalida la enorme generosidad y el altruismo de tantas personas, militantes y simpatizantes de partidos que desarrollan una dedicación, un entusiasmo y una tenacidad que emociona y fascina. ¡Sin duda!

Por desgracia, toda esa generosidad queda sepultada e invalidada por la percepción global en un gran sector de la ciudadanía. Lo oímos con frecuencia: "¡Todos mienten!".

Estoy convencido de que hay que buscar caminos nuevos para una democracia que merezca este nombre. Un gran reto en época de crisis.

domingo, 19 de agosto de 2012

ESTO NO ES EL "POTEMKIM"

(Carlos Colón en el Diario de Cádiz, el 19.08.2012) 

EN este mundo loco, loco, loco en el que la OEA convoca a los cancilleres de América para tratar del asunto del hacker Assange, o en el que las hordas de un parlamentario integrado en la coalición que comparte el Gobierno de la Junta roban supermercados y ocupan bancos, no debe extrañar que los berridos de las Pussy Riot proferidos en el altar mayor de la catedral moscovita de Cristo Redentor se consideren una manifestación artística de protesta que debe ser amparada por el derecho a la libertad de expresión.
 
 
Yo creía que la libertad de expresión garantizaba que se pudieran manifestar opiniones o desarrollar la creatividad, pero ignoraba que incluyera la profanación de catedrales. Debe ser que cuando uno se define como grupo punk-rock feminista los límites de la libertad de expresión se ensanchan hasta abarcar la invasión de espacios privados, la ofensa a las creencias y la profanación de templos. Por eso, digo yo, una activista rusa despelotada se sintió autorizada a cortar una cruz con una sierra eléctrica en protesta por la detención de las cantantes. Viendo las actuaciones de las Pussy Riot se comprenden dos cosas: que el arte tiene poco que ver en este asunto (cuestión que dejo de lado por su carácter subjetivo) y que, si no fuera por sus gamberradas, nadie las conocería.
 
 
Que Rusia es un pudridero de corrupciones está fuera de toda duda. Que está pagando muy caro el sangriento fracaso de la larguísima dictadura comunista es cosa sabida. Que Putin es un tipo siniestro, desde que era agente de la KGB comunista hasta que se convirtió –con un amplio respaldo popular empañado por sospecha de fraude electoral– en uno de los pilotos de la transición al capitalismo extremo, es un hecho. Que el putiniano patriarca debe ser también un tipo de cuidado está claro. Y que la condena de las Pussy Riot es desproporcionada no puede discutirse.
 
 
Pero también está fuera de toda duda y es (o debería ser) cosa sabida que no se puede irrumpir impunemente en una catedral para realizar una actuación que voluntariamente profana el recinto sagrado. Y que la reacción internacional ha sido tan exagerada como la condena que ha dado más alas a los ilustres defensores de las Pussy Riot que, desde Paul McCartney a Madonna, han puesto el grito en el cielo por tamaño atentado contra la libertad de expresión. Pues no. Una gamberrada no tiene nada que ver con la libertad de expresión. Y la profanación de un templo aún menos. Protéstese contra la corrupción en Rusia y contra la abusiva sentencia en nombre de la Razón y del Derecho, pero no se llame libertad de expresión a lo que hicieron estas madrecitas.

viernes, 17 de agosto de 2012

TARDE Y MAL


(Rafael Sánchez - Saus. Publicado en el Diario de Cádiz el 16 de Agosto de 2012)


                                  EL presidente del Gobierno, tras mucho rumiar, ha anunciado por fin la prórroga del llamado Plan Prepara. Este plan, dotado con 525 millones e ideado para reinsertar laboralmente a quienes han agotado su desempleo, apenas sirve a sus objetivos iniciales pero sí ha valido para mostrar la torpeza increíble del Gobierno en su relación con los ciudadanos, algo de lo que no ha dejado de dar señales alarmantes desde el principio.


                               Y es que resulta inconcebible que se mantuviera la duda sobre la continuidad del Prepara hasta el día antes de la fecha prevista para su extinción cuando se está hablando de unos 200.000 afectados. Es fácil imaginar la angustia de esos parados y sus familias, la irritación de amigos y parientes ante las previsibles consecuencias del desamparo de sus allegados. En total, pues, varios millones de personas que mientras ha durado el numerito se habrán estado acordando de don Mariano a sol y a sombra. Y todo para, al final, hacer lo único posible desde el principio, pero bajo la sensación de que se hace por presión socialista y no por convencimiento y solidaridad con los más desfavorecidos.


                                Quizá esos 525 millones podrían ser gestionados más eficazmente, sin duda el plan puede mejorarse, pero lo que no es dudoso es que, en la situación actual de muchos miles de familias, son los dineros mejor gastados de todo el presupuesto patrio. Cualquier español es capaz de mencionar de carrerilla media docena de partidas mucho más discutibles que nadie toca en medio del naufragio.


                                  Pero, sobre todo, es injustificable que el Gobierno haya proyectado ese ahorro, precisamente ese, antes de plantearse siquiera el milmillonario que supondría la reforma de la estructura política y administrativa del Estado de las Autonomías y los enormes privilegios de la casta gobernante. Esos que, ejemplo y escándalo de estos días, permiten al muy progresista Pascual Sala, presidente del Constitucional, gastarse seis millones al año en viajes al extranjero para, asómbrense, "proyectar exteriormente" a su peor que inútil, nocivo Tribunal.

                                  La indignación de las gentes por tanta injusticia y despropósito clama al cielo, pero hay que frotarse los ojos al ver a sindicatos y socialistas en su afán de montarla a cuenta de estos parados, todos ellos producto de la factoría ZP. Uno se acuerda del famoso epigrama de Iriarte: "El señor don Juan de Robres,/ con caridad sin igual,/ hizo este santo hospital/ y también hizo los pobres". La desvergüenza de éstos sólo es comparable con la estupidez de los otros. Haga usted su elección.

jueves, 2 de agosto de 2012

ESPAÑA INVASORA

Crónocas Bárbaras  por Manuel  Molares do Val

Posted: 29 Jul 2012 07:00 AM PDT
La argentina Cristina Fernández, presidenta viuda de Kirchner, la tiene tomada con la historia de sus antepasados paternos al decir que los españoles “Siglos atrás invadían los países, y ahora España está intervenida”.

Todavía no la intervinieron, aunque puede ocurrir antes de octubre. Lo interesante de su declaración es que muestra el creciente desapego de tantos hispanoamericanos hacia la tierra de sus ancestros, conquistadores o emigrantes.

Usted puede oír en América a cualquiera apellidado Fernández Gómez, y que conserva algunos o muchos rasgos europeos, que “Los españoles vinisteis a América a matarnos, a robar nuestro oro”.

La respuesta, naturalmente, es que “Habrán sido sus antepasados españoles, responsables también de que usted exista”.

Desde la independencia americana hasta mediados del siglo XX esos Fernández Gómez expresaban el orgullo de haber tenido antepasados españoles.

Fueron ellos quienes le llamaron Madre Patria a España; y quien en 1917 declaró el 12 de octubre Fiesta Nacional y Día de la Raza fue el presidente argentino Hipólito Yrigoyen, al que siguieron los demás países hispanoamericanos, a los que hoy llamamos latinoamericanos.

Día de la Raza no se refería a una raza superior al estilo supremacista o nazi, como se interpreta ahora, sino a esa raza mestiza que cruzó sangre española con la nativa.

Luego, por rechazo al franquismo, que usaba mucho lo del Día de la Raza, en el V Centenario del Descubrimiento de América, en 1992, Felipe González se negó a usar el término y aceptó Encuentro de Culturas, que copiaría Zapatero para los musulmanes.

La viuda Kirchner habla de los españoles como ajenos a ella, cuando su abuelo paterno, Pascasio Fernández Gómez, sí, un Fernández Gómez, “invadió” Argentina a finales del XIX emigrando desde la aldea de Mazaeda, parroquia de Neiro, ayuntamiento de A Fonsagrada, Lugo.