Posted: 29 Jul 2012 07:00 AM PDT
La argentina Cristina Fernández, presidenta viuda de Kirchner, la tiene tomada con la historia de sus antepasados paternos al decir que los españoles “Siglos atrás invadían los países, y ahora España está intervenida”.
Todavía no la intervinieron, aunque puede ocurrir antes de octubre. Lo interesante de su declaración es que muestra el creciente desapego de tantos hispanoamericanos hacia la tierra de sus ancestros, conquistadores o emigrantes.
Usted puede oír en América a cualquiera apellidado Fernández Gómez, y que conserva algunos o muchos rasgos europeos, que “Los españoles vinisteis a América a matarnos, a robar nuestro oro”.
La respuesta, naturalmente, es que “Habrán sido sus antepasados españoles, responsables también de que usted exista”.
Desde la independencia americana hasta mediados del siglo XX esos Fernández Gómez expresaban el orgullo de haber tenido antepasados españoles.
Fueron ellos quienes le llamaron Madre Patria a España; y quien en 1917 declaró el 12 de octubre Fiesta Nacional y Día de la Raza fue el presidente argentino Hipólito Yrigoyen, al que siguieron los demás países hispanoamericanos, a los que hoy llamamos latinoamericanos.
Día de la Raza no se refería a una raza superior al estilo supremacista o nazi, como se interpreta ahora, sino a esa raza mestiza que cruzó sangre española con la nativa.
Luego, por rechazo al franquismo, que usaba mucho lo del Día de la Raza, en el V Centenario del Descubrimiento de América, en 1992, Felipe González se negó a usar el término y aceptó Encuentro de Culturas, que copiaría Zapatero para los musulmanes.
La viuda Kirchner habla de los españoles como ajenos a ella, cuando su abuelo paterno, Pascasio Fernández Gómez, sí, un Fernández Gómez, “invadió” Argentina a finales del XIX emigrando desde la aldea de Mazaeda, parroquia de Neiro, ayuntamiento de A Fonsagrada, Lugo.
Todavía no la intervinieron, aunque puede ocurrir antes de octubre. Lo interesante de su declaración es que muestra el creciente desapego de tantos hispanoamericanos hacia la tierra de sus ancestros, conquistadores o emigrantes.
Usted puede oír en América a cualquiera apellidado Fernández Gómez, y que conserva algunos o muchos rasgos europeos, que “Los españoles vinisteis a América a matarnos, a robar nuestro oro”.
La respuesta, naturalmente, es que “Habrán sido sus antepasados españoles, responsables también de que usted exista”.
Desde la independencia americana hasta mediados del siglo XX esos Fernández Gómez expresaban el orgullo de haber tenido antepasados españoles.
Fueron ellos quienes le llamaron Madre Patria a España; y quien en 1917 declaró el 12 de octubre Fiesta Nacional y Día de la Raza fue el presidente argentino Hipólito Yrigoyen, al que siguieron los demás países hispanoamericanos, a los que hoy llamamos latinoamericanos.
Día de la Raza no se refería a una raza superior al estilo supremacista o nazi, como se interpreta ahora, sino a esa raza mestiza que cruzó sangre española con la nativa.
Luego, por rechazo al franquismo, que usaba mucho lo del Día de la Raza, en el V Centenario del Descubrimiento de América, en 1992, Felipe González se negó a usar el término y aceptó Encuentro de Culturas, que copiaría Zapatero para los musulmanes.
La viuda Kirchner habla de los españoles como ajenos a ella, cuando su abuelo paterno, Pascasio Fernández Gómez, sí, un Fernández Gómez, “invadió” Argentina a finales del XIX emigrando desde la aldea de Mazaeda, parroquia de Neiro, ayuntamiento de A Fonsagrada, Lugo.
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