Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

viernes, 14 de febrero de 2014

DESIGUALDAD Y POBREZA

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 13 de Febrero de 2014


               ES curioso que mientras el mundo y la sociedad que conoció mi juventud se desmoronan en todos los aspectos que debieran ser conservados sin que apenas nadie vierta una lágrima por ellos se haya instalado sin resistencia alguna una visión catastrofista sobre precisamente una de las pocas cosas que parecen ir bien a escala global si se contempla en el tiempo con la necesaria perspectiva: el desarrollo económico y material de los pueblos más desfavorecidos.

              El pasado domingo, y con motivo del día de la Campaña contra el Hambre, un heroico misionero con treinta y cinco años de servicio en el Congo habló largo rato a la feligresía de la parroquia sevillana en que asistí a misa no sobre su experiencia y la de sus compañeros en el corazón de las tinieblas, con la que tanto nos habría gustado solidarizarnos, sino sobre los defectos del orden mundial, su injusticia irremediable y la necesidad de dedicar la vida a cambiarlo.

             Nada que objetar porque cada cual -eso lo sabemos bien los modernos- hace con su vida lo que quiere, pero en esa tesitura uno debería plantearse si la propuesta que implícitamente se traslada sirve mejor a la humanidad que aquello que criticamos. A mí me gusta más bien poco el capitalismo por razones más históricas y estéticas que otra cosa, pero tengo que reconocer que los sistemas igualitarios o distribucionistas que se me ocurren no habrían conseguido en treinta años que la esperanza de vida en el mundo pasara de 60 a 67 años, que la tasa de mortalidad infantil descendiera del 10 al 6% y el de las personas infralimentadas del 35 al 20%, que el analfabetismo sea hoy del 20 y no del 40% o que el acceso al agua potable haya crecido desde el 20 al 80% de la población mundial, entre otros muchos indicadores que tengo a mano.

               Lo cierto es que en las últimas décadas, sin apenas darnos cuenta, países enteros han salido de la pobreza y grandes bolsas de miseria están siendo reducidas a través de medios tan prosaicos como la aplicación de la economía de mercado, la caída de barreras comerciales y el mayor esfuerzo educativo, de modo que la pobreza mundial se concentra y sólo se extiende hoy en los países con menos libertad y más corrupción política y económica. Sigamos ayudando a los más pobres todo lo que podamos, en casa y lejos, pero no los utilicemos como excusa para otras guerras que no son las suyas.

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