REPORTAJE: La crisis financiera - El impacto de los mercados
Publicado en El País (11/08/2011)
Este mes de agosto pasará a la historia como el más negro de los vividos desde la Gran Recesión. Desde que estalló la crisis, hace ahora cuatro años, nunca las Bolsas mundiales habían vivido tantas jornadas seguidas en caída libre. En el caso de la española, ayer ser cumplieron nueve sesiones de pérdidas con un retroceso del 14,5% desde primeros de agosto. El Euro Stoxx 50, índice de los principales valores europeos, se ha dejado casi un 17%. Y si el reloj se retrasa hasta la última cumbre europea, el pasado 21 de junio, la pérdida alcanza el 23%.
Aquel fue el último intento a nivel político de frenar el acoso a los países periféricos, pero ha servido de poco para calmar a los mercados. Después, el pasado domingo, el BCE acuerda comprar deuda de Italia y España y logra contener las primas de riesgo de España e Italia. Y el martes pasado la Reserva Federal de EE UU promete tipos de interés muy bajos hasta 2013. Nada de eso parece detener la sangría, que ayer tuvo en Francia una nueva hemorragia.
Llueve sobre mojado, pero la jornada de ayer fue especialmente negra, con caídas superiores al 5%. El correctivo, que castigó con fuerza a la banca y también se dejó notar en Wall Street, llevó a la mayoría de índices a los mismos niveles de la primavera de 2009 cuando la economía sufría las consecuencias de la caída de Lehman Brothers, que quebró en septiembre de 2008. Triste moraleja: ni las ayudas millonarias a la banca, ni los duros planes de ajuste, ni la liquidez sin límite han impedido el regreso de las Bolsas al agujero en que cayeron en lo peor de la Gran Recesión.
La jornada amaneció en calma e incluso algunos parqués del Viejo Continente apostaron por prorrogar el rebote de la víspera en Wall Street. Después de que empezara a correr el rumor de que Francia podría perder la matrícula de honor (Triple A), cundió el pánico y el dinero huyó al refugio del oro, que marcó su enésimo récord consecutivo, y a lo más clásico, la deuda alemana. Ni siquiera el desmentido de París y de las agencias cambió el ánimo los inversores.
El Ibex 35 sufrió su peor jornada desde los días previos al rescate de Grecia en mayo de 2010 y cerró con un batacazo del 5,49%.La banca se llevó la peor parte, el Santander y el BBVA registraron caídas del 8% y sus valores llegaron a venderse a menos de 6 euros por primera vez en más de dos años. El recorte, además, devolvió a la Bolsa española a niveles de entonces, ya que hoy el selectivo abrirá por debajo de los 8.000 puntos, algo que no ocurría desde el 1 de abril de 2009.
Peor parados, sin embargo, quedaron los bancos franceses o italianos. Entre ellos, el más castigado fue Société Générale, que llegó a ceder más de un 20% aunque al final de la sesión moderó las pérdidas al 14,75%. La razón es que, a diferencia de sus colegas, en la cartera de inversiones de la entidad no falta deuda de ninguno de los periféricos y de su propio país, lo que le deja muy expuesto a un eventual contagio de los problemas en los mercados de deuda hasta Francia. Por culpa del correctivo, el CAC parisino acabó el día con un otra caída del 5,5%, lo que representa su peor jornada desde el 1 de diciembre de 2008. Milán, más acostumbrado en los últimos meses a los vaivenes, volvió a ser el farolillo rojo de Europa con un desplome del 6,7%. En ambos casos, la nueva jornada de pánico les devolvió a los niveles de julio y marzo de 2009. Para completar el cuadro, el Dax alemán perdió un 5,1% y hoy empezará la sesión en su cota más baja desde febrero de 2010. Londres cedió un 3,1%.
El Nobel de Economía Joseph Stiglitz resumía en un artículo publicado ayer en el Financial Times lo que iba a acontecer a lo largo del día: "La única certeza que existe ahora en los mercados es que los problemas pueden ir a peor". Desde España, Daniel Suárez, de Analistas Financieros, basó la avalancha de ventas en los nervios y en las dudas generadas por la decisión del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de acelerar los ajustes.
"Con tanta incertidumbre, si el mercado busca un motivo para bajar lo encuentra", opinó Soledad Pellón, de IG Markets."Hasta que no haya un mensaje más claro y decisivo de que se va a comprar toda la deuda que haga falta por el BCE, la tensión no va a parar y va a seguir pasando de país a país", matizó Nicolás López, director de análisis de MG Valores.
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