Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

jueves, 26 de diciembre de 2013

CAMBIEMOS DE DEBATE

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 26 de Diciembre de 2013

 

 
QUE la Navidad coja a algunos discutiendo cómo eliminar criaturas de forma fácil, cómoda y segura es la respuesta más contundente al misterio de por qué el buen Dios no vio más salida para la humanidad que hacerse él mismo hombre para enseñarnos que es posible vivir y morir de otra manera. Porque si el ser humano fuera consciente del gran proyecto de amor y libertad para el que fue creado, hoy todos estaríamos hablando de cómo conseguir que el aborto se convirtiera en un ominoso e inquietante recuerdo de la historia, algo que, como la esclavitud, los sacrificios humanos, las deportaciones masivas y el genocidio, sólo podemos imaginar en tiempos ignorantes de la dignidad natural de cada hombre o fruto presente de situaciones morales y sociales terriblemente degradadas.
 
El caso es que los grandes crímenes del siglo XX, y sin duda el aborto es uno de ellos, han necesitado siempre de una ideología motora y justificatoria, una ideología que comience negando a la víctima su condición humana para así poder disponer de su vida a voluntad. La ideología y su compañero inseparable, el interés, he ahí nuestro problema para no ver, para no querer ver.

112.390 abortos se provocaron en España en 2012, uno por cada cuatro nacidos, pero hay muchos a los que eso debe parecerles poco o irrelevante. Sin embargo, esos mismos parecen contentos porque han sido un 5% menos que hace un año. Si de verdad es así, ¿por qué no trabajar juntos para que fueran un 98%, un 100% menos? ¿Lo creen imposible? No lo es. El ejemplo viene de un país de raíces y estructura social no muy distinto del nuestro: en Polonia hubo en 1993 casi 170.000 abortos, pero en veinte años se han reducido a unos pocos centenares. Y, sin embargo, en este tiempo las polacas no han sufrido mengua alguna en sus posibilidades de realización personal, profesional o social, todo lo contrario como es patente.
 
El éxito es el resultado de un conjunto de leyes que regulan la despenalización del aborto sólo en los mismos tres casos que el proyecto de Gallardón propone, pero que se acompañan de la voluntad política de hacerlas cumplir y de medidas efectivas para que las madres en dificultades no se sientan desamparadas. Naturalmente, en Polonia no hay sitio para la industria de la muerte ni se hacen millones con clínicas matadero. Es preciso cambiar los términos de este debate absurdo.

jueves, 19 de diciembre de 2013

EL TABÚ DEMOGRÁFICO

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 19 de diciembre de 2013
 
          
EL llamado "problema de España" fue uno de los debates intelectuales más largos e intensos de nuestra historia. Generaciones de pensadores, poetas y ensayistas pasaron buena parte de sus días y de sus noches discurriendo qué es eso de España, cuál la esencia de lo español como pueblo y como cultura, hacia dónde apunta la flecha de nuestro destino. Aquellas polémicas memorables, protagonizadas por personajes como Costa, Unamuno, Sánchez Albornoz, Maeztu, Ortega o Castro nunca hubieran sido capaces de dar con la clave que al mismo tiempo es la conclusión. Resulta que el problema y al mismo tiempo el destino de España pudiera no ser otro que la desaparición, y no por designio de los separatistas, que ya quisieran, sino por voluntad de sus habitantes. El problema de España, en estos momentos, es el de la previsible extinción de los españoles.

En la contribución de Alejandro Macarrón al reciente libro colectivo Debate sobre el concepto de familia, en el que se han dado cita algunas de las mentes más profundas y brillantes ocupadas en el estudio de esa institución tan valorada como vapuleada, puede leerse: "Con la natalidad actual, por cada cinco españolitos que nacen harían falta tres más simplemente para que la población no decrezca… Eso significa que, si la tasa de fecundidad no cambiase, la generación de españoles en edad fértil de dentro de treinta años sería un 38% menos numerosa que la actual; la que habría en sesenta años, un 61% menor". La proyección a cien años, un suspiro en la vida de las viejas naciones, sería de un 76% menos y hasta de un 94% a principios del siglo XXIII. Estas cuentas parecen imposibles, pero hay que recordar que la tendencia lleva casi cuarenta años afirmándose y que no hay ninguna perspectiva razonable de que las cosas vayan a cambiar.

En silencio, sin merecer una sola portada de periódico, el problema demográfico se ha ido convirtiendo en la principal amenaza que gravita en el medio y el largo plazo sobre la sociedad española. Es incomprensible la ceguera voluntaria ante una catástrofe que inevitablemente arrastrará todos los logros alcanzados a tan alto coste por las generaciones previas. Nuestro mayor problema es hoy también el mayor tabú, y es que para encontrar remedio habría que reconocer y enmendar muchos errores sociales que hunden sus raíces en opciones y comportamientos personales.

jueves, 12 de diciembre de 2013

LO QUE VALEMOS

Rafael Sánchez Saus en el Diario de Cádiz el jueves 12 de Diciembre de 2013


COMO desde esta columna no se practica el engaño ni la mentira, quiero hacer constar que no me creo lo que ahora voy a escribir: España vale exactamente 528.394 millones de euros. Pero lo crea yo o no, lo cierto es que esa es la valoración recientemente realizada de lo que ha dado en llamarse la Marca España, es decir, la imagen exterior de nuestro país en los ámbitos económico, social, cultural, científico y tecnológico. Todo, pues, lo que es susceptible de ser etiquetado como Made in Spain.

Cuando uno topa con esas cifras lo normal es que se pierda pie, así que yo no sé si eso es poco o mucho. Brand Finance, organización independiente experta en la valoración de activos intangibles que anualmente mide y pesa, me temo que necesariamente un poco a lo bestia, lo que vale el orbe, sí lo sabe y su dictamen es simplemente demoledor: la Marca España, en tan sólo un año, ha perdido el 20% de su valor y bajado del puesto 13 al 18 en una clasificación global en la que ya no cuentan sólo el PIB o la renta disponible, sino la imagen que se proyecta sobre un mundo convertido en una especie de club o, si lo prefieren, de enorme centro comercial. Y esa imagen se nutre no de esos otros intangibles que a los españoles nos gusta resumir en la expresión "calidad de vida" y que para la mayoría se compone básicamente de mucho ocio, sol radiante, playas arenosas y cervecita helada, sino de asuntos tan prosaicos como las inversiones, los productos y los servicios. De lo que Brand Finance habla, cuando nos aleja de la cabeza de una jerarquía que no hace mucho acariciábamos, es de decadencia, de ocaso más que de vacas flacas, de incapacidad para adaptarnos a las nuevas circunstancias, de alarmante falta de ideas para encontrar soluciones, ya que el talento de los habitantes de cada país es otro, tal vez el más misterioso, de los factores valorados.

Consolémonos. Durante años, la paradisíaca Sanlúcar de Barrameda fue situada en el último lugar de entre todas las poblaciones de España en el conocido e influyente estudio de una gran entidad bancaria sobre la realidad socioeconómica del país. Y es que las estadísticas no pueden valorar una puesta de sol sobre Doñana. España, como Sanlúcar, nunca es tan bella como al lubricán, pero los expertos de Brand Finance no saben nada de esas cosas. Tampoco de economía oculta a la suave luz del atardecer.

sábado, 30 de noviembre de 2013

DESMONTANDO A SUSANA

Rafael Sánchez Saus en el Diario de Cádiz el jueves 28 de Noviembre de 2013


EL llamado "efecto Susana" es la sensación política del momento. Por tanto, como la política lo acapara todo en España desde hace cuarenta años, se ha hecho imposible abrir un periódico, oír un noticiario o zapear un rato sin toparnos con la presidenta de la Junta, su melena, su camiseta, su voz y su ancha sonrisa de andaluza a la que todo le sale bien. Agua de mayo para un PSOE en horas no oscuras, saturnales, y también para la legión de comentaristas que han encontrado oficio y beneficio en hacer de observadores de las cosas de la vida -reducida, como digo, a política- y contarlo.

Algunos profundizan: Enric Juliana, director adjunto de La Vanguardia, tras el ciclón triunfalista y susanista desencadenado en Granada el pasado fin de semana, durante una tertulia radiofónica en la que no había más tema que ella, lo que dijo y lo que no es capaz de decir y nunca le oiremos, afirmaba: "Una cosa me llama la atención: el tono de voz y la acentuación tienen un efecto. Y lo que me pregunto es cuál es la fuente de ese efecto. Y creo que tiene que ver con el habla andaluza". Bien visto. Desde otro ángulo, el de los más directamente interesados en saber qué está pasando con Susana Díaz, Rubalcaba, que se debe levantar todas las mañanas preguntándole al espejo qué tiene ella que no tenga él, como si no estuviera a la vista, también ha lanzado su hipótesis: lo ha llamado "poderío", sabiendo el muy malvado que al conjuro de esa palabra, aplicado a una señora, todo español mayor de treinta años piensa en Rocío Jurado. Así pues, ya tenemos a dos sabios varones, catalán uno y montañés el segundo, que sólo pueden explicarse en clave de tópico andaluz un fenómeno que les ha roto los esquemas. Para ellos, el irresistible "efecto Susana", la unanimidad que despierta en la deprimida grey socialista, responde a los mismos resortes que el que desencadenaría entre sus paisanos una tonadillera dando el pregón de las fiestas de su pueblo.

Ha tenido que ser un andaluz, inmune por ello a la sugestión del tono y del acento, tal vez insensible por empacho al poderío del sentimiento hembra y la pasión postiza, Ignacio Camacho, quien, cual nuevo Séneca, pusiera el dedo en la verdadera llaga del efecto Susana: "Sigo haciéndome una pregunta: ¿alguien me puede decir qué ha hecho o dicho Susana Díaz para merecer tanto entusiasmo?". El misterio continúa.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

PROVOCACIÓN E HIPOCRESÍA

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 14 de Noviembre de 2013

 
LA provocación es arma de débiles, en la guerra, en los debates y en la vida. El fuerte en sus razones no recurre a ella porque, desde el momento en que lo hiciera, prescindiría de todo su arsenal, poco importaría ya su bien labrada posición: toda la suerte se juega desde ese momento en el polémico y siempre dudoso terreno en el que la provocación actúa.

Si yo digo "vota y sométete a la mayoría" con intención de desacreditar a la democracia, me arriesgo a sufrir un severo revolcón dialéctico por parte de los que sostienen con razones que ese régimen es, a la postre, el único que respeta a las minorías. Si dijera "trabaja y sométete a tu jefe" con el sano propósito de discutir las relaciones de dominio, no faltará quien me haga ver que el que percibe un salario de otra persona puede haber contraído ciertas obligaciones con ella. En ambos casos el intento de provocación aporta poco al debate, sus posibilidades se agotan en el mínimo nivel propio de la pintada callejera.

Se ha publicado un libro por una muy estimable editorial católica con el provocativo título de Cásate y sé sumisa, mera sinopsis de una enjundiosa reflexión paulina sobre el matrimonio y traducción literal del original italiano de Costanza Mariano. Y la primera consecuencia de la tonta provocación ha sido oscurecer todo el mensaje positivo sobre el matrimonio cristiano de un buen libro, cuya autora ha sido incluso recibida por el Papa. ¿Tiene eso algún sentido más allá de lo puramente comercial?

Pero si la provocación es arma propia de débiles, caer en ellas delata el talante de los prepotentes. La escandalera sobre el título de esa obra se ha convertido de inmediato en una prueba más de la hipocresía de los guardianes de lo políticamente correcto, alguno de los cuales ha pedido, a lo bruto, su retirada de la venta. Cuando los derechos de miles de mujeres son pisoteados cada día en forma de despidos y postergaciones laborales por el simple hecho de quedarse embarazadas y no someter sus vidas a los intereses abusivos de jefes y empresas, rasgarse las vestiduras por la irónica y tal vez desafortunada portada de un libro sobre el matrimonio es peor que una provocación: una muestra de la dictadura, ya nada sutil, sobre expresiones y conciencias que los dueños de leyes y modelos sociales se aprestan a imponer. Y eso sí que debería parecernos verdaderamente grave.

jueves, 31 de octubre de 2013

LA DOBLE ALMA DEL PP

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 31 de Octubre de 2013

 
 
 
ES sabido que los partidos políticos tienen bases, cúpula, órganos, aparato y hasta alcantarillas. Un partido bien ordenado es un conjunto de metáforas extraídas de la geometría, la arquitectura y lo animal, pero pocas veces se oye hablar del alma de los partidos, en el supuesto de que la tengan. Yo tiendo a creer que sí a fuer de católico y en armonía con mi certidumbre de la existencia de ángeles guardianes de ciudades, naciones o instituciones innegablemente animadas. Ahora, ¿podría tener ángel custodio lo que carece de alma? Doctores tiene la Iglesia...

Si el PP posee alma, la tiene escindida. Dos importantes acontecimientos de estos días nos lo certifican: la actitud ante la manifestación de la AVT contra la anulación de la doctrina Parot y, en terreno bien distinto, pero precisamente por eso tan complementario como elocuente, las discrepancias en materia fiscal entre el presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González, y el ministro Montoro. El primero, un asunto de justicia y sentimientos; el segundo, de dineros e ideas. Viene sucediendo en el PP desde hace ya tiempo que en cada tema de verdadera importancia se agudizan discrepancias de fondo entre personalidades del partido que, poco a poco, van perfilando posiciones incompatibles. La impresión es que los campos están cada vez más deslindados, con el aparato rajoyista por un lado y la constelación de figuras relegadas que siguen teniendo a Aznar como referente más o menos íntimo y a Madrid como plaza fuerte, por otro. Que el pueblo soberano y urnícola sabe distinguirlos perfectamente, se vio el pasado domingo en el muy distinto tratamiento que unos y otros recibieron en Colón y alrededores.

Un partido que pretende aglutinar desde las fronteras de la socialdemocracia y el pragmatismo amoral y posmoderno hasta el voto católico y la derecha sin complejos, renegando encima de los referentes políticos y de los valores que podrían dar unidad a tan abigarrado mosaico, sólo puede ser una quimera o un milagro. La doble alma del PP debe traer loco a su ángel guardián, pero no más que a sus sufridos electores. Sólo un potente liderazgo podría seguir amasando esas voluntades dispersas, esas ideas contrapuestas, esos proyectos enfrentados. Rajoy, eterno equidistante sin alma propia, no puede ser ese hombre aunque el temor de todos a la derrota electoral le ayude tanto.

jueves, 10 de octubre de 2013

EL FRACASO DE UNA GENERACIÓN

 Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 10 de Octubre de 2013
 
 
            SÍ, señores, les supongo enterados de que no sólo los jóvenes bachilleres españoles, también los adultos, hombres y mujeres, empleados o parados, todo el amplísimo arco que va desde los 16 a los 65 años, somos un desastre que apenas sabe leer y malamente contar, los últimos de la clase, el hazmerreír de los recreos. Eso ha concluido el llamado PISA para adultos, o Programa Internacional para la Evaluación de la Competencia de los Adultos, tras encuestar a 157.000 personas de 23 países.
 
            En él, España ocupa la vigésimo segunda posición en comprensión lectora y la última en matemáticas, a distancias siderales de la media de la OCDE y de la UE. No crean que la evaluación consiste en comentar la poesía simbolista o resolver ecuaciones, parece que una parte considerable de nuestros compatriotas lo pasa mal si tienen que leer, y comprender lo que leen, un prospecto farmacéutico o un periódico digital, y que no son capaces de hacer la cuenta del súper o enfrentarse al recibo de la luz.

               En esto ha parado el tan jaleado sistema educativo universal, gratuito y obligatorio del que tan orgullosos se sienten los que prefieren ser despedazados antes de que la menor reforma se abata sobre él. ¿Creen que la contundencia de este informe, como la de los muchos que ya llevamos digeridos, les hará cambiar un milímetro su posición? El enorme aparato de intereses ideológicos, sindicales, políticos y profesionales que secuestraron hace cincuenta años la escuela española, y con ella el futuro de varias generaciones, ya tiene la solución a este desastre: más dinero. El montaje es perfecto: el fracaso, se afirma, es producto de carencias económicas; luego cuanto mayor es ese fracaso, más dinero se necesita.
 
             Nadie parece reparar en el detalle de que muchos países que destinan mucho menos presupuesto a educación estén tan por encima. Pero es que aceptar los principios de excelencia y libertad que rigen en los sistemas educativos más exitosos supondría la quiebra de la secta educativa que tanto rédito político proporciona a la izquierda.

            La educación, hoy, es un cortijo, pero ese cortijo, aunque esquilmado y arruinado, tiene dueño. Y para colmo, algunos de los principales responsables del estropicio siguen ahí, como si nada, predicando recetas paleolíticas para la enseñanza. El señor Rubalcaba, promotor de la Logse, sin ir más lejos.

martes, 8 de octubre de 2013

Y A ESE HOMBRRE SE LA FUE UNA LAGRIMA

Manuel de la Hera, 7 de Octubre de 2013
 
     Ese hombre, uno cualquiera,  se levanta temprano, cuando en estas fechas de Octubre el sol todavía no ha asomado por el horizonte y se queda pensativo mientras contempla la belleza de la amanecida. Tiene cosas que hacer pero es sumamente atractiva esa tenue oscuridad  del cielo que, poco a poco, se va transformando en suave  claridad que va permitiendo reconocer los contornos del paisaje de siempre, el que viene contemplando ese hombre desde muchos años atrás. Paisaje ese que no tiene nada que ver con el de su niñez, el cuajado de arenales llanos con algún montículo de escasa elevación en el que. cada día, un hombre de religión musulmana hacía oración, bien cubierto con su chilaba. Recuerda, cada día, a ese hombre que le es desconocido y tiene hacia él un recuerdo afectuoso; le enseñó que para la oración es necesario el recogimiento.
 
    Y así. recogido su pensamiento en quienes ya presentaron, para siempre. su alma a Dios, nuestro hombre camina en silencio por los pasillos de su casa para ir abriendo ventanas y contemplar otro horizonte distinto del anterior. Ya el sol está apuntando en el horizonte y muestra un paisaje cuajado de grúas y de instalaciones para la construcción y reparación de buques así como un puente metálico en construcción sobre la bahía. Es una visión del presente y del futuro de la ciudad y vienen a la mente, y al corazón de nuestro hombre, aquellos años de febril actividad con barcos, simultáneamente, en las gradas, en los muelles de armamento y fondeados en la bahía para realizar sus pruebas finales. Ese recuerdo se mantiene vivo en su mente y en su corazón: es un recuerdo de felicidad y de amor al trabajo bien hecho.
 
    Casi una hora después es momento de salir a la calle para comprar el periódico y el pan para el consumo del día. Es una costumbre que se inició cuando era todavía un niño y la mantiene porque quiere seguir sintiéndose niño en esta época en la que hay cierta prisa por querer tener apariencia y consideración de mayor, aunque no se tenga experiencia de lo primero ni méritos de lo segundo. Nuestro hombre lo sabe y le apena esa falsa apariencia y apetencia y en ello se centra una gran dosis de temor para la sociedad, a la que siempre sirvió con atención y cree que ha de seguir siendo así: pensar menos en uno mismo y más en los demás, en el conjunto de la sociedad para que en ella no fructifique el desamor y la violencia sino la serenidad de la paz. Está triste por ello nuestro hombre, pero sabe que debe reaccionar.
 
    A la caída de la tarde, cuando ya aparecían las primeras sombras del anochecer, nuestro hombre salió a dar un pequeño paseo y finalizarlo en la visita a la Iglesia para hacer lo que aquél musulmán, orar sólo y en silencio, en ese pequeño montículo que, de alguna forma. lo aislaba de cualquier distracción. Orar, nuestro hombre,  por todo cuanto en el alma existe como una llama viva, alimentada de amor y de dolor. Orar por la gente - mucha - que sufre por una o más causas, especialmente porque no acaban de encontrar la razón de ser, la razón de formar parte de una sociedad que parece que los ignora, que no quiere saber nada de ellos. En el silencio de la Capilla del Sagrario, de esa Iglesia que visitaba nuestro hombre, llevó toda la pena que había en su alma por las personas a las que amó y por las que ama porque sufren.
 
    Ya de regreso en su casa, nuestro hombre atendió a lo que tenía pendiente de hacer en ese  día, mientras pensaba y soñaba. Este soñar era como una carta en la que le invitaban a llevar a cabo lo que su alma le decía. Así repasaba lo hecho y lo dejado de hacer: el cariño hacia alguien enfermo y esas cartas sin leer porque piensa que son propaganda inútil. Tal vez se equivoque y en lugar de propaganda sea una petición de ayuda para alguien que sufre.  No las dejes sin abrir se dice a sí mismo y al hombre - nuestro hombre - se le fue una lágrima que llegaba desde su corazón.
 
 
 

jueves, 3 de octubre de 2013

LA GRAN RUPTURA

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 03 de Octubre de 2013
                    
FRANCIS Fukuyama, el fallido enterrador de la Historia, no siempre ha estado tan desafortunado como cuando puso a prueba sus condiciones de profeta. En 2000 publicó La gran ruptura, obra en la que repara en la coincidencia, en Occidente y a partir de 1960, de la masiva aplicación de costosos programas de asistencia social que sustituyeron el papel de la familia por el del Estado, y el abrupto ascenso de las curvas de divorcio, cohabitación, nacimientos fuera del matrimonio, abortos, abandono de prole, etc…, en significativa correlación con el aumento exponencial de la delincuencia juvenil, la drogadicción y el fracaso escolar. Este y otros estudios llevaron hace años en Estados Unidos a una remodelación de la filosofía de los programas de ayuda, señalando límites temporales a las prestaciones y condicionándolas a la búsqueda de empleo. Pese a las feroces protestas iniciales de los progres de todo pelaje, los resultados fueron exactamente los contrarios de los que estos auguraban: se incrementó espectacularmente el número de madres solteras o solas que buscaron y encontraron trabajo, lo que repercutió en un enorme descenso del número de niños que vivían bajo el umbral de pobreza, especialmente entre la población negra.

El reciente libro del catedrático sevillano Francisco José Contreras Liberalismo, catolicismo y ley natural, donde pueden conocerse esa y otras muchas incómodas verdades celosamente ocultadas, guarda en sus páginas dinamita conceptual suficiente como para poner del revés todo el aparato estatalista, burocrático e ideológico que está asfixiando a nuestra sociedad y preparando su entierro, ley tras ley, ejercicio a ejercicio. Como cada año, la discusión de los presupuestos vuelve a ser ocasión para la impúdica exhibición de todos los egoísmos corporativistas, de la abisal insolidaridad consustancial a las diecisiete malditas pseudopatrias, para la patética visión de una nación arruinada e hipócrita, con una deuda imposible de casi el 100% del PIB, pero que clama por más y más gasto, siempre a costa del vecino. En estos días, la lectura de un libro así puede convertirse en una auténtica tabla de salvación. España está gravemente amenazada por la corrupción, la incompetencia y la cobardía de los políticos y de buena parte de la ciudadanía, pero hay salida. Lástima que sea en la dirección opuesta a la que vamos.
 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

LAS PEQUEÑECES DE CADA DÍA

Manuel de la Hera Pacheco, miércoles 25 de septiembre de 2013
 
 En general somos gente que nos gusta la notoriedad, brillar por la excelencia de nuestra ciencia o por saber pasar el balón en el momento adecuado para que nuestro compañero de equipo marque un gol que se estaba necesitando como el agua de Mayo; siempre se citará y recordará que ese pase fue algo genial. No cabe duda que supuso la base del triunfo una cosa tan pequeña como darle con el pie al balón para que se luciera fulanito. Pues hay que reconocer que sin ese pase - algo en sí tan pequeño - se habría perdido el partido. ¿Cuántas veces, a lo largo de uno y otro día, hace cada cual algo pequeño que, sin embargo, sea útil para los demás, aunque sólo sea para una persona a la que ni siquiera se la conoce? La vida, básicamente, es eso: un sin fin de pequeñeces que hay que atenderlas con verdadero cariño.
 
    Pero hay que estar atentos - muy atentos - a lo que necesitan los demás. Cualquier persona, aunque no la conozcamos, es digna de nuestra atención y no para ridiculizarla sino para servirla. ¿Quién no necesita, en algún momento, una mirada de comprensión, de estímulo o, simplemente, de cariño, de ese cariño espontáneo que tantas veces surge en el alma para mostrar buena disposición hacia los demás? Toda persona necesita, en algún momento, esa pequeñez que es producto del alma bien dispuesta y esa alma debe ser la tuya; precisamente la tuya que está deseando ser generosa porque sabe de las muchas dificultades que la gente pasa en su vida. Lo sabes por experiencia personal, porque en algunas ocasiones te has encontrado sólo y preocupado, sin nadie a tu alrededor que pudiera ofrecerte un gesto de afecto.
 
    A veces nos dedicamos, con gran empeño a tratar de conseguir objetivos personales o sociales. Es el caso del Investigador que se pasa muchas horas al día enfrascado en su trabajo y ensayando, una y otra vez, una y otra pruebas. Y es el caso, también, de quienes están al frente de Organismos en los que se trata del bienestar material de la Sociedad. Unos y otros viven en una especie de compartimentos estancos en los que se hace una labor importante pero que, generalmente, les aleja de la realidad del trato humano y no tienen la oportunidad de ofrecer alguna que otra pequeñez del amor del alma, de la suya, que debe estar siempre dispuesta a actuar y hacer feliz a una persona porque ha visto la realidad del ser humano y se ha unido a ella con amor; con apertura de su alma hacia el bien, aunque sea una pequeñez. 
 
    Nosotros, los seres humanos, sufrimos el cerco del egoísmo, bien sea porque no nos preocupamos de las pequeñeces de la vida - la de unos y otros - o porque nos aprovechamos de las de los demás. Es duro e hiriente el cinturón del egoísmo; nos aleja de la calidad de persona corriente y bien intencionada, de esa que entiende que la vida es una gran oportunidad - única - para sentir en toda su plenitud la gran fuerza del amor por las cosas pequeñas, porque es en éstas donde se condensa la verdad de la vida. La tenemos al alcance de la generosidad de nuestra alma que, además, es inagotable y que hace que la vida de cada persona sea una completa realidad de amor; de amor del alma, limpio de toda impureza o cualquier satisfacción que aleje de la pureza de intención y de la entrega sin reclamo alguno.
 
    Todos estamos llamados a ser útiles en la vida y es cierto que a unos se les pide más que a otros porque pueden y deben dar más de sí: pero nadie está exento de cuidar los pequeños detalles de su vida y la generosidad con la que se los ofrece. El amor del alma es quien mueve esa generosidad. ese dar a los demás incluso de lo que nos hace falta; pero que nunca falte el amor en ese sinfín de pequeñeces de cada día, en cada uno de esos pases de gol que otro llevará hasta el fondo de la red.

viernes, 20 de septiembre de 2013

BUENAS AGUAS

Alfonso Ussía

 

La Reina ha entregado en Cádiz la bandera de combate al nuevo «buque insignia» de la Armada española, el «Juan Carlos I». Cádiz con su enclave de San Fernando, el Ferrol y Cartagena forman el triángulo anímico de nuestros marinos de guerra. Buenas aguas. A pocas millas del Ferrol se alza la Escuela Naval Militar de Marín. En un principio se pensó en Barcelona para el acto de entrega de la bandera de combate a este fabuloso buque de nuestra Armada, que sustituye al «Príncipe de Asturias», prematuramente dado de baja por problemas económicos. Ya se sabe. Aquí roban casi todos menos los militares, y aquí se rebajan los presupuestos de Defensa para no suprimir asesores, subvenciones chorras, gastos ingentes en mamarrachadas y demás delicias de nuestras diferentes administraciones. El alcalde de Barcelona, el señor «Tgjías» - se escribe "Trías" - no consideró conveniente contaminar su puerto con el «Juan Carlos I» y menos aún que la Reina amadrinara al nuevo portaaviones de la Armada y que los uniformes militares dignaran con su numerosa presencia el solemne acto de la entrega. No deseaba oír el tradicional saludo a la bandera de nuestros marinos: «Dotación ¡Viva España!».

 

El alcalde «Tgjías» no es excesivamente consecuente. En junio lo vi en el Palacio Real, en su capilla, muy ceremonioso y hasta cortesanuelo, asistiendo en lugar preferente a la Misa en memoria de Don Juan De Borbón. Lógico que la Casa del Rey invite al alcalde de Barcelona a un acto en el que se conmemora el centenario del nacimiento del penúltimo Conde de Barcelona que fue, además, un gran enamorado de Cataluña. El último y actual Conde de Barcelona, como es obvio, es el Rey, porque se trata de un título soberano de la Corona de España, un detalle que quizás ignora el alcalde «Tgjías». Podría haberse excusado, pero fue con Godó, que también pisó las reales alfombras a pesar de haber entregado al nacionalismo separatista su Grandeza de España concedida por el Rey en memoria de sus mayores, porque este Godó, méritos, lo que se dice méritos, acumula pocos.

 

Mejor en Cádiz. Buenas aguas las gaditanas, las de la bahía, las inmediatas a Rota, que será la base del «Juan Carlos I». Aguas cultas y atlánticas, océanas e históricas, con ese horizonte en el que se intenta adivinar el dibujo de las costas antillanas. Lo escribió Antonio Burgos en sus «Habaneras».

 

«La Habana es Cádiz con más negritos.

Cádiz, La Habana con más salero».

 

Lo cierto es que hay que agradecer al alcalde «Tgjías» su amable negativa. Pocos días después de la suciedad independentista que apoyó sin límites, quizá no era conveniente recibir en Barcelona a tanta nobleza y honestidad reunidas en un mismo acto. Además, que también Cádiz es Cataluña, porque de ahí partieron como embarcados en las flotas españolas miles de marineros catalanes en busca de futuros y aventuras. Como Cádiz es vasca, y gallega, y canaria, y valenciana, y montañesa con sus jándalos ultramarinos, y extremeña, que de esa tierra valiente de dehesas y sierras surgieron los grandes marinos que no habían visto jamás la mar. Buenas aguas las de Cádiz, que además bañan un talento popular e insuperable de siglos, aguas de la Atlántida, con su tenaza abierta desde el Puerto de Santa María, Puerto Real y Sanlúcar de Barrameda. Un buque de la Armada como el «Juan Carlos I» no se merecía ese desplante grosero de «Tgjías». En Cádiz se sintió muy a gusto. Dotación: ¡Viva España!

 

jueves, 19 de septiembre de 2013

LA HISTORIA MÁS TRISTE

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 19 de Septiembre de 2013
   
OIGO en la radio a Josep Piqué, ejemplo caudal de ejecutivo siempre a la sombra del poder, de político sin otro afán que la gestión de intereses, que los catalanes deberían saber que España es un buen negocio. Desde hace años todo lo que nos viene de Cataluña es tan deprimente que incluso un discurso como ese puede parecer guiado por la buena intención, al menos por la excelente intención de seguir haciendo negocios.

Evidentemente Josep Piqué no es un niño independentista y feliz, de esos de los que TV3 usa y abusa sin delito, ni siquiera es un jovenzano crecido bajo la estelada, privado por decreto del aprecio y conocimiento de la historia y la lengua común de los españoles, educado en el desprecio de lo ajeno y en la autosuficiencia ignara. Es un señor maduro, criado con otros referentes en los ominosos tiempos en que España era la patria por antonomasia, ministro del Reino y no sé cuantas cosas más que se suponen importantes en este atribulado país, pero todo lo que se le ocurre decir a sus paisanos en trance de dejarnos en paz de una puñetera vez es que no se precipiten, que esto sigue siendo un buen negocio. Si eso, traducido a la hermosa lengua catalana, significa que todavía somos ordeñables o que fuera hace frío, quede para los oídos que pueden oír esas razones sin que la náusea llegue. Ahí corté.

Debo ser un bicho raro, rarísimo, pero no deja de asombrarme que ante la terrible, aunque deseable en estas circunstancias, hipótesis de la independencia catalana y consiguiente liberación de España, apenas se esgriman, desde el lado de acá, otros argumentos que los económicos. Tras casi novecientos años ininterrumpidos de vida catalana junto a otros territorios españoles, los grandes motivos que, según nuestros políticos y sus mariachis mediáticos, deberían convertir su desafecto en burguesa conformidad no son más que el previsible descenso temporal de su PIB y la no menos temporal salida de la UE. En la calle, por su parte, el noble pueblo español muestra su perplejidad: ¿qué hará el Barça en una liga sólo catalana, qué el Madrid sin el Barça? "De todas las historias de la Historia/ la más triste sin duda es la de España/ porque termina mal", escribió proféticamente el barcelonés Jaime Gil de Biedma. Para él, como para muchos catalanes hoy, el mayor problema de España es que era pobre. Qué le vamos a hacer.

jueves, 12 de septiembre de 2013

EL BATACAZO

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 12 de Septiembre de 2013

 
 
CLAUSEWITZ, a quien hoy se estudia no sólo en las academias militares, también en las escuelas de negocios, escribió aquello tan repetido de que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Puesto que hoy el deporte es, a su vez y en las naciones más o menos civilizadas, la continuación de la guerra por otros medios, a nadie puede extrañarle el maridaje entre política y deporte a todos los niveles. Política y deporte han ido de la mano en dictaduras y democracias, en imperios hegemónicos, naciones emergentes y estados fracasados. Por eso, hoy, cuando los separatistas catalanes han vuelto a abofetear impunemente a España ante los ojos del mundo, a dos días de que toda la plana mayor del socialismo andaluz haya sido puesta ante la justicia por el escándalo de corrupción más grave y repugnante desde el expolio de las desamortizaciones decimonónicas, un servidor propone que hablemos de deporte para así entender lo que pasa en la política nacional.

El desastre de la candidatura de Madrid 2020 en Buenos Aires, para sorpresa de todos, digan ahora lo que digan los enterados de siempre, nos pone cruelmente ante los ojos la percepción foránea de eso que han dado en llamar la marca España. Si los informes técnicos previos habían dado a Madrid la mejor calificación, debemos concluir que los señorones del COI, que serán corruptos pero no tontos, han apreciado en nosotros otro género de debilidades, más temibles y probables antes del 2020 que un terremoto con efectos nucleares en Japón o un levantamiento popular en Turquía. Esas flaquezas tienen que ver no sólo con las incertidumbres económicas, siendo éstas graves, sino con las que genera, día tras día, la irresponsabilidad de una clase política que se ha empeñado en hacer inviable y conducir al pudridero a una nación a la que hace sólo unas pocas décadas podía describirse como confiada en sus líderes, esperanzada con su futuro y solidaria entre sus tierras y gentes.

El penúltimo vergonzoso y triste espectáculo ofrecido en Gibraltar, con buena parte de los políticos y de la población española vecina haciendo el juego al impresentable Picardo, lo de ayer en Cataluña, lo de todos los días a cuenta de Bárcenas, Griñán, Rajoy, Rubalcaba, la Corona, la partitocracia, los sindicatos, etc…, esto es lo que se han quitado de encima en el COI. De poder, ¿no haría usted lo mismo?

jueves, 5 de septiembre de 2013

SUSANA I

  Rafael  Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 05 de septiembre de 2013

 
 
LO que está pasando entre ayer y hoy en el tan acertadamente llamado Hospital de las Cinco Llagas refuerza el carácter puramente regimentario al que hace tiempo derivó la autonomía andaluza. La coronación de Susana Díaz como presidenta de la Junta en cumplimiento de las previsiones sucesorias responde a una lógica política degradada que ha convertido a los aparatos partitocráticos, sin pudor ni temor, en los únicos órganos decisorios de esta democracia que ya sólo lo parece porque se mantienen vivos reglamentos y formalidades que no comprometen demasiado.

Resulta paradójico que muchos que dicen repudiar la monarquía por no estar sometida la sucesión dinástica a más plebiscito que el de la Historia y sus caprichos, aplaudan sin rebozo esta representación de la Farsa y licencia de la reina castiza con la que el PSOE obsequia y humilla a Andalucía.
 
Un ya de por sí fracasado apparátchik en situación política terminal se permite el lujo de designar nada menos que como presidenta de Andalucía, sin escándalo, a alguien cuya ausencia de cualquier mérito objetivo y exhibible le convierte a él, comparativamente, en prócer ilustre al que pronto incluso echaremos de menos. Y como no hay político que ose promover a nadie que lo mejore en algo, no sea que se note, podemos imaginar la corte que rodeara a Susana I. Es la hora de las oligarquías de barriada por pura desafección de toda aristocracia.

Lo único esperanzador, para cualquiera que conozca un poco el alma andaluza, es el estrepitoso silencio, la aplastante indiferencia del pueblo ante la burla socialista y ante las alharacas del PP afectando indignación. Otros pueblos, resultado de otras historias y otras éticas, pitarían el espectáculo, abuchearían a sus protagonistas, tal vez invadirían el ruedo.
 
¿Para qué, se pregunta el andaluz? En el fondo lo deseable es esta desvergüenza que nos reafirma en nuestro fatalismo, en esa desconfianza sin límites hacia todos los que mandan, sean quienes sean. Ese silencio, esa indiferencia gritan que, a pesar de las ilusiones rotas, de la mediocridad sin fisuras, la vida de todos sigue su curso apenas alterable, que los griñanes y susanas son pura anécdota, verduras de las eras, como todo lo que venga después y siempre. Como te ves, me vi; como me ves, te verás. Así rezaba un extendido epitafio de otra época, buen resumen de esta coronación y de todas.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

SEMILLAS DE ODIO

Carlos Colón, publicado en el Diario de Cádiz el lunes 19 de Agosto de 2013
 
 
ESCRIBÍA ayer la compañera Patricia Godino que, si cuando se realizó el primer registro oficial de la inmigración irregular en la costa del Estrecho de Gibraltar se rescataron 49 personas, en 2003 -el pico más alto- fueron 2.603 y en lo que llevamos de 2013 son ya 1.871. También ayer se supo que la llegada de 800 inmigrantes en pocas horas ponía a Italia en alerta.
 
El diario La Repubblica recogía la protesta desesperada del alcalde de Pozzallo, una de las poblaciones afectadas: "Hospitalarios, acogedores y disponibles, sí; pero no idiotas. Estamos totalmente olvidados por la autoridad. Este Ayuntamiento tiene una deuda de más de 650.000 euros y no obstante continuamos adelantando fondos para comida y ropa".
 
En el mismo diario una parlamentaria italiana manifestaba: "Ha llegado la hora de reflexionar seriamente sobre la inmigración. La sola represión tiene un coste social demasiado elevado si se ejerce sobre quienes huyen de la desesperación. Enviamos este mensaje a Europa: la vía a seguirse no es la del rechazo. El rechazo siembra odio y el odio es el germen de la violencia. No se puede considerar a la mayor parte de la pobre gente que desembarca en nuestras costas simples clandestinos y por ello delincuentes".

Lo terrible es que ambos tienen razón. Es comprensible la desesperación del alcalde que ha de afrontar en solitario una situación para la que carece de recursos. Y son compartibles los argumentos de la política contra la exclusión que convierte a las víctimas de la desesperación en delincuentes.
 
Lo terrible es que, de no tomarse medidas, este gigantesco sufrimiento puede generar dos clases de odio igualmente peligrosos. El de los ciudadanos, sobre todo los más desfavorecidos, que ven hundirse aún más en la marginalidad los modestos barrios en los que los inmigrantes no repatriados necesariamente acaban viviendo. Y el odio de los inmigrantes que se ven rechazados o el de los que son explotados y han de vivir en penosas condiciones si logran quedarse.

El primer odio alimenta la xenofobia y el racismo, explotado por los crecientes partidos de extrema derecha. El segundo alimenta la violencia y la delincuencia a las que se ven abocados quienes sobreviven en penosas condiciones entre nosotros (entre los más desfavorecidos de nosotros, además, insisto) y el creciente fundamentalismo, explotado por los también crecientes movimientos islamistas radicales. Continuará.

sábado, 24 de agosto de 2013

118.539

Oscar  Éimil, publicado en el Diario de Cádiz el viernes  23 deAgosto de 2013.

NINGUNA cifra, de las muchas que hemos ido conociendo desde comienzos de año, pone de manifiesto, como ésta, el estrepitoso fracaso de la sociedad en que vivimos. Y a pesar de su importancia, de su transcendencia como reflejo de lo bajo que hemos caído, muy poca o ninguna ha sido la repercusión mediática y social que ha tenido: han nacido el año pasado en España 453.637 niños y se han practicado en nuestro país, al mismo tiempo, 118.539 abortos. O lo que es lo mismo, de los 572.176 embarazos viables que se han producido, algo más del 20% han terminado en aborto voluntario. Y este dato escalofriante debería producirnos vergüenza y llevarnos a una profunda reflexión.

Muy pronto, seguramente a la vuelta del verano, el Gobierno llevará a las Cortes un proyecto de ley que provocará un cambio sustancial en la legislación reguladora de la materia. Es pues éste un buen momento, a mi juicio, para traer el problema de que les hablo a estas líneas con la sana intención de escarbar un poco en nuestras conciencias

Y para ello, nada mejor que resumir lo que ha sido el estado de la cuestión en España desde la llegada de la democracia hasta nuestros días, periodo este en el que encontramos tres hitos legislativos fundamentales: en 1978, 1985 y 2010.

En 1978, aunque hubo algunos que defendieron una redacción alternativa, el artículo 15 de la Constitución dispuso algo tan evidente como que "todos tienen derecho a la vida". Prevaleció así la opinión mayoritaria sobre la de aquellos que hubieran preferido un texto que dijera "todas las personas tienen derecho a la vida" en vista de que en nuestro Derecho Privado sólo son personas -ex artículo 30 del Código Civil- los nacidos con forma humana que vivan 24 horas enteramente desprendidos del seno materno.

En 1985, la Ley Orgánica 9, como es sabido, modificó el Código Penal para despenalizar el aborto terapéutico, el criminológico y el eugenésico. Esta ley fue recurrida por el Grupo Parlamentario Popular ante el Tribunal Constitucional que, en la muy importante sentencia 53/1985, sentó la que, hasta la fecha, constituye la doctrina constitucional sobre la materia. En ella se afirmó que el nasciturus -el concebido y no nacido-, no es en sentido estricto titular del derecho a la vida, aunque esa vida humana en formación es un bien que constitucionalmente merece protección, ratificando la constitucionalidad de la primera ley socialista del aborto porque, ante la colisión de valores constitucionalmente protegidos, podría admitirse, en determinadas circunstancias, la prevalencia de uno -la vida o la dignidad de la madre en este caso- sobre el otro -la vida en formación.

En 2010, por último, la Ley Orgánica 2, sobre la que pende un recurso de inconstitucionalidad, elevó el aborto a la categoría de derecho subjetivo de la mujer -parece que ninguna opinión corresponde aquí a su pareja-, un derecho que puede ejercitarse hoy en España en cualquier caso y sin más restricciones que el respeto a los plazos que la indica ley y desde los 16 años cumplidos.

La experiencia vivida durante estos años demuestra, a mi juicio, que el grave problema que tenemos encima, demográfico también, pero sobre todo moral y de pura humanidad, no se arregla con evoluciones legislativas más o menos restrictivas. Más bien, dado el estado social de la cuestión, creo que la clave del futuro -de un futuro mejor, claro-, descansa fundamentalmente en la persuasión y en la responsabilidad individual. Nos corresponde a todos, creo, y es obligación, al menos de los poderes públicos, porque así resulta del artículo 10 de la Constitución -"La dignidad de la persona es el fundamento de nuestro orden político"-, reconocer y promover en la sociedad -de la que los medios son parte fundamental- el reconocimiento de la maldad intrínseca del aborto. Es también su obligación implementar políticas activas disuasorias que permitan reducir la escandalosa cifra de abortos que se practican anualmente en España. Lo es, asimismo, premiar generosamente a las madres que, en cualquier circunstancia, decidan llevar sus embarazos a término. Es, en definitiva, su obligación, reformar en profundidad la legislación reguladora de la adopción para que sirva fundamentalmente, más que a la satisfacción de los padres - ¡qué broma es esa de que los padres que den a sus hijos en adopción van a tener en el futuro derecho a visitarlos! -, al interés general de la sociedad, de la que los niños son parte esencial.

Sólo así, desde los poderes públicos, convenciendo, estimulando y ayudando, en lugar de enconando los ánimos, conseguiremos que las tremendas cifras de abortos que se practican año tras año en España -somos los terceros de Europa por detrás del Reino Unido y de Francia-, y a las que nuestra sociedad parece haberse acostumbrado, dejen de ser una auténtica vergüenza para todos.

lunes, 12 de agosto de 2013

LAMENTOS GADITANOS

José Joaquín León, publicado en el Diario de Cádiz el domingo 11 de Agosto de 2013 

A propósito de la polémica entre Cádiz y Sevilla, por la Zona Franca y el Puerto, se ha vuelto a ver que cada ciudad tiene sus especialidades. La de Sevilla es el proyecto mágico. De vez en cuando, surge alguna idea luminosa, como el canal Sevilla-Bonanza (o ahora el dragado del Guadalquivir), con toda la pinta de no hacerse nunca, pero que permite hablar durante años y años sobre la gran riqueza que va a crear algún día. La especialidad gaditana es el lamento. Nos quieren quitar todas las cosas buenas que hay en Cádiz y que tanto nos envidian (en Sevilla algunos querían hasta una playa en el río). Nos copian, y ya se sabe lo que pasa con el que la copia. Y mientras, Sevilla y Cádiz siguen estando entre las mejores ciudades para el desempleo en España.

El lamento gaditano tiene siglos de antigüedad. Si ustedes siguen las efemérides del Diario, verán que ahí se publican de vez en cuando lamentos de toda la vida. Algunos son los mismos de ahora. A principios del siglo XX, ya se decía que el puerto estaba en decadencia y que el Gobierno no ayudaba. El Gobierno nunca se portó lo suficientemente bien con Cádiz. Ningún gobierno, ni de derechas, ni de izquierdas, ni el franquismo, ni las repúblicas, ni nadie. Maltrato eterno a Cádiz. Y aún así, hemos tenido políticos gaditanos colocados, como Emilio Castelar y Segismundo Moret, los dos con monumentos en plazas bonitas, pero se dedicaban a lo suyo. En eso, Sevilla tuvo más suerte con Felipe González, que le puso un AVE, y aquí todavía no ha llegado.

El lamento gaditano, como la fe, es ciego. No ve más allá de Cortadura (en eso se parece al sevillano verdadero, que tampoco ve más allá de Bellavista, Torreblanca o la cuesta de Castilleja). Pero el lamento gaditano se olvida de las responsabilidades propias. Por ejemplo, ya que hablamos del Puerto y la Zona Franca, ¿han sido un modelo de gestión en los últimos lustros, o más bien lo contrario?

La culpa de la decadencia del Puerto de Cádiz no la tienen en Sevilla. O un suponer: el capricho de mi Verja es mía, excepto cuando toca una Gran Regata. Por lo demás, no quiero recordar lo que ha pasado con algunos de los últimos delegados de la Zona Franca; y no me refiero sólo a los juicios, sino que ese cargo parece gafe. Además de que se empeñaron en algunas operaciones de poco éxito.

Siempre nos podemos quejar de los demás. Pero también se deben revisar las responsabilidades gaditanas. Puede que así se corrijan mejor los errores.

domingo, 21 de julio de 2013

UN LIBRO LIBERADOR

Rafael Sánchez Saus en el Diario de Cádiz el jueves 18 de Julio de 2013

LA vida está llena de felices casualidades, eso dicen, aunque muchos prefiramos ver en ello algo de mayor consistencia, pequeñas intervenciones de alguien que nos quiere bien. Cómo no pensarlo al encontrarme con que a uno de mis blogueros favoritos, Carlos López Díaz (Archipiélago Duda), le da por reseñar el libro que justamente estoy leyendo ahora. Este, Mitología materialista de la ciencia, es obra de Francisco J. Soler Gil, un filósofo tan agudo como brillante, capaz de estudiar y presentar las cuestiones más complejas con claridad y profundidad envidiables. López Díaz y Soler Gil, humanistas de amplísimo bagaje y formación, son, sin embargo, verdaderos outsiders de un sistema que reserva celosamente para los intelectuales bonitos todas las ventajas y galardones.

Mi felicidad no consistía sólo en ver súbitamente alumbrado por Carlos López el texto en que gozosamente me afano. Hay algo superior en estos hallazgos, un repentino sentirse miembro menor de una cofradía dispersa un poco por todas partes, cuyos encuentros más o menos fortuitos merecen siempre una celebración que haga justicia a la alegría que proporcionan. Dice Carlos del libro de Francisco José: "El volumen de Soler Gil es una impagable obra de caridad para todos aquellos que acostumbramos a clasificarnos "de letras", al ponernos al día sobre los debates más sofisticados en el terreno de la teoría de la evolución, de las neurociencias, la física cuántica y la cosmología, con pasmosa habilidad pedagógica". Pero la finalidad de la obra no es una simple actualización de conocimientos. La obra de caridad va más lejos, porque el autor se ha propuesto la audacia moral e intelectual de poner en cuestión "la tesis sencillamente falsa" de que los resultados de la ciencia actual abonan los presupuestos del viejo materialismo ateo, algo que dan por sentado las terminales de la cultura dominante que copan los medios de mayor influencia. Como demuestra Soler Gil, desde hace décadas más bien sucede lo contrario, que los nuevos argumentos ahondan la distancia entre los contenidos reales de las ciencias y la mitología materialista en la que estamos inmersos. Las pavorosas consecuencias para el hombre, su libertad y su destino, que conlleva esa imagen materialista del mundo nos hacen celebrar este libro como todo un acontecimiento liberador de las conciencias.

domingo, 14 de julio de 2013

BUITRES

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el 11 de Julio de 2013



ESTA mañana, sobre la alomada cresta del Verdugo, señor del gaditano Prado del Rey, se acumulan los buitres. Sólo desagradable en tierra y en los reportajes de La 2, el buitre es bello y majestuoso en vuelo, un vagabundo de grandes espacios que juega con el levante a ver quién llega más alto y más lejos. Las culturas antiguas y tradicionales eran y son ajenas a la repulsión que en Occidente nos suscita: para los egipcios representaba nada menos que la idea de la madre, vaya usted a saber por qué; los persas -nos cuenta Cirlot en su famoso diccionario de símbolos- exponían sus cadáveres en altas torres para que los buitres los devorasen y, de ese modo, propiciar su renacimiento, que ya hay que creer. Finalmente, los hindúes ven en ellos fuerzas espirituales protectoras que sustituyen a los padres -es de esperar que sólo a algunos, modelo Bretón- y los hacen emblema de abnegación y consejo. Ellos sí que saben.

Con tan multiculturales precedentes, no resultaría extraño que en España el buitre fuera siendo liberado de los ignorantes prejuicios que lo estigmatizan y se pueda convertir, poco a poco, en uno de nuestros símbolos tutelares. Basta leer las páginas inmortales de Rafael García Serrano -escritor al que se ha hecho desaparecer de la memoria, como al amor de su vida, la Falange, a fuerza de desprecio y ocultación- sobre los sanfermines de 1936 en su novela Plaza del Castillo, para darse cuenta de que el toro, no la juerga asociada, ya no es lo que era en Navarra ni en parte alguna de las Españas. El águila es hoy ave nefanda entre nosotros, retirada cuando no torpemente picada de escudos y fachadas. En cuanto al león, alegórico durante siglos de la Monarquía hispánica, desapareció justamente como imagen suya cuando ésta dejó de tener el sentido universal y católico que la sustentaba.

La cosa precede al símbolo y lo hace comprensible. Los españoles conocían y reverenciaban a leones, águilas y toros antes de que pueblos y reyes coincidiesen en elevarlos a emblemas superiores de la nación. Los buitres que hoy recrean la vista en Prado del Rey sólo comparten nombre con los que, a la espera del festín de sus despojos, se han adueñado de la bolsa, el honor y la esperanza de España, pero no se necesita más para llevar a las piedras armeras lo que ya está grabado en el alma resignada de un pueblo que ha entregado la cuchara.

sábado, 13 de julio de 2013

EL TRABAJO BIEN HECHO

Manuel de la Hera Pacheco, 12 de JUlio de 2013
Es muy duro ver a gente que no tiene trabajo, a pesar de su interés por tenerlo. He tenido amigos en esa situación a lo largo de mi vida y cada uno de ellos ha sido una persona herida moralmente y que ha tardado mucho tiempo en recuperarse después de haber conseguido un trabajo, incluso importante e interesante. La falta de trabajo causa daño al ser humano, incluso en aquellos que cuentan con una posición en la que el dinero no es el problema. En realidad, la falta de trabajo para cualquier persona es un daño moral que sufre, además de la carencia de recursos económicos. Eso es más que sabido, pero a pesar de ello cada vez hay más escasez de trabajo; más personas sufriendo por ello.
Voltaire (1694 - 1778) escribió algo sobre esta cuestión y a pesar del tiempo transcurrido y ser muy distintas las condiciones de vida en el mundo, creo que es interesante pensar sobre ello. Voltaire dejó dicho que : " El trabajo aleja tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad ". No andaba descaminado, ni mucho menos, ese personaje que ha dejado huella profunda en la Historia y en el Pensamiento. Cuando una persona no trabaja - aunque tenga un empleo interesante y bien remunerado - se pasa el tiempo sin tener la satisfacción del deber cumplido, de haber hecho todo cuanto su mente era y es capaz de acometer. Hoy día se dan bastantes casos, por todas partes, de falta de ilusión por hacer algo útil. El aburrimiento personal y el que transmite es sumamente perjudicial.
No quiero tratar los temas del vicio y de la necesidad; ya habrá ocasión en otro momento. Sí quiero insistir en la cuestión de la persona aburrida, de la que es incapaz de sentir el atractivo de tantas y tantas cuestiones que demandan atención y solución. Estas personas se encuentran en todos los niveles y, naturalmente, hacen tanto más daño cuanto más alto sea el puesto que ocupen en la sociedad. No debe ocuoar un puesto de responsabilidad alguien a quien eso de trabajar no le va. Hay quienes creen que tienen perfecto derecho a ese puesto por razones de amistad y hasta de lealtad a determinados principios o personas, pero que no le hablen de trabajo, pues no le gusta trabajar.
Ese tipo de personas hace daño a la sociedad, pues se aburren, no tienen capacidad para plantear cuestiones concretas después de haberlas estudiado detenidamente. Se aburren pero están a gusto con ese mal que padecen y que se transmite a la sociedad. Hoy día hay que estar muy enterado de la misión que debe cumplirse y eso lleva muchas horas de trabajo; toda la vida en el empeño de encontrar la mejor solución a la gran variedad de problemas que se plantean, Siempre hay una Comisión que examina y que pone de manifiesto el poco y mal trabajo realizado por esa persona aburrida. ¿Por qué no se espabila y trabaja a fondo, si es que sabe hacerlo?
No dudo de la existencia de personas de buena voluntad y de amor al trabajo; las :admiro de corazón y me sirven de ejemplo para continuar cada día con algo para hacer, para algo que proporcione salida a la presión del alma, del deseo de ser útil a otros, de iniciar en su ánimo una idea que pueda satisfacer al espíritu de concordia y de trabajo útil para los demás. Gracias a esas personas y a su buen espíritu se mantiene el deseo de trabajar y se trabaja por amor a la función que a toda persona corresponde: la del trabajo bien hecho con amor. Al menos intentarlo de verdad.

 

martes, 9 de julio de 2013

LA ENSEÑANZA DEL DOLOR

Manuel de la Hera Pacheco, 8 de Julio de 2013
 
¿Quién no ha sufrido algo en su vida, aunque ésta sea una vida joven, casi incipiente? Desde el nacimiento sufre algo el ser humano por mucha que sea la atención que con él se tenga. ¿Han leído ustedes esa barbaridad llevada a cabo por una madre que lanzó a un sumidero al hijo al que acababa de dar a luz?. Causa verdadero horror el conocimiento de ese hecho; horror y conmiseración porque esa madre ya no podrá olvidar lo que hizo en un momento en que todo su ser estaba dominado por el miedo a la vida. Siempre tendrá en su alma ese momento en el que perdió la sensibilidad materna, abriéndose en aquella una página a la que le dará miedo asomarse, pero que siempre estará abierta.
Cualquier persona que haya leído esa triste noticia habrá recibido, también, una enseñanza acerca de lo que es posible que ocurra en la vida humana; lo que le ocurra a los demás y también, ¿por qué no?, a uno mismo. La asignatura del dolor es la propia vida humana: está escrita y se sigue escribiendo, día a día, con la aportación de todos los seres humanos de todos los tiempos. Con cualquier persona con la que entables conversación se hablará del dolor en alguna de sus innumerables versiones y también de la forma de evitar que ese dolor concreto deje de asolar a la humanidad, aunque sea por un espacio de tiempo que nunca será ilimitado ¿Que ocurre ahora en Egipto y antes en Libia?
Se habla de lo que ocurre en todas partes y que los medios de comunicación nos han puesto al día, pero hay algo que es personal, algo que es la enseñanza del dolor del mundo; tanto de lugares a miles de kilómetros de distancia como de algo muy próximo a lo que se une lo que personalmente se puede sufrir, aunque sea muy pequeño en comparación a esas otras grandes tragedias humanas que cada día son noticia de algo duro y lamentable. Se aprende a sufrir, sufriendo todos esos horrores, más o menos lejanos, y se procura no llegar a caer en los mismos errores que motivaron esas desgracias colectivas. Se aprende a ser personas más responsables con la sociedad nacional e internacional.
Esa es la enseñanza que se nos ofrece minuto a minuto de cada día y desgraciadamente no se suele asimilar como sería de desear. Parece que no interesa lo que les pasa a los otros; si acaso queda como una imagen más o menos llamativa pero no llega a lo hondo del corazón y tampoco la inteligencia se toma la molestia de hacer un análisis de ello y calibrar las posibles consecuencias que para uno mismo pueda llegar a tener. Se toma, más bien, como una serie de misceláneas diarias, de pequeñas cosas que suceden en el ancho mundo y que no merecen atención especial. Nos engañamos a nosotros mismos, pues en lo más hondo de nuestro ser se habrá depositado un algo de ese dolor que sufre la humanidad. Aprendemos así aunque no sea esa la forma adecuada.
Un pensador alemán dejó dicho que: " El dolor es el gran maestro de los hombres (seres humanos), bajo su soplo crecen las almas." Así es la realidad, aunque la sociedad se preocupe de otras cosas que distraigan a las almas por medio de concentraciones masivas con las que se pretende la distracción de las gentes. Pero el ser humano tiene su tiempo de intimidad en el que el dolor se presenta tal cual es. Se le podrá atender adecuadamente o no, pero el dolor nos ofrece su enseñanza y nos hace más sensibles al sufrimiento de los demás y, en definitiva, nos hace verdaderamente humanos cuando ayudamos a los demás en su dolor.
 

domingo, 7 de julio de 2013

LOS FRUTOS DE UN PONTIFICADO

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 04 de Julio de 2013


Acien días escasos de la elección del papa Francisco, ha aparecido en las librerías una de las obras más interesantes que se hayan editado en España sobre el sentido profundo del pontificado de su antecesor, Benedicto XVI. Coordinado por Francisco José Contreras e Ignacio Sánchez Cámara, Hablando con el Papa recoge las reflexiones de cincuenta personalidades públicas españolas sobre otros tantos breves textos de Benedicto XVI. Lo más notable, a mi juicio, no es que gente tan variopinta y destacada como Gabriel Albiac, Jon Juaristi, José María Aznar, Francisco Vázquez, Cristina Losada, Manuel Pizarro, Inma Shara, Juan Miguel Villar Mir, Rafael Nadal, Mercedes Aroz, Alejandro Macarrón, Gádor Joya, Francisco Soler Gil, Xavi Hernández o José Antonio Ortega Lara, entre tantos otros -creyentes o agnósticos-, se hayan prestado a este ensayo, sino que todos y cada uno hayan podido encontrar en el magisterio del Papa algo que directamente les reclama y estimula. En el fondo, esta es la condición propia no sólo del Pontífice, también del intelectual. Tal vez la principal característica de Benedicto XVI, como señalan los coordinadores en la introducción del libro, ha sido la de "entablar un diálogo fecundo con la cultura increyente sobre las grandes cuestiones de nuestro tiempo" y, desde su gran sabiduría humana y espiritual, interpelar "a un Occidente en vías de rápida secularización con desafíos y preguntas que nos conciernen a todos, cualesquiera que sean nuestras creencias, pues atañen al sentido de la existencia humana".

Conforme se van leyendo textos y comentarios, muchos de ellos de extraordinaria calidad, emerge una y otra vez el que parece principal mensaje de Joseph Ratzinger y del catolicismo actual a quienes deseen escuchar: que la razón humana es digna de confianza porque el hombre es imagen de un Dios que es razón, Logos. Y que, por tanto, la razón permite el acceso al bien, la verdad y la belleza objetivas. Este mensaje de radical humanismo, de libertad y esperanza, de modernidad, en tiempos de eclosión de fes irracionales, de rechazo instintivo de los fundamentos que han hecho posible el despliegue de nuestra civilización, de oscuras amenazas sobre el futuro del hombre y de aparente triunfo de lo absurdo de la existencia, es el legado inapreciable de un Papa sabio y humilde que no debemos olvidar.

viernes, 5 de julio de 2013

LA BELLEZA ES POSIBLE, NO TODO ESTÁ PERDIDO

Manuel de la Hera Pacheco, 5 de Julio de 2013 
Vivimos una larga temporada de desencanto, de temor y de horror ante lo que viene sucediendo en el mundo. Es cierto que aún en esas condiciones el ser humano puede sobreponerse a esas tristes y lamentables crisis que afectan tanto a la vida material como a la del espíritu, pero ha de ser con una entrega firme a lo más noble que hay en su alma, trabajando en ocasiones contra corriente y poniendo en juego toda su capacidad. El ser humano es sensible, por naturaleza y va educándose a lo largo de su vida con todo cuanto llega a su conocimiento y su mente lo considera de acuerdo con los principios del amor, de la justicia, de la verdad en definitiva, pasando a constituir la calidad de su análisis.
Últimamente ha sido Egipto la nación que ha vivido un profunda crisis y todo hacía pensar que iba a terminar mal, pues los ánimos estaban muy tensos y con la gente en la calle. De momento se ha llegado a una solución, por medio de la intervención del Ejército, aunque la tensión parece que se mantiene, aunque de forma menos violenta. Situaciones como esa causan inquietud en el mundo pues se sabe la ligazón que existe entre grupos importantes de diversos países que están dispuestos, en principio, a luchar con las armas para que sus principios se impongan en grandes áreas, bastante pobladas, que, en cierta medida afectan a nuestra seguridad nacional y a las ideas de muchas personas.
En contraste con ese estado de cosas y otros que hablan de corrupción y falta de sentido justo de la forma de proceder, he tenido ocasión de ver - por medio de internet - una colección de cuadros pintados por Isabel Guerra, que es una monja de clausura en el Monasterio Cisterciense Santa Lucía, radicado en Zaragoza. A pesar de que conocía su obra desde bastantes años atrás, ésta nueva colección me ha hecho ver que la belleza es posible en este mundo en el que vemos tantas cosas trágicas y desagradables. Dura es la vida de mucha gente y se dan casos que son verdaderas tragedias, pero hay que mostrar la belleza, como lo hace la monja de clausura, como una aspiración del alma.
Es mucho lo que se sufre en nuestro país por la falta de trabajo y con un horizonte verdaderamente duro y comprendo que muchas personas están inmersas en el sufrimiento, por lo que parece un sarcasmo hablar de que la belleza es posible. Sin embargo es una realidad la existencia de la belleza aún en el dolor. Belleza es ver cómo se ayuda la gente a pesar de las necesidades que están padeciendo- Lo es, también, ver cómo un padre que pide a la puerta de algún templo se ocupa de sus cinco hijos, uno de ellos discapacitado. y de su mujer para que, por lo menos no pasen hambre. Es dura y triste esa imagen pero tiene la luz espléndida de la entrega de ese hombre.
Es la misma luz que embellece de forma serena las pinturas de la monja de clausura; es la luz de la esperanza y del amor a la gente que sufre y que está inmersa en situaciones difíciles. Hasta la Naturaleza presta su apoyo a esa necesidad de la belleza en el curso de la vida humana. La belleza existe y se la puede encontrar. La necesitamos sentir en nuestra alma para que nuestra actitud ante la vida sea justa y serena.

miércoles, 3 de julio de 2013

ESCENAS TRISTES EN LA VIDA

Manuel de la Hera Pacheco, escrito el lunes 1 de Julio de 2013
La calle, cualquier calle de cualquier Ciudad. nos muestra aspectos de la vida que merecen atención; nos enseñan la realidad del sufrimiento, la despreocupación de muchos con esa vida que algunos ( muchos también ) se ven obligados a adoptar y la separación de unos y otros, como si de castas diferentes se tratara, como si hubiera algunos genes que marcaran la desgracia, la infelicidad, la separación de clases humanas, la negación hasta de pequeños detalles de satisfacción personal, de esos que hacen desaparecer del rostro el rictus de la amargura. La calle está pidiendo que la observes con atención y, sobre todo, con el alma abierta de par en par para acoger, con cariño y gran respeto. todo ese conjunto de risas y de sufrimientos que en ella se dan más o menos simultáneamente.
El último día del mes de Junio, la calle estaba menos concurrida, a esa hora temprana de la mañana en la que se celebra la primera Misa del Domingo. A esa hora, en la que la gente suele ir deprisa porque va con el tiempo justo. ya había un hombre de raza negra en una de las puertas de acceso a una Cafetería. En la mano derecha sostenía un gorro como signo de petición de alguna moneda para poder satisfacer su hambre de la mañana. A veces se nos olvida que la gente pasa hambre y que tiene necesidad de comer algo que no es necesariamente un festín. Esta persona a la que me refiero procede de un país lejano y se ha acercado hasta nosotros - pasando un sin fin de calamidades y hasta riesgo de muerte - para que le ayudemos a vivir dignamente, como un ser humano, como usted o como cualquiera de los que pasan a su lado.
¿Cual es nuestra reacción? No me refiero a la de ese momento que pasas al lado de ese hombre que tiene hambre y te pide algo para comer, sino a nuestra forma de actuar en la política de relación con otras naciones. ¿Cómo se piensa solucionar ese grave problema de las emigraciones? ¿Cómo nos "ajustamos" en el mundo para que cualquier persona pueda vivir dignamente en su país? ¿Cómo los debemos acoger en su caso?. Ya sé que se piensa y se trabaja en ello, ¿pero a qué ritmo y con qué espíritu de solución eficaz? La gran mayoría de las personas solemos pensar primordialmente en nuestro problema personal y después en esos otros de carácter general; pero si pensamos con mucho cuidado y cariño en los nuestros no ha de ser menos en los de los demás. Es un deber de solidaridad.
Para completar el panorama, ésta misma mañana aunque algo más tarde que ayer, fui a solucionar unos asuntos, en mi misma calle, en la de la Cafetería que antes he citado, y pude observar cómo una mujer, bastante joven, removía con una varilla metálica larga las basuras existentes en un contenedor, y sacó de éste tres bolsas cerradas cuyo contenido pasó a examinar minuciosamente y seleccionando para sí misma lo que creyó conveniente que traspasó a un pequeño carrito que tenía a su lado. Un poco más allá cuatro o cinco chicas jóvenes charlaban alrededor de una mesa alta situada en la puerta de un Bar. El contraste no podía ser mayor. Ante el contenedor una mujer joven buscaba algo que pudiera serle de utilidad: era su trabajo. Al lado unas chicas jóvenes trataban de programar su día de veraneo.
Escenas tristes de la vida, esas dos que he relatado, que deben remover nuestras conciencias y hacernos más generosos - mujeres y hombres - en nuestra entrega a solucionar los problemas que existen en el mundo, aunque empecemos por los que vemos que hay en la calle que vivimos o que frecuentamos. Después el mundo espera algo más de la sensatez humana, a la que algo o mucho podemos y debemos contribuir. A todos nos esperan.