Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

martes, 26 de agosto de 2014

UN PACTO DE "AGUA VA" PARA CATALUÑA

Fernando Jauregui, 24 de agosto de 2014 a las 12:00 en Periodista Digital

Cada semana que pasa el nudo gordiano en versión catalana se complica. Pujol irá al Parlament, donde esa mitad de la sociedad (política) no independentista le crujirá a preguntas comprometedoras.
El mismo día, presumiblemente, el jefe del Gobierno andorrano, Toni Martí, se verá con Rajoy en Madrid y qué duda cabe de que la fortuna de los Pujol Ferrusola en bancos andorranos -y no solo de esa familia- será un gran tema de conversación en La Moncloa.
Ha ocurrido algo más: el referéndum previsto para el 9 de noviembre ya no se llamará referéndum, sino consulta no refendaria. No se trata solamente de palabras: el proceso secesionista se está aguando.
Este viernes, esa casi mitad (jurídica, o sea, en este caso, también política) no independentista integrada en el llamado Consejo de Garantías Estatutarias consideraba inconstitucional lo que el Tribunal Constitucional también considerará inconstitucional: esa consulta no refendaria.
En cambio, la mitad más uno de ese Consejo, impulsado por la Generalitat, decía que sí, que la consulta será constitucional, y a eso se aferran los más 'duros' portavoces que rodean a Mas (como Francesc Homs) para asegurar que habrá consulta 'sí o sí' el 9-n. De acuerdo, pero ¿qué consulta, por cierto antes invariablemente llamada 'referéndum' por Homs?
De momento, la sociedad catalana está irremisiblemente partida. En el Parlament, en instituciones de mayor o menor representatividad, como el citado Consejo, en las encuestas y, claro, en la calle.
Muy peligroso eso de dividir a la ciudadanía en dos bandos irreconciliables en torno a un tema de tanta trascendencia para la vida de la población como un proceso independentista, que es la ruptura total.
Los expertos juristas del Consejo, elegidos al fin y al cabo por los partidos, han votado alineándose con quien los nombró: los que fueron designados por CiU y ERC piensan, naturalmente, que la consulta, que no referéndum, se ajusta escrupulosamente a la Constitución; los designados por PSC, PP o, sorpresa, ICV, creen que no.
Así que no hemos avanzado un solo paso, excepto a la hora de mostrar, una vez más, el lío mental de la Izquierda Unida catalana, cuyo líder, Joan Herrera, dice una cosa los lunes, miércoles y viernes y otra martes, jueves y sábados, descansando de tanta algarabía los domingos.
Podría usted decir que para qué tanto teatro si, al final, ya sabíamos lo que iba a decir el Consejo y que los 'consultistas' iban a ganar al menos por cinco votos a cuatro. Sí, pero lo interesante es que el antiguo referéndum ya no se llama así, y ya se sabe que la semántica nunca es inocente. Se está, como más arriba decía, echando agua a la trascendencia de esa consulta, que, al final, va a quedar en muy poca cosa, si es que queda en algo.
Y digo que, para salvar los muebles, tal vez sería posible que las dos partes -Cataluña y el resto de España y las dos cataluñas que aún conviven en Cataluña- llegasen a un acuerdo sobre la cantidad de agua que hay que echarle a la consulta para que unos digan que se ha celebrado, al fin y al cabo, y los otros digan que y qué.
Ese podría ser el 'hard core' de la negociación que inevitablemente tendrá lugar en esas primeras semanas de septiembre en las que Pujol se tragará el sapo del Parlament y Mas el sapo de la muy previsible derrota independentista en Escocia, para no hablar de posibles nuevas declaraciones 'europeas' -este domingo nos llega Merkel a Santiago de Compostela- contrarias al secesionismo catalán. O de lo que vaya a hacer -o no...- el 'socio' Duran i Lleida.
Pienso que tanto la pregunta como las modalidades de esa 'consulta no refendaria' son tácitamente y cuidadosamente pactables, dejando -es una vía que el propio Consejo deja abierta_para más tarde, para tan tarde como unas calendas graecas, considerar si se hace o no un verdadero referéndum de autodeterminación, y cómo.
Por cierto, figuro entre los convencidos de que quienes somos tan radicalmente contrarios a la independencia de Cataluña recibiríamos una muy buena noticia al conocer el resultado de ese referéndum, aderezado con otras concesiones a esa Comunidad.
Pero eso, ya digo, ad calendas graecas, que es un término que resume uno de los grandes inventos de la política. Cuando se juega entre estadistas, claro, que, de momento, no parece ser el caso.

lunes, 11 de agosto de 2014

UN SEPARATISMO QUE SE CRECE

Manuel Bustos, publicado el lunes 11 de Agosto de 2014 en el Diario de Cádiz.



HACE ya algunos años afirmaba en estas mismas páginas que el problema mollar para los próximos años en España iba a ser el separatismo. Desde entonces la realidad no ha hecho sino confirmarlo. Raro es el medio que no se refiere a él; rara es también la charla con amigos o tertulia en que no aflora. Los próximos meses se aventuran cuanto menos preocupantes, aunque, en el último momento, pudiera llegarse a un acuerdo in extremis para retrasar el referendo catalán. Si fuera así, no se trataría de una solución sino de un aparcarlo durante algún tiempo a cambio, probablemente, de nuevas concesiones económicas, de gobierno o, incluso, de reforma constitucional (el conjunto en función de la parte). 

¿Cuál es el escenario en el que nos encontramos? La mayoría de los análisis demuestran los progresos del separatismo. Han logrado internacionalizar sus reivindicaciones y que países insensibles o apenas conocedores del tema, generalmente con una información deficiente, se muestren comprensivos hacia su causa. Han conseguido un fuerte asentamiento en las instituciones, no sólo autonómicas sino nacionales, en el caso vasco a pesar de los estrechos vínculos separatistas con el terrorismo. 

Llevan la iniciativa en todo, gracias a su capacidad de movilización, al apoyo de sus respectivos gobiernos autonómicos y, no lo olvidemos, gracias a su energía propositiva. Frente a un sentimiento español en clara retirada (y no sólo en Cataluña y el País Vasco), sin apenas apoyo institucional, inerme ante los complejos, sólo parcialmente repuntado por determinados éxitos deportivos, España camina de forma progresiva hacia su disolución como Estado, tras siglos de presencia como tal, con suerte diversa, en el panorama internacional. Y sin que aún seamos capaces de atisbar sus enormes efectos. 

La desunión en los partidos de ámbito estatal frente al avance separatista le favorece, sin que, por contra, se observen menguas significativas en el mismo. Otro tanto ocurre con la mayoría de quienes se sienten españoles, salvo excepciones insuficientemente movilizados, acusando el hartazgo y poco o nada proclives a sacrificarse por un asunto que quieren arreglen los políticos, y cuya solución final, tal vez, les dé igual siempre que no les afecte a ellos. 

Entre los separatistas, la ilusión y el ahora o nunca parecen presidir sus movimientos, sin que los bálsamos económicos, la corrupción, las amenazas poco creíbles de la Unión Europea o de la pretendida inviabilidad del propósito sirvan a la larga para detenerlos. Los pueblos no funcionan exclusivamente a base de números, y cuando la utopía se instala en ellos, aunque sea irracional, les predispone a combatir con ánimo y espíritu de sacrificio las dificultades. Esto les cuesta mucho comprenderlo a los materialistas de nuestro tiempo (todo es cuestión económica) y a los que no consideran la verdadera dimensión del reto. O a quienes creen que la simple ingeniería jurídica sería capaz de arreglarlo. 

Los separatistas saben que enfrente no tienen un poder eficiente. Han acrecentado, gracias a las torpezas, claudicaciones e intereses de los partidos y gobiernos nacionales, el número de sus seguidores y han conseguido que su causa aparezca como irreversible. Y van ganando la opinión pública con su "derecho a decidir". Precisamente, para llegar al triunfo, la táctica consiste en eso: disfrazar la acción independentista como "derecho", aunque en este caso no lo sea. Entonces, automáticamente saltan todos los resortes contra los intentos de prohibirlo o recortarlo. Los separatistas saben utilizar el lenguaje y conocen muy bien las sensibilidades del hombre actual. 

No cabe duda que de el Gobierno tiene una buena patata caliente. También la tiene el nuevo Rey, quien, de momento, ha optado prácticamente por eludirlo. Con cualquier acción que se arranque el primero, hay muchos esperando tomar nota y, si se ve alguna postura políticamente incorrecta, saltar enseguida para criticarlo. El margen de maniobra es muy limitado. 

Por el momento el tema no parece quemarle al Gobierno lo suficiente, y se prefiere esperar y esperar sin emprender acciones (ni siquiera las que exige la legalidad), por ver si el problema se disuelve por sí solo, o con el ánimo de conjurarlo temporalmente con nuevas concesiones hasta que llegue el relevo político. Mientras, los socialistas parecen fuera de la realidad. Y el resto de las opciones de izquierda, pues ya se sabe: que eso de España es una creación franquista y reaccionaria. Si el Gobierno lograra la moratoria, no lo dudemos, el problema continuará. En cualquier caso, ¿no estamos ya los españoles acostumbrados a convivir con él? Lo grave sería si nos estallase.

domingo, 10 de agosto de 2014

EL PELIGRO DEL ISLAM



Dentro de una generación o dos, EEUU se habrá de preguntar: ¿Quien perdió Europa? He aquí el discurso pronunciado por Geert Wilders, del Partido para la Libertad, Holanda, pronunciado en el Hotel Four Seasons de New York al presentar una Alianza de Patriotas y anunciar una Conferencia sobre cómo enfrentarse a la Jihad en Jerusalén.

Estimados amigos, les agradezco mucho el haberme invitado. He venido a EEUU con una misión. No todo anda bien en el Viejo Mundo. Existe un tremendo peligro acechando. Y es muy difícil ser optimista. Es muy posible que ya estemos transitando las últimas etapas de la Islamización de Europa. Esto ya no es solamente un peligro claro y actual para el futuro de Europa en sí, sino una amenaza a América y a la mera supervivencia de todo el mundo Occidental. Estados Unidos es el último bastión de la civilización Occidental, frente a una Europa islámica.

En primer lugar les describiré la situación en tierras de Europa misma. Y luego, les diré algunas cosas sobre Islam. Y para cerrar les hablaré de una reunión celebrada en Jerusalén. La Europa que Uds. conocen está cambiando. Probablemente, Uds. ya hayan visto los hitos. Pero en todas estas ciudades, a veces, a apenas unas pocas manzanas del circuito que Uds. recorren como turistas, existe otro mundo. Es el mundo de la sociedad paralela que ha creado la migración masiva musulmana.

A través de toda Europa está surgiendo una nueva realidad: barrios enteros de musulmanes donde poquísimas personas nativas residen o si quiera son vistas. Y en el caso de serlo o estarlo, muy posiblemente se arrepientan. Esto se aplica también a la policía.

Es el mundo de las cabezas envueltas en pañuelos, donde las mujeres caminan enfundadas en carpas que deforman sus figuras, empujando cochecitos de bebes y llevando otros niños de la mano. Sus esposos, o si Uds. prefieren “sus amos”, caminan por delante a unos tres pasos de distancia. Hay mezquitas en prácticamente cada esquina. Los negocios muestran carteles escritos con caracteres que NO puedo leer.

Por ningún lado podrán ver que se esté desarrollando alguna actividad económica. Estos son los ghettos musulmanes controlados por fanáticos religiosos. Estos son los barrios musulmanes, y están surgiendo en todas las ciudades de Europa como si fuesen hongos. Estos son bloques de edificios construidos de tal forma que puedan ser territorialmente controlados en grandes porciones de Europa, calle por calle, barrio por barrio, ciudad por ciudad.

A través de toda Europa hay ahora miles de mezquitas. Cuentan con congregaciones mucho más grandes de las que tienen otras iglesias. Y en cada ciudad Europea ya existen planos para la construcción de “súper-mezquitas” que no harán sino convertir en miniaturas las otras iglesias de la región. No cabe duda, el mensaje es: NOSOTROS  REINAMOS.

Muchas ciudades Europeas ya cuentan con una cuarta parte de población musulmana; tomen como ejemplo a Ámsterdam, Marsella y Malmoe en Suecia. En muchas ciudades la mayoría de la población menor de 18 años es Musulmana. Paris está ahora rodeada por un anillo de barrios Musulmanes. El nombre más común que se escucha al llamar a los niños en muchas ciudades es: MOHAMMED.

En algunas de las escuelas primarias de Ámsterdam ya ni se mencionan las granjas, porque hacerlo significaría mencionar al cerdo, y eso sería un insulto para los Musulmanes. Muchas de las escuelas estatales en Bélgica y Dinamarca sirven solamente alimentos “halal” a sus alumnos. En Ámsterdam, que fue tolerante, ahora a los gays se los castiga corporalmente por parte de los Musulmanes exclusivamente. Las mujeres que no son Musulmanas deben escuchar que se las llame “putas”. Las antenas satelite no apuntan hacia las estaciones de TV, sino hacia las estaciones de sus países de origen.

En Francia las/los maestras(os) de escuela se les recomienda no introducir autores que se puedan considerar ofensivos para los Musulmanes, incluyendo a Voltaire y Diderot; y lo mismo está sucediendo cada vez con más fuerza respecto a Darwin. La historia del holocausto ya no se puede enseñar porque los Musulmanes se ofenden.

En Inglaterra, los tribunales de la “sharia” han pasado a ser parte oficial del sistema legal Británico. Muchos barrios de Francia son ahora áreas por donde ninguna mujer puede caminar sin cubrirse la cabeza. La semana pasada un hombre casi muere tras haber recibido una feroz paliza por parte de Musulmanes en Bruselas, porque lo vieron beber durante el Ramadan.

Muchos judíos se están marchando de Francia, en masa, escapando de la peor oleada de anti-Semitismo jamás vista desde la Segunda Guerra Mundial. Actualmente es muy frecuente oír hablar francés en las calles de Tel Aviv y Netanya, Israel. Les aseguro que podría seguir relatando historias como estas durante horas y horas. Historias sobre la islamización.

Un total de 54 millones de Musulmanes viven ahora en Europa. La Universidad de San Diego ha calculado recientemente que no menos del 25% de la población Europea será Musulmana en apenas 12 años a contar desde ahora. Y Bernard Lewis pronostica que habrá una mayoría Musulmana para cuando finalice este siglo. Pero estas son nada más que cifras. Y las cifras no serían una amenaza si los inmigrantes musulmanes mostrasen que están dispuestos a integrarse a la sociedad que los acoge. Pero apenas si dan muestras de desear tal cosa.

El Centro de Investigaciones Religiosas informó que la mitad de los Musulmanes Franceses consideran que su lealtad para con el Islam es mucho más importante que su lealtad para con Francia. Un tercio de los Franceses Musulmanes NO rechazan los ataques suicidas.

El Centro Británico por la Cohesión Social informó que un tercio de los estudiantes Británicos Musulmanes están a favor de la instauración del califato a nivel mundial. Los musulmanes exigen lo que ellos llaman “respeto”. Y nosotros si les mostramos nuestro respeto: les concedemos días festivos nacionales coincidiendo con fiestas musulmanas de sus propios países.

El Fiscal General de nuestro país que es una Democracia Cristiana está dispuesto a aceptar la sharia en los Países Bajos si se constata que hay una mayoría musulmana. Ya tenemos miembros del Gabinete nacional que poseen pasaportes de Marruecos y Turquía. Las exigencias musulmanas están siendo apoyadas por comportamientos ilegales, que van desde delitos menores y violencia indiscriminada, como por ejemplo la que se aplica contra los conductores de ambulancias y de ómnibus, hasta huelgas y protestas menores.

En París se han registrados hechos de este tipo en los suburbios de menores ingresos, llamados “banlieus”. Personalmente yo me refiero a estos actores, denominándolos “colonizadores”, porque eso es lo que son. No vienen para integrarse a nuestra sociedad; vienen para que nuestra sociedad se integre a su Dar-al-Islam. Por lo tanto, solo pueden ser calificados como “colonizadores”.

Mucha de esta violencia callejera que les relato, está dirigida casi exclusivamente contra los no-Musulmanes  y el objeto es forzar a que mucha gente abandone sus barrios, sus ciudades, sus países. Es más, los Musulmanes están dispuestos a todo como para que nadie los ignore.
Lo segundo que Uds. deben conocer es la importancia que tiene el profeta Mohammed. Su comportamiento es un claro ejemplo para todos los Musulmanes y en modo alguno podrá ser criticado.
No se dejen engañar con eso de que el Islam es una RELIGION. Seguro que tienen un dios y también un después-de, y 72 vírgenes. Pero en su esencia, el Islamismo es una ideología política.
Es un sistema que fija reglas detalladas para la sociedad y la vida de cada individuo. El Islamismo pretende dictar leyes que hacen a todos los aspectos de nuestras vidas. Islam significa SUMISION TOTAL. El Islamismo no es compatible con la libertad y la democracia, porque su meta es solamente la “sharia”. Si Uds. quieren comparar el islamismo con cualquier cosa, compárenlo con el comunismo o el nacional-socialismo, que son todas ideologías totalitarias.

Ahora ya saben Uds. por qué Winston Churchill cuando hablaba del Islam, se refería a ellos como “la fuerza más retrógrada en todo el mundo” y por qué comparaba el famoso libro MEIN KAMPF con el Corán. El público occidental, en general, ha aceptado de buen grado la versión Palestina, y ve a Israel como el agresor. Yo personalmente he vivido en este país y lo he visitado docenas de veces. Apoyo a Israel, la única democracia de Oriente medio.

En primer lugar porque representa la tierra-madre de los Judíos tras dos mil años de exilio hasta (e incluyendo) Auschwitz,  en segundo lugar porque, como ya he dicho, es una democracia, y en tercer lugar porque Israel constituye nuestra primera línea de defensa. Este pequeño país situado sobre una defectuosa línea divisoria de la jihad, frustra el avance territorial del Islam. Israel está combatiendo las líneas de avance de la jihad, cuyas frentes son Kashmir, Kosovo, Filipinas, el sur de Tailandia, Darfur en Sudan, Líbano y Aceh en Indonesia. Para ellos Israel es simplemente un obstáculo en el camino. Igual que lo que sucedió con Berlín Occidental durante la Guerra Fría.

De no haber existido Israel, el imperialismo Islámico habría encontrado otros enemigos a quien inculpar y contra los cuales descargar todas sus energías y deseos de conquista. Son muchos los que en Europa sostienen que habría que abandonar a Israel a su suerte para poder repeler los agravios que recibimos de parte de las minorías Musulmanas.

Dios no permita la caída de Israel, que no traería al mundo Occidental ningún consuelo o paz. Ni tampoco significaría que nuestras minorías Musulmanas modificarían repentinamente su comportamiento o que aceptarían nuestros valores. Muy por el contrario, si Israel dejase de existir haría que las fuerzas del Islam se fortalecerían enormemente. Y, con toda la razón a su favor, verían que la desaparición de Israel no sería otra cosa que la prueba irrefutable de que el mundo Occidental es débil y está condenado. El fin de Israel no significaría el fin de nuestros problemas con el Islamismo, sino apenas el comienzo. Significaría el comienzo de la batalla final por el dominio del Mundo. Si ellos pueden conquistar Israel, podrán conquistar el resto del mundo.

Muchos mal-llamados periodistas se animan a calificar cualquier y toda crítica del Islamismo como que proviene de “racistas” o “extremistas de la más rancia derecha”.

En mi país, Holanda, el 60 por ciento de la población considera ahora que la inmigración masiva de Musulmanes representa la política más equivocada que se haya instaurado desde la Segunda Guerra Mundial. Y otro 60% de la población, considera que el Islam es la más importante amenaza que enfrentamos.

Pero existe un peligro mucho más grande, aun, que los ataques terroristas, y es el escenario de EEUU como el último pueblo en pie contra la invasión islámica. Podría suceder que las luces de Europa se apaguen mucho antes de lo que nos podamos imaginar. Una Europa Islámica significaría una Europa sin libertad y sin democracia, un territorio desierto económicamente, una pesadilla intelectual, y la pérdida del poder militar para América, por cuanto sus aliados se convertirían en enemigos, enemigos en posesión del arma atómica. Con una Europa Islámica, solo nos quedaría EEUU para preservar la herencia de Roma, Atenas y Jerusalén.

Estimados amigos, la libertad es el más preciado bien que se nos ha legado. Mi generación nunca tuvo que pelear por su libertad, nos fue ofrecida en bandeja de plata por gente que peleó por ella y ofrendó su vida. En toda Europa, los cementerios Americanos nos recuerdan de los jóvenes soldados que no pudieron volver a sus hogares, y a quienes siempre recordamos agradecidos.
Nuestra generación no es la dueña de esta libertad, apenas si somos sus custodios. Tan solo podemos traspasarle esta libertad ganada con mucho sacrificio a los niños de Europa de la misma manera que nos fuera entregada a nosotros. No podemos hablar de esas libertades tan duramente ganadas con “mullahs” e “imanes”. Las generaciones futuras jamás nos lo perdonarían. En modo alguno podemos despilfarrar nuestras libertades. Simplemente NO TENEMOS DERECHO A HACERLO. Debemos tomar ya mismo las decisiones necesarias para frenar esta estupidez pro-Islámica que pretende destruir el mundo libre en el que vivimos.


Ruego a todos Uds. se tomen unos minutos para leer todo esto que he escrito. Y también les ruego lo hagan llegar a todos sus conocidos, porque es muy, pero que muy importante.

sábado, 2 de agosto de 2014

ESTADOS UNIDOS...¿DE ESPAÑA?

Guillermo Fesser en El  Huffignton Post  el 21 de Julio de 2014.

El Comité de Ética del Senado estadounidense acaba de dar luz verde para que se cuelgue en el Capitolio un retrato de Bernardo de Gálvez; el malagueño alegre y sencillo que fuera gobernador de Luisiana, virrey de Nueva España, comandante en jefe de todas las fuerzas del Caribe (incluida la armada francesa) y héroe de la independencia norteamericana con una talla equiparable al Marqués de Lafayette. ¡Un momento! ¿Gálvez? ¿El Capitolio? ¿A alguien le suena de algo este pavo? ¿No?, pues no me extraña. A mí tampoco me sonaba de nada.
Sólo cuando empecé a documentarme para escribir el libro A Cien Millas de Manhattan, caí en la cuenta de la inmensa contribución de nuestro país a la construcción de Estados Unidos y de lo poco que sabemos de ello. Vamos, que no to tenemos ni idea. Ni los norteamericanos, ni los españoles. La historia la escribieron los ingleses y se encargaron de quedar bien ellos y dejarnos mal a nosotros. Pero ahora Gálvez nos brinda la oportunidad de resarcirnos. Y vamos a utilizarla.
Esta es la historia de Teresa Valcarce, más conocida como Tere "Maripancartas" (debido a su adición a manifestarte en favor de causas justas), que es la española residente en Washington DC que ha provocado la buena nueva, y de la necesidad de que el rey Felipe VI, cuando venga en septiembre a la asamblea de la ONU, en su primer viaje oficial a Estados Unidos, se traiga un martillo y un clavito de acero especial para paredes de pladur - que es lo que aquí se trabaja - para colgar personalmente el cuadro. ¿Por qué lo digo? Porque ese martillazo real puede conseguir que el legado español empiece a encontrar el reconocimiento que se merece en un país en el que, no nos olvidemos, las 2 terceras partes de su territorio actual estuvieron un día bajo bandera española.
Así es: al pensar en la gesta de los conquistadores en América, solemos imaginarlos siempre en México o en las selvas de Perú. Hasta que cae en manos de uno Banderas Lejanas y descubre que españoles fueron los primeros europeos que avistaron el Cañón del Colorado, cruzaron el río Misisipi, atravesaron las grandes praderas o llegaron a Alaska. Una fabulosa narración en la que Fernando Martínez Laínez y Carlos Canales Torres dejan claro que, "mucho antes de que Estados Unidos existiera como nación, España había conquistado ya el Far West y combatido o pactado con las principales tribus indias que luego el cine de Hollywood haría famosas."
Pero es que, además, España tuvo un papel preponderante en la consecución de la independencia de Estados Unidos. Atención, pregunta: En el primer desfile de la victoria norteamericano del 4 de julio de 1783, ¿quién estaba a la derecha de Washington? Respuesta: Bernardo de Gálvez, vecino de Macharaviaya (un pueblito de 500 habitantes a 30 minutos de Málaga ciudad). Bueno, pues ná. ¿Y qué pintaba este paisano allí? Simplemente que se lo merecía.
Este militar que había dado nombre a una ciudad en Texas y a una bahía en el golfo de México (Galveston, derivación de Galvez town, que es la traducción inglesa de ciudad de Gálvez) ganó dos batallas definitivas para la victoria de los patriotas norteamericanos. Primero en Pensacola (hasta poco antes Panzacola), capital de una Florida que llevaba siendo inglesa desde 1763. Allí Bernardo hizo la machada de entrar en la bahía con su barco en solitario, forzando al resto de los navíos a seguirle. Por su hazaña, el rey le permitió lucir en su escudo de armas la leyenda YO SOLO. Y, finalmente, en Yorktown, estado de Nueva York, donde la estrategia militar de Gálvez consiguió ponerle punto y final a la American Revolucionary War.
El general Washington declaró que sin el apoyo de la Spanish Armada - la flota más poderosa del mundo en el siglo XVIII- las colonias no hubieran ganado nunca la guerra a Inglaterra. Pero sólo los franceses, y especialmente Lafayette, que tiene calle prácticamente en todas las ciudades de Estados Unidos, se llevaron la gloria. ¿Por qué? Muy sencillo. Lo explica Martha Gutiérrez-Steinkamp en su Alianza Olvidada: al rey Carlos III no le interesaba prodigar que España apoyaba a las colonias del norte porque la idea de la independencia podía contagiarse a las colonias del Sur. Y sin enterarnos seguimos. Pero vamos de una vez con Maripancartas.
Tere Valcarce nace en El Ferrol y estudia turismo en Málaga. Trabaja en el mostrador del aeropuerto cuando, en 1991, se le acerca un pasajero a pedir información. Afirma que es norteamericano, pero Tere le detecta acento de Cádiz. "Nene, tu eres de El Puerto." "Que no soy" "Que si eres" Pues al final el chico tiene razón. Resulta que es norteamericano, pero criado en la base militar de Rota donde destinaron al padre. Total, que mantienen contacto y, 4 años más tarde, él la pone un llama/cuelga: "aterrizo mañana en Málaga". Es feria y, cosas que tienen que suceder, una copitas y empiezan a salir. En 1999 se casan y se vienen para USA. En 2005 Tere tiene su primer hijo, Pablo, y luego vienen 2 más: Lucas y Lucía. En 2008 se hace ciudadana norteamericana.
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En marzo del año pasado su madre le manda un artículo del Diario SUR en el que se menciona que EEUU tiene una cuenta pendiente con un tal Gálvez. "¿Estados Unidos una cuenta pendiente con un héroe de guerra?" se sorprende Maripancartas. No puede ser porque, "si hay algo que los americanos hacen bien es honrar a sus héroes." Contacta al autor del artículo, el periodista Manuel Olmedo, investigador de la figura de Gálvez, y éste le proporciona copia de un documento que descubrió en los archivos nacionales de Washington. Se trata de una resolución fechada en mayo de 1783 por la que el Congreso de Estados Unidos acepta un retrato de Gálvez, donado por un patriota de nombre Pollok, y toma la decisión de colgarlo en la sala "in which Congress meet", donde se reúne el Congreso. Toma ya.
Tere Maripancartas le consuela a Olmedo: "no te preocupes, que en un momentito me acerco yo al Capitolio y les digo que hay un error y que lo tienen que arreglar" Dicho y hecho. Maripancartas se pone en marcha. Llama a Filadelfia, a Washington, al Congreso, a los archivos... y a nadie le consta que la resolución de 1783 se haya cumplido. Y Tere: "¿qué hago, que hago?" En esto aparece un equipo de Españoles por el Mundo a rodar un programa en Washington.... y la citan. La casualidad quiere que, el mismo día del rodaje, tengan que grabar a otro español por el mundo que tiene cita con un congresista de Maryland. Y nene, como diría Tere, mira por donde, se trataba de Chris Van-Hollen: justo el congresista que le corresponde a Maripancartas.
Al terminar la entrevista Van-Hollen se despide de Tere, pensando que es parte del equipo técnico. Le dice: "nice to meet you", encantado de conocerte. Maripancartas le agarra del brazo y le responde: "si, nice to meet you, pero usted de aquí no se mueve." "¿Cómo que no me puedo ir?" protesta el diputado. "Porque me tiene que ayudar." "¿Yo?" "A ver: no le queda más remedio porque soy ciudadana norteamericana y usted es mi congresista." (Diferencia sutil entre los políticos españoles que se deben a sus partidos y los norteamericanos que están al servicio de sus votantes. Es lo que tienen las listas abiertas.)
Tere le cuenta: "existe una resolución del Congreso de hace 231 años que no hemos cumplido y tenemos que cumplirla." El tipo se queda de piedra y tras una pausa, le pide que, por favor, se lo vuelva a repetir. Maripancartas lo hace y la reacción de Van-Hollen consiste sólo en 3 letras: "Wow!" Que en español se pronuncia guau. Se despiden y, esa misma tarde, cuando llega a casa, ya tiene un correo electrónico de la oficina del congresista: "estamos interesados en el caso Gálvez. Por favor, ponte en contacto con nosotros." Eso ocurre en Emancipation Day, el 16 de abril de 2013. Desde entonces y hasta octubre, Maripancartas prepara con la oficina de Van-Hollen un informe para presentárselo a la Cámara de Arte del Congreso.
Por el camino surge un nuevo problema. El retrato original donado por Pollok ha desaparecido. ¿Qué hacer? La Asociación Bernardo de Gálvez en Málaga pone sosiego: "Tere, tú no te preocupes, que nosotros donamos un cuadro. Tú encárgate sólo de que lo cuelguen." ¿Cómo lo resuelven? Con una buena copia. Cuando Bernardo de Gálvez volvió de Estados Unidos, Carlos III en reconocimiento a sus hazañas le pidió al pintor de la corte, Maella, que le hiciera un retrato. El óleo pertenece a una colección privada que no tiene intención de soltarlo. Así que la diputación le pide a Carlos Monserrate, malagueño que ha hecho retratos de ministros y altos mandatarios (y que vive a 5 minutos de donde está el original colgado, con lo cual lo ha podido ir a visitar infinidad de veces) el favor de que lo calque. Y el 4 de junio, a las 4 de la tarde para ser más precisos, llega el cuadro a la embajada de España en Washington.
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Rebobinamos. Mientras Monserrate copia los pelos de Gálvez, en navidades llega la respuesta de la Cámara de Representantes norteamericana. Recomienda el cuadro para una exposición temporal, pero no permanente. Disgustazo en toda regla. ¿Ahora qué? En Enero aparece Rajoy y le hacen una foto fumándose un puro por las calles de Nueva York. Maripancartas accede a Mariano, a quien le parece interesante la historia y decide comentársela a Obama. También la menciona en el Senado, donde acude a concederle la Encomienda de Isabel la Católica al senador Robert Menéndez, director del Comité de Asuntos Exteriores del Senado. Un demócrata de Nueva Jersey, de origen cubano, que tiene lazos muy estrechos con España. Menéndez, como Chairman, si España le regala el cuadro, puede aceptarlo en nombre de Estados Unidos y colgarlo en el Capitolio. Bingo.
Maripancartas va a la oficina del senador, le plantea el caso, y a Menéndez le parece estupendo. Solicita a la diputación de Málaga que redacte una carta pidiendo al senado norteamericano que acepte el cuadro.... Y el jueves 17 de octubre llegó la respuesta del Comité de Ética del Senado, encargado de aceptar o rechazar regalos. El retrato de Gálvez se acepta.
Ahora sólo queda sacarle partido a esta oportunidad que nos brinda la historia. ¿Lo redondo? Que su majestad Felipe VI, en su primer viaje oficial como monarca a EEUU a finales de septiembre, sea quien cuelgue el cuadro. ¿Motivos? Coinciden tres fundamentales para sacar rendimiento a esta noticia. Primero: el estado de Florida acaba de pedir al Congreso que le conceda a Bernardo de Gálvez la ciudadanía honorífica. Va a ocurrir y ello va a provocar que se hable de Gálvez en los medios de comunicación norteamericanos porque este no es un honor que se conceda todos los días. Hasta la fecha sólo 7 seres humanos han sido merecedores de ella. Entre ellos Lafayette, el otro héroe revolucionario, Winston Churchill y la madre Teresa de Calcuta. Así que la gente de USA se va a preguntar quién diantres es este Gálvez y el historiador Douglas Brinkley no va a dar abasto del estudio de la CBS al de la CNN dando explicaciones. Segundo: la visita de Felipe VI coincide con el Spanish Heritage Month (el mes del legado Hispano que se celebra en Estados Unidos del 15 de septiembre al 15 de octubre), con lo cual encaja de maravilla reivindicar un Spanish Legacy que nadie conoce pero que a todos les va a fascinar en cuanto se enteren. Y, tercero: la entrega del cuadro seguiría la tradición, pues Juan Carlos I en su primer viaje oficial a Estados Unidos, en 1976, regaló una estatua ecuestre de Bernardo de Gálvez. El bronce de Juan de Ávalos está con las estatuas de los libertadores en la Avenida de Virginia, Washington DC, justo detrás del departamento de estado.
¿No queríamos marca España? Pues este acontecimiento, si se lleva con humildad pero con un plan estratégico, puede encumbrar la imagen de nuestro país en Estados Unidos por todo lo alto. Y que se vaya preparando Macharaviaya a recibir hordas de turistas norteamericanos queriendo conocer la tierra del General al que su país le debe la independencia. Si yo fuera el de Kukutxumutxu empezaba ya a diseñar camisetas con los pelos de Gálvez y el logo YO SOLO, I ALONE porque la primavera que viene se pueden empezar a vender como roscas por la costa del sol.

martes, 8 de julio de 2014

¿ LOS ÚLTIMOS DÍAS DE ESPAÑA ?

¿Los últimos días de España?  Por Joseph Stove


"En 2007, el prestigioso escritor de la posguerra europea Walter Laqueur publicó "The Last Days of Europe", un lúcido estudio sobre las causas de la decadencia europea. El libro no ha sido publicado todavía en España, donde la corrección política se impone.
Laqueur trata de dar respuesta a la cuestión de qué ocurre en una sociedad cuando bajos índices de natalidad sostenidos, envejecimiento, se juntan con una inmigración incontrolada.

El autor cree que Europa, dada su debilidad, jugará, en el futuro, un modesto papel en los asuntos mundiales, a la vez que muestra su certeza de que será algo más que un museo de pasadas gestas culturales, para el solaz de turistas asiáticos.

Por supuesto que España no se escapa de su agudo análisis y deja constancia de su rol en el "landslide" europeo.

El contexto sociocultural que expone Laqueur, es motivo para reflexionar sobre las singularidades que aquejan a España y que no comparte con ningún otro país de Europa, lo que hace de su situación algo particularmente grave:
- En España, a los 30 años de aprobarse una constitución democrática, el modelo de estado sigue sin cerrarse, lo que se ha traducido en una dinámica de descomposición. En un arrebato de originalidad se puso en práctica un modelo excepcional en el constitucionalismo comparado: se inventó el "estado de las autonomías".
Su materialización ha consistido en ir desposeyendo, paulatinamente y sin pausa al Estado de sus competencias, creando a la vez fronteras interiores basadas en exclusivismos artificiales y en diferentes niveles de bienestar.
- España es el único país de Europa con un terrorismo propio, de carácter secesionista, donde sus miembros y simpatizantes están en las instituciones del estado y reciben ayuda de los presupuestos públicos.
- En España, se relativiza, o se niega el concepto de nación, impulsado por un "status" de idiosincrasia política que permite la puesta en manos de exiguas minorías independentistas, resortes políticos que cualquier estado con un mínimo sentido de la supervivencia no osaría considerar, ni tan siquiera en tono de broma, su transferencia a las regiones. Ejemplo: la educación.
- Y, sobre todo, existe un hecho de enorme importancia social: el pueblo español cree que vive en una democracia consolidada.

Las "élites" políticas españolas trasmitieron al pueblo que se había terminado con éxito la "transición política" y que todos se habían convertido en "demócratas de toda la vida". Se había conseguido un hecho espectacular, lo que otras naciones habían tardado siglos en alcanzar, España lo había conseguido en una década prodigiosa.

Se instaló en la opinión pública la certeza que era madura y estaba bien informada, que había una clase política experta y con sentido de estado, que funcionaba la separación de poderes y actuaba como la fortaleza de la democracia, dado el vigor y prestigio de sus instituciones. Todo era una falacia.

Un largo periodo de crecimiento económico y bienestar material enmascaró durante años la metástasis que corroía el cuerpo nacional.

El fin de los sueños se produjo el 11 de marzo de 2004. Un ataque, posiblemente por parte de un actor no estatal, en forma de acción terrorista, iba a poner de manifiesto la enfermedad terminal que aquejaba a España.
La sociedad lo encajó como un "atentado", un hecho al que estaba acostumbrada por las innumerables acciones de ETA y que tenía su liturgia particular.
Empieza con el estupor e indignación, sigue con las condenas, las manos blancas a continuación y, después, el olvido, hasta el siguiente golpe.
Pero esta vez, el ataque era de carácter "apocalíptico", no era "selectivo" como los anteriores.
Tenía un objetivo claro, destruir España como actor estratégico.
Los casi doscientos muertos y los cientos de heridos, efecto material del ataque, sólo eran el catalizador para alcanzar los efectos estratégicos, los terroristas habían finalizado su trabajo.
Los creadores de opinión pública y la puesta en práctica de una política diferente se encargarían de materializar esos efectos.
El pueblo español se encogió.

No había sido casual que España fuese elegida como blanco. La debilidad de sus instituciones y la vulnerabilidad de su opinión pública, la hacían pieza adecuada para asestar un duro golpe al mundo occidental, suprimiendo a uno de sus peones.

A partir del 11 de marzo de 2004, España desapareció como actor estratégico y se volvió hacia si misma, como había hecho en los dos siglos anteriores.
Una ola de "catetismo" invadió el país. La fabricación de "diferencias" entre regiones se acentuó, "la España plural", a la vez que la Constitución se adaptaba convenientemente a las circunstancias.
Se apeló a la "memoria histórica", como si de la Guerra Civil al posmodernismo de principios del siglo XXI no hubiese ocurrido nada, y se articuló una política de "ampliación de derechos" que no era más que ingeniería social, al más puro estilo orwelliano.
El 11 de marzo de 2004 se convirtió en fecha incómoda. La sociedad española no consideró la acción terrorista un ataque a su integridad, sólo una retribución por una errónea política exterior. 
Cualquier estado moderno que sufriese una agresión semejante habría empleado los resortes adecuados para conocer quien promovió el ataque y a quien beneficiaba, en el ámbito internacional, para actuar en consecuencia.
Pero a una sociedad que se le había inoculado el "no a la guerra", no podía concebir que alguien emplease la violencia organizada para alcanzar fines políticos. La solución fue aplicar el procedimiento penal, aunque era, a todas luces, insuficiente.
La "verdad judicial" aclararía el hecho. Hoy se conoce dicha verdad, pero poco se sabe de quién ordenó el ataque y a quien benefició en el ámbito internacional. La opinión pública, dirigida por su clase política y por los medios de comunicación, olvida.
Como señala Laqueur, Europa está enferma. El bajo nivel de natalidad y una inmigración descontrolada, es un cóctel letal para el ser europeo y para cualquier sociedad. España sufre esa enfermedad y, además, su propia deriva centrífuga, que puede acelerarse al ampliarse las desigualdades sociales por la crisis económica.
Su sociedad está enferma y su mediocre clase política es incapaz de encontrar el tratamiento adecuado ya que, sin excepciones, se embarca en una huida hacia delante, alabando el "estado de las autonomías" y evitando las referencias éticas.
Si no se reacciona, todo hace indicar que "The last days of Spain" precederán a los del resto de Europa."

(Transcripción literal)

miércoles, 25 de junio de 2014

REPÚBLICA Y EJEMPLARIDAD

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 5 de Junio de 2014


ASUSTA a los bienpensantes el auge del republicanismo en España sin tener en cuenta el carácter adventicio y coyuntural del sentimiento. Hace sólo unos años la República era considerada por casi todos el trasto más inútil del desván de la historia, algo inevitablemente ligado a las verrugas de Azaña y los botines de Alcalá-Zamora, a utopías anarco-comunistas y soflamas de orates. Luego vino lo que vino, no tanto la reciente crisis económica como el alud de basura que ha sepultado a las instituciones y dejado al descubierto la mentira que desde hace décadas ha ido corroyendo desde dentro la vida del país. Y así, creciendo a la sombra de las frustraciones de una juventud educada en la nostalgia de una República inexistente, un ideal antañón y desprestigiado se ha podido convertir para ella en el bálsamo de Fierabrás de todos los desgarros sociales, remedio taumatúrgico de la pura llaga que ha vuelto a ser España. A la Monarquía, en ese relato tan pueril como el programa de Podemos, se le reserva el papel de chivo expiatorio de todos los males colectivos, algo previsible desde el estallido de la crisis. 

A pesar de tantos pesares, la segunda mitad del siglo XX ha sido para España la época del gran salto adelante, la que nos ha permitido codearnos en igualdad de condiciones con ese mundo desarrollado que hace sólo un siglo parecía ajeno y cerrado para siempre. El gran pecado colectivo de estos últimos tiempos ha sido olvidar los principios de unidad, solidaridad y sacrificio que han hecho posible el milagro; en concreto de nuestros dirigentes, del Rey abajo, abandonar como un traje pasado de moda la ejemplaridad que permite exigir a los demás el cumplimiento de sus deberes, desde el pago de una simple tasa municipal al respeto a la Constitución. 

La atropellada abdicación del Rey ha sido la consecuencia de una decadencia física innegable, del creciente desafecto popular y de su incapacidad para hacer frente a una situación gravísima de desprestigio de la Corona y de descomposición de la nación. El príncipe Felipe hereda una difícil tarea, imposible si desde el primer día no se impone como primer deber el de recuperar la confianza de los españoles. La revolución que hoy espera y necesita España no es un cambio de bandera sino de costumbres. Sólo puede venir de arriba y comienza con la restauración de la ejemplaridad

jueves, 19 de junio de 2014

LA ESPERANZA Y LA AUSENCIA

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 19 de Junio de 2014


EL vértigo de los grandes acontecimientos, todos lo experimentamos, está ligado a la condición esperanzada de los seres humanos. Esperamos, propiamente nos pasamos la vida esperando, pero muy de tarde en tarde esas esperanzas más o menos gaseosas encuentran una razón objetiva, sólida, veraz, compartida. La Historia, hoy sí con mayúscula, deja de ser ese baúl de recuerdos de cosas que les pasaron a otros, y se nos muestra con toda su certeza: esto está sucediendo ahora y yo estoy aquí. Hoy nadie tiene que decirnos que estamos en un día histórico para que lo sepamos desde el canto del primer gallo. 

Hemos conocido el reinado de Felipe VI. Eso, todavía no podemos saberlo -de ahí el vértigo-, no es bueno ni malo: es histórico. No somos mitómanos, coleccionistas de sucedidos ni nada semejante, pero sí muy conscientes de que cada reinado en la larga historia de un viejo país que no puede contar sus años por venir desde tan lejos, ha tenido su personalidad, su clima propio, sus grandes y peores momentos, su nudo y su desenlace. 

Cada uno puede, está en su derecho, imaginarse un futuro a la medida de sus deseos, de sus ideas y manías. Y algunos ya han dado un paso adelante en estos días previos a la coronación pretendiendo condicionar, desde el mismo huevo, un tiempo venidero que todavía hoy, quizá tan sólo hoy, aún es de todos. Le llueven al nuevo Rey, desde las altas torres donde moran los acostumbrados a ganar todas las batallas de opinión, los consejos no solicitados y hasta alguna amenaza apenas velada. San Isidoro no dudó en escribir: Rex eris si recte facies; si non facias, non eris (serás Rey si actúas rectamente; si no, no lo serás). 

El obrar rectamente es aquí y ahora, para mucho gerifalte, que den satisfacción a sus pasiones, desvíos o meras ocurrencias. No para otra cosa quieren un rey o una república, tanto da. Pero hoy, a su pesar, es un día para la Historia General de España, la historia en la que todos los españoles, incluso los que están deseando dejar de serlo, cabemos con nuestra esperanza. 

Anotación final: cuando se entendía de estas cosas, no los reyes, los reinados se deseaban felices. Los reyes, entonces, podían curar imponiendo sus manos y sanar al reino mediante la justicia, pero nadie les hubiera exigido la felicidad del pueblo. Eso sólo se pedía a Dios. Hoy, el Expulsado, el gran Ausente.

jueves, 15 de mayo de 2014

PROGRESISTAS EN APOYO DE BOKO HARAM

Publicado en el Blog "Crónicas Bárbaras" de Manuel Molares el 14 de Mayo de 2014



                  Siempre que hay un conflicto, individual o colectivo, lo relacionamos con la economía y no con la historia, la tradición y las creencias, por lo que ahora numerosos medios presentan como víctimas de la pobreza a los terroristas nigerianos de Boko Haram que secuestraron a 273 niñas cristianas en nombre de Alá.

                  Este pensamiento llega al extremo de que en el diario The Guardian, inspirador y alma del postprogresismo europeo, su analista Nafeed Ahmed atribuye el origen y los actos de estos enloquecidos islamistas al calentamiento global.

                 Quizás por igual motivo Hillary Clinton se negó a declararlos banda terrorista durante su mandato como Secretaria de Estado de Obama, entre enero de 2009 y febrero de 2013, pese a que actúa en Nigeria desde 2002 matando con saña a millares de cristianos en iglesias y escuelas.

                 Estamos bajo el imperio de ese postprogresismo que tan bien representa The Guardian, y aquí hasta hace poco El País, suma la intolerancia frente al judeocristinanismo como fuerza cultural y único medio en el que pudo surgir el racionalismo, a la simpatía hacia fuerzas oscuras como la new age y las supersticiones, y  disculpa las dictaduras izquierdistas y el islam jihadista.

               Los fanáticos de Boko Haram son parte de los muchos de millones de musulmanes que por la machista fe salafista exigen poder ejercer su brutalidad sobre la mujer.

              Debe sumárseles la tradición del hombre primitivo: hace pocas generaciones sus antepasados vivían en la edad de piedra, se exponían a terribles peligros para proteger y dar de comer a sus mujeres e hijos, por lo que les exigían ciega sumisión.

              Boko Haram, de pobre, nada: es un grupo fanatizado y primitivo, entre el islam de multimillonarios, como era Bin Laden, y la edad de piedra.

              Muy interesante eso del calentamiento global como origen de los asesinos de masas.

martes, 29 de abril de 2014

SOCIEDAD CIVIL CATALANA

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 26 de Abril de 2014
 

      En crónica de urgencia, doy cuenta de la creación, el pasado día 23, festividad de San Jorge y día significativo en Cataluña, de la agrupación llamada Sociedad Civil Catalana, que quiere representar a los catalanes no independentistas.

      Hace poco comentaba en mi blog una conversación con un amigo catalán de fuerte sentimiento españolista que se quejaba del abandono del resto de los españoles hacia esta “mayoría silenciosa”, me  decía.

      “Ayúdate y te ayudarán” le contestaba yo. ¿Dónde se esconde esa mayoría silenciosa?, ¿A que esperan para hacerse visibles y expresar públicamente lo que, seguramente, dicen en privado?

      Salvo Cuitadans de Albert Rivera, y el PP catalán, ningún otro grupo político se ha opuesto abierta y públicamente a los planes independentistas de Más y Jorquera.

      Pues, según los componentes del nuevo movimiento “Sociedad Civil Catalana” (SCC), es el miedo lo que les tenia atenazados, y su portavoz, José R. Bosch, lo explica diciendo que “la sociedad civil catalana no independentista, que es mayoritaria, tiene miedo a la muerte civil”, o, como manifiesta un empresario componente del grupo, NitoFoncubierta: “Muchos empresarios tienen miedo a hablar en público”. José Rosiñol, Presidente y fundador de SCC, confiesa que le han llegado amenazas a través de las redes sociales, naturalmente anónimas.

      Ya han dado el primer y más importante paso, salir del anonimato, dar la cara, aun con miedos, pero valiente y arriesgadamente. Ahora nos corresponde a nosotros, el resto de los españoles que no queremos la separación de ningún territorio español y de sus ciudadanos, los que tenemos que acudir a su llamada, cada uno desde sus posibilidades.

      Papel importantísimo el de la prensa no nacionalista, dándoles espacios, ayudándoles a difundir su mensaje, sin miedos a represalias y en favor de la verdad.

      No existe en SCC una ideología dominante, no es ese su rasgo característico, lo que a todos identifica es su condición de catalanes y españoles.

      Desde estas modestas líneas quiero animar a todos los españoles a acudir en su ayuda, nos necesitan y los necesitamos. Hagámoslo. Luego puede ser demasiado tarde.

sábado, 12 de abril de 2014

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 12 de Abril de 2014
 
 
La pasada semana, durante la celebración en Cádiz de las V Jornadas de Católicos y Vida Pública, que organiza la Asociación Católica de Propagandistas, intervino el periodista y Director del Observatorio de la Libertad de Expresión, Justino Sinova, con una conferencia titulada: “Defensa de la libertad de expresión de todos”

      Muy interesantes jornadas dedicadas a los medios de comunicación y su compromiso con la dignidad de la persona, donde Rafael Navas, director de este Diario, nos habló de los valores sociales del periodismo.

      Los intervinientes defendieron que los ciudadanos de un país democrático tenemos la facultad de ejercer y el deber de respetar la libertad de expresión. Se habló de las nuevas formas de periodismo, algunas tan sobreabundantes como las tertulias, y naturalmente, el periodismo por medios digitales e incluso a través de las redes sociales.

      Aunque parezcan nuevas plataformas para ejercer la libertad de expresión, paradójicamente, y en muchísimos casos, resultan todo lo contrario. No se contra argumenta, no se razona la réplica a quien piensa y se pronuncia de forma distinta, sencillamente se le descalifica, se le niega el derecho a decir lo que piensa o se le insulta directamente.

      No hay debate, hay imposición mediante el grito y el insulto al oponente. Lo vemos y oímos todos los días en tertulias políticas, deportivas o sociales. La argumentación ha desaparecido, quizás porque a falta de razones y argumentos solo queda la descalificación, el “y tu más”, el escrache o la negación del derecho a la libertad de expresión.

      Temas importantes que son objeto de controversia en nuestra sociedad, como el aborto, no son debatidos con argumentos científicos o morales, simplemente, si alguien se pronuncia, razonadamente y en el ejercicio de su libertad de expresión, contrario a las prácticas abortivas, recibe de inmediato descalificaciones, cuando no insultos, nunca argumentos.

      La libertad de expresión es un derecho y debe ser igual para todos, pero nuestra sociedad está demasiado crispada y falta de la serenidad, y yo diría que de educación, para llevar por cauces civilizados cualquier controversia.

      En cualquier discusión enseguida aparecen las dos Españas de Machado, ¿tenemos remedio?     

POR EL TEDIO HACIA EL GOLPE

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 10 de Abril de 2014



CURZIO Malaparte, el periodista dandi que empezó su larga vida política entrando en Roma con Mussolini para terminarla en las orillas del maoísmo, publicó en 1931 un libro de gran influencia que tomó el sugerente título de Técnica del golpe de Estado. Para Malaparte, lo esencial en un golpe es el uso de la sorpresa y la brevedad de las operaciones, de forma que, aun pudiendo ser muy violenta, se reduzca al mínimo la posible confrontación.

Hoy casi nadie lee a Malaparte, aunque novelas como Kaputt o La piel mantengan el interés, y con ello todos salimos perdiendo, los golpistas y nosotros, sus víctimas. La sedicente Asamblea Nacional Catalana ha debatido y presentado hace unos días un tocho de 600 páginas con la imaginativamente llamada "hoja de ruta" hacia la independencia, en la que todo delito se adelanta con primoroso detalle.

La inflación burocrática del Estado español, antes, durante y después del golpe que le preparan se extiende al nuevo Estat ya en huevo, y si en manos de los independentistas una hoja se transforma en seiscientas, fácil es imaginar lo que espera a los sufridos catalanes a partir del 24 de abril de 2015, primer día de la nueva criatura a estimación de sus parteros.

Quienes, desde hace ya tantos años que hemos perdido la cuenta, nos levantamos todas las mañanas y nos acostamos todas las noches con el insufrible rollo catalán, de forma que una noticia política generada en cualquier otro rincón de España se ha convertido en exótica, esperamos desde ahora con verdadera impaciencia el bendito día en que nos veamos liberados de esa sarna que pica más cuanto más rascan todos los medios de comunicación.

A lo mejor el problema catalán empezaba a arreglarse si los españoles, empezando por periodistas y contertulios, nos propusiéramos no hablar de él en absoluto durante una semana. Servidor, en su modestia pero como si fuera todo un Rajoy, llevaba meses eludiéndolo en estos Envíos, y hasta algún amigo me ha hecho notar que empezaba a parecer un habitante de Marte o de alguna ínsula felizmente alejada de Barcelona. El golpe catalán al Estado de Derecho será en su día estudiado en las universidades, pero dudo que haya alumno capaz de llegar hasta el final de la lección sin sucumbir al sueño. Oceanografía del tedio llamó Eugenio D'Ors a uno de sus mejores libros. No consta que lo dedicara a Artur Mas.




jueves, 3 de abril de 2014

REVISAR LA HISTORIA

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 3 de Abril de 2014



AUNQUE nos cueste, toca hacerse eco de la gran polémica suscitada por la publicación de La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar, el libro en 990 páginas que Pilar Urbano ha dedicado a las relaciones entre los dos protagonistas del título y, sobre todo, a los acontecimientos en torno al 23 de febrero de 1981. Hay muchas cosas sorprendentes o que permiten reflexiones más bien melancólicas en esta publicación, más allá del asunto central de la obra sobre el que hoy, sin haber leído el mamotreto, prefiero no opinar.

La primera, el hecho de que un libro así pueda convulsionar a la opinión pública más de treinta años después de los hechos que narra. Es evidente que eso no sucedería si la verdad oficial y admitida sobre el intento de golpe de Estado fuera irrebatible. Otros similares en la España del siglo XX no suscitan dudas fundamentales sobre autoría e implicaciones, y basta recordar el republicano de 1930, la sanjurjada de 1932, el socialista de 1934, o el de julio de 1936. Y sin embargo, nadie puede decir con seguridad plena qué extraña trama política hubo detrás del 23F. Esta anomalía es la que propicia que un libro como este pueda ser noticia.

En segundo lugar, hay que recordar que lo esencial de lo que Pilar Urbano cuenta ahora ya ha sido motivo de otros libros en el pasado que fueron acogidos con más pena que gloria. Sin embargo, este ha sido objeto de una gran tirada y de un despliegue reservado a los grandes acontecimientos por la principal editorial del mundo hispano. Esto es sin duda sorprendente y las lecturas políticas que se derivan, dada la personalidad del propietario y sus tentáculos mediáticos, son casi tan preocupantes para el Rey como lo que ahí se dice. El momento elegido, la muerte de Adolfo Suárez, ha sido muy bien escogido, pero eso no basta para explicar la conmoción y la polémica suscitadas. Es indudable, pues, que el fenómeno necesita insertarse también en esas horas bajas de la Monarquía que no terminan de resolverse, antes bien parecen haberse enquistado como un elemento más de la difícil coyuntura que atraviesa España.

¿Hace falta recordar que todo nuevo régimen precisa de la revisión de la historia del anterior? El acoso que hasta ahora tenía por objeto los errores del presente empieza a dar el paso decisivo: la revisión del pasado. Ojo a lo que está en marcha

viernes, 21 de marzo de 2014

SI A LA VIDA

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 20 de Marzo de 2014


CÓRDOBA, Granada, San Fernando y Sevilla, entre otras cerca de cuarenta ciudades españolas, serán punto de cita en los próximos días para todos quienes quieran gritar al aire con alegría y radicalidad un fuerte sí a la vida. A la vida de todos, pero especialmente de los más débiles y amenazados, de aquellos a los que se expropia fríamente su humanidad para disponer a voluntad de lo único que poseen: la existencia.

Desde 2003 se celebra en España el Día Internacional de la Vida en el entorno del 25 de marzo, día hermoso donde los haya de la Anunciación y, sobre todo en estos tiempos, de la Encarnación. Este año tenemos más motivos que nunca para hacer ver las razones de esta lucha épica y desigual, la grande y honrosa batalla en la que como sociedad nos lo jugamos todo porque lo que en ella se debate es nada menos que la dignidad del ser humano, de todo ser humano, más allá de las circunstancias en que se desenvuelve su existencia presente.

Naturalmente, este año los múltiples actos convocados están dirigidos a expresar el apoyo social a la Ley del Concebido, proyecto que puede ser juzgado insuficiente por muchos, pero que posee el indudable mérito de haber puesto el acento por vez primera en los derechos del no nacido, en su protección y defensa. Un proyecto que precisamente por eso está siendo atacado con una virulencia extrema por quienes saben que esta ley, en el caso de prosperar sin rebajas que la invaliden, puede suponer un giro de grandes consecuencias en la opinión que sobre el aborto existe en toda Europa. Y hay que tener en cuenta que las semanas que restan hasta que el proyecto entre en el Parlamento, previsiblemente en junio, son decisivas.

El combate por la vida es la única causa del siglo XXI no contaminada por consideraciones estratégicas, económicas o de baja política. La única en la que cualquier persona de bien puede comprometerse sin reserva mental o moral alguna.

Es preciso hacer ver a una sociedad que se debate entre sentimientos encontrados que la apuesta por la vida nos protege a todos, no sólo a los no nacidos, de la experimentación social, del pragmatismo economicista y de las filosofías materialistas y relativistas que reducen al hombre a la condición de prescindible en función de los cálculos y expectativas de los más fuertes. No podemos perder esta batalla porque tal vez no volvamos a tener otra oportunidad.


viernes, 14 de marzo de 2014

LA NAVE DE LOS LOCOS

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 13 de marzo de 2013


EN Andalucía llevamos más de treinta años de socialismo a cucharadas o con embudo, según los talantes y estrategias de los jerarcas, y eso se nota. Cuando una ideología caduca hegemoniza el espacio público durante décadas, se impone en la educación, en las leyes, en los presupuestos y en los valores colectivos, ¿puede alguien pedirle contención, temor al ridículo?

Que el socialismo está acabado como idea en todos los países en que merece la pena vivir es algo que ni siquiera la derecha española con su ingénito complejo de inferioridad debería desconocer. Como prueba, han vuelto a coincidir en Andalucía dos hechos -¡ay, esas casualidades que ponen al descubierto tanta prepotencia!- que delatan a quienes se saben los amos del presente pero desconfían profundamente del futuro, de la posibilidad de una perpetuación en el poder que, como casta política, es ya su única razón de ser. Por ello, sin proyecto e ignorando la incómoda realidad presente, la Junta socialcomunista busca oxígeno en un pasado que confisca a la historia para manipularlo o destruirlo.

La Ley para la Memoria Democrática y la reivindicación sectaria de la propiedad de la Catedral de Córdoba para la Junta de Andalucía, con apoyo de ésta, tienen un común origen ideológico en grupos que en cualquier país de Europa estarían en el arrabal de la política y de la sociedad pero que aquí nos imponen sus neuras y marcan la agenda del Gobierno autonómico.

Las doctrinas que mantienen en perpetuo pie de guerra a estas gentes han desafiado siempre el ridículo y el desmentido de los hechos, pero hoy no se detienen ni ante la barrera del absurdo. Sólo desde el desprecio hacia todo aquel que no sea pasajero de la nave de los locos se hace posible exigir por ley la destrucción de cualquier referencia explícita a la España que estuvo vigente durante medio siglo, sin consideración a valores históricos, culturales o artísticos. O tratar de despojar por puro odio y sed de mal a una comunidad de un templo que ocupa y sostiene desde hace ochocientos años para vaciarlo de sentido y convertirlo en una especie de parque temático en el que representar sus historietas y exorcizar sus obsesiones.

El sesgo totalitario, desmedido, de estos intentos de imponer su visión del pasado nos desvela la total incapacidad de estos dirigentes para trazar un proyecto de futuro para todos.

domingo, 2 de marzo de 2014

LOS CREYENTES SALAVARON A EUROPA

Rafael Sánchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 27 de febrero de 2014

                  PIERRE Chaunu, el gran historiador autor de Sevilla y el Atlántico, obra en doce volúmenes que marcó un antes y un después en la historia de esta ciudad y de España, mostró a menudo desde los años setenta y hasta su muerte en 2009 su preocupación por el declinar demográfico de Francia y Europa. Una realidad que él fue de los primeros en profetizar y denunciar, inseparable de otras formas de decadencia que cada día se nos hacen más patentes. No en vano el mismo Chaunu dejó escrito que "decadencia es una manera civilizada de hablar de la muerte".

                  Leyendo estos días uno de sus libros, encuentro unos datos que, aunque referidos a la Francia de hace décadas, dan mucho que pensar sobre la España de hoy mismo. Resulta que cerca del 70% de los niños nacidos en ese país entre 1919 y 1939 lo hicieron en sólo el 30% de las familias. La proporción de católicos practicantes en esas familias fértiles, a menudo con cuatro o más hijos, alcanzaba el 85%. Por el contrario, hubo en aquellas dos décadas hasta un 41% de las uniones que no tuvieron hijos o sólo uno. De ese fuerte porcentaje de franceses, que sólo aportaron el 7% de los nacidos, un 80% eran agnósticos o personas sin ningún tipo de práctica religiosa.

                   La conclusión de Chaunu, que él mismo considera extensible al conjunto de Occidente, es que "la Francia generosa ante la vida de los años 1945-1965" había salido de esa cuarta parte del país más fecunda que era, al mismo tiempo, la más creyente. No hay que recordar que esa generación liberal ante la vida es la que sacó a Europa de las ruinas de la posguerra y la que hizo posible los estados de bienestar que hoy vemos tambalearse en medio de las incertidumbres que se han adueñado de nuestro tiempo.

                     En España, como en todas partes, podemos estar seguros de que para apostar fuertemente por la vida y desear transmitirla con generosidad hace falta algo más que la hipoteca pagada y el coche en el garaje. Mientras los políticos debaten en el Congreso el estado de sus asuntos y la infatigable legión de termitas empeñadas en arruinar lo único que podría salvarnos ataca ahora a la catedral de Córdoba, la nación se desvanece al mismo tiempo que las creencias que la sostenían. Recogemos a manos llenas los frutos de una rebeldía contra la verdad y la vida que no ha precisado barricadas. Sólo de mala televisión y mentira.