Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.
domingo, 23 de diciembre de 2012
LIBERTAD A LA AMERICANA
Hace unos años, cuando la mayor de mis cuatro hijos iba a la escuela elemental en Florida, hubo un tiroteo al lado de su colegio. Un desequilibrado armado con un rifle semiautomático se liquidó a una chica embarazada de siete meses y a cuatro personas más en el vestíbulo de un edificio al lado de su colegio. Recuerdo como si fuera ayer el absoluto terror en los primeros momentos de confusión al oír el lugar del tiroteo en la radio y la angustia y desesperación por llegar a la zona acordonada y saber si mi hija estaba bien. Cinco personas murieron ese día y el incidente apenas si duró un día en los titulares nacionales.
viernes, 21 de diciembre de 2012
IMBECILIDAD SIN FRONTERAS
Carlos Colón en el Diario de Cádiz el jueves 20.12.2012
AL leer que la Comisión Europea le ha pedido al Gobierno eslovaco que elimine la cruz y el nimbo de las figuras de san Cirilo y san Metodio que figuran de la moneda de dos euros que conmemorará el 1150 aniversario de la llegada de los dos santos a la Gran Moravia, recordé la reciente polémica por el envío de una felicitación de Navidad en un tuit del Congreso. Imbecilidad sin fronteras.
Permítaseme citar El papel de la religión en la formación humana, testimonio del poco sospechoso Luis Gómez Llorente, histórico militante del PSOE recientemente fallecido, impulsor de Izquierda Socialista y especialmente beligerante en la necesaria separación entre el Estado y la Iglesia.
"Detecto la indiferencia actual de muchos españoles jóvenes ante la religión, ante los fenómenos religiosos, como una señal más de pérdida de identidad colectiva. Sus padres no fueron tan indiferentes, y menos sus abuelos... Ellos no se definían en materia religiosa por la indiferencia… Eran creyentes, o ateos, o herejes, o librepensadores… Veían con simpatía o con antipatía la religión... Cualquier cosa menos la indiferencia.
"Detecto la indiferencia actual de muchos españoles jóvenes ante la religión, ante los fenómenos religiosos, como una señal más de pérdida de identidad colectiva. Sus padres no fueron tan indiferentes, y menos sus abuelos... Ellos no se definían en materia religiosa por la indiferencia… Eran creyentes, o ateos, o herejes, o librepensadores… Veían con simpatía o con antipatía la religión... Cualquier cosa menos la indiferencia.
No comparto la idea de quienes ven en ello un progreso. La indiferencia inconsciente, fruto del desconocimiento, nada tiene que ver con la tolerancia, fruto precisamente de la reflexión sobre las creencias. La tolerancia viene como regreso del fanatismo, como voluntad de ir hacia una convivencia pacífica entre las creencias y entre la creencia y la increencia.
La indiferencia aparenta estar de vuelta de todo sin haber ido a ninguna parte. No es una nueva forma de pensar sino de no pensar. Seamos cuidadosos en esto. Algunas personas reflexivamente antirreligiosas -no les faltan razones- incurren en el error de regocijarse ante esa indiferencia religiosa, y lo confunden con la deseada laicización de la sociedad. Pero no advierten que quienes pasan de tomar postura ante la religión, pasan también de tomar postura ante los idearios políticos por el mismo hecho radical, porque los desconocen.
Igual pasa con las teorías estéticas, o con el acomodo meramente imitativo de las pautas éticas. Todo esto, señores, no es progreso, sino regreso a un crudo gregarismo primitivo, harto peligroso por cierto, dado que esa vaciedad de ideas puede ser invadida en cualquier momento crítico por el primer aventurero que tenga a su mano el grifo de las imágenes en cascada". Era un hombre inteligente.
sábado, 15 de diciembre de 2012
SOBRAN VOCINGLEROS
(Rafael Padilla en el Diario de Cádiz el domingo 09.12.2012)
Comprendo que la cosa está mala de narices y que la reducción de costes forzosamente tiene que tener un impacto sobre la calidad de cuanto se hace. Podría citar ejemplos en numerosos sectores (la sanidad, la educación, la discapacidad…) en los que la crisis, lejos de agudizar el ingenio y de propiciar una racionalización de recursos, está provocando deterioros quizá irreversibles. Pero hoy me voy a detener en uno que, aun no siendo el más importante, en la medida en que conforma la opinión pública, necesita de especial rigurosidad y responsabilidad.
Me refiero, claro, a los medios de comunicación y al periodismo barato que, por desgracia, triunfa en canales, rotativas y diales. Basta con analizar las noticias que alcanzan el estrellato para darse cuenta del grado de banalidad y de ignorancia en el que sobrevive una buena parte de la profesión. El hecho mismo de constatar cuáles son los formatos exitosos del momento -Sálvame, Punto Pelota y otros tantos gallineros de semejante altura- me exime de ulteriores reflexiones sobre dónde se encuentra el listón del modo periodístico triunfante.
En los últimos días, dos noticias menores relacionadas con Ratzinger me servirán de termómetro para medir el disparate. En todos los soportes informativos -y todos son todos, desde los serios y reconocidos hasta los más frívolos- han aparecido dos titulares ("el Papa expulsa del belén al buey y a la mula"; "el Papa afirma que los reyes magos eran andaluces") que son un prodigio de estulticia, de sensacionalismo facilón y de vacuidad. Ya extraña que Benedicto XVI no asome en la prensa por sus condenas, duras y repetidas, del sistema económico que sufrimos, ni por su compromiso irrenunciable con los débiles; pero sorprende todavía más que sí lo haga por la tergiversación interesada de sus opiniones, por lo demás certeras, en asuntos francamente nimios.
Dudo que el libro del que han sido extraídas esas dos "revelaciones" -La infancia de Jesús- haya sido leído por quienes las propagan con tal entusiasmo. Dudo también de la capacidad crítica de cuantos, sin otro propósito que el de zurrarle al alemán, sacan tan descabelladas conclusiones. Y dudo, en fin, del criterio y de la cordura de aquéllos que incitan o se prestan a engordar la demencia de este circo.
Como éstas, a cientos. Y en ámbitos mucho más trascendentes y delicados. El efectismo está pudiendo con la verdad, la grosería con la finura, la caja con la excelencia. Y bien que me duele: lo que menos le hace falta a un país angustiado son vocingleros de corrala, distorsionadores, por malicia o por incompetencia, de una realidad que exige ser precisa y minuciosamente contada para no alterar más los nervios de un pueblo lógicamente irascible e hiperexcitado. Que cada palo aguante su vela y ésta, la del buen periodismo, veraz, lúcido y útil, me parece esencial en los oscuros e inestables tiempos que llegan.
- 1 comentario
- lector 09.12.2012, 13:36Que a un intelectual de la talla del papa Ratzinger, un grupo de analfabetos funcionales le cuestionen un simple hecho anecdotico que ellos elevan a categoria y que Benedicto explica perfectamente en su ultimo libro es propio de personas que hacen de la ignorancia bandera. El Papa no ha suprimido del nacimiento ninguna figura. Por favor lean. Sr. Padilla su articulo es valiente pues pone el dedo en la llaga de una mala manera de hacer periodismo.
lunes, 10 de diciembre de 2012
E S T O R B A B A N
La palabra estorbar no es mía. La decía
mucho a sus vecinos ese hombre que se suicidó ayer, y mató a su mujer con
consentimiento de ella: que estorbaban. A todo el que le quisiera oír, le decía
que estorbaban. Un matrimonio de viejos de 78 y 77 años se suicidaba en Granada
para dejar de estorbar a sus hijos. Habían comprendido que estorbaban.
Los periodistas solemos llamarle sucesos a
estas cosas sangrientas que pasan. Y no. No son cosas que pasan. Los sucesos
son la visceralización salvaje de una injusticia, de una anomalía, de una
cicatriz gangrenada de la sociedad. Estos dos viejos de Granada le han venido a
decir con la muerte, a sus cuatro hijos, o sea, a todos nosotros, que
estorbaban, que eran juguetes rotos, peceras vacías ocupando sitio en el
desván, radiadores fríos. Lo que han venido a decir estos viejos es que hay
gente que se cree que estorba. Y yo no sé si no estará muy podrida una sociedad
que esconde gente que estorba. Gente que se cree que estorba. Gente que no
quiere estorbar más.
La vieja estaba impedida y el hombre
enfermo, y escribieron dos notas. Aunque no las he leído, malicio que en esas
dos notas nada se decía de la defenestrada ley de dependencia. Presiento más
probable la caligrafía rotunda del verbo estorbar. Ella escribió su nota de
despedida primero. Él apuntó a su mujer con la escopeta. ¿Qué le diría él a
ella antes de disparar? ¿Qué se dirían? No sé. Disparó. Después él escribió su
nota. Y dirigió el cañón contra su cabeza. Los dos, en sus notas, pidieron que
los incinerasen juntos. Así ya no estorbaban.
Pero estos dos viejos de 78 y 77 años, que
estorbaban, habían trabajado durante 50 años, habían criado a cuatro hijos y habían
pagado durante décadas esos impuestos a fondo perdido que les librarían del
hambre, del asco, de la dependencia, de la humillación, cuando llega ese
momento en que la vida nos encalla en esa extraña playa en donde estorbas a las
olas.
Recuerdo que, no hace tanto, en los
periódicos discutíamos mucho si se deberían publicar ciertos sucesos, ciertas
fotografías, que pudieran enfangar el plácido himeneo vital del amable burgués
dominguero. Sucedió con los malos tratos. ¿Se debía publicar a las mujeres muertas
o no? Los más delirantes argumentaban que dar publicidad a estos asesinatos era
incitar al macho español a mayores zarandeos y arrojamientos balconales de la
hembra. Al final, ganó el pulso el reportero sensacionalista, de calle,
manchado de vísceras, huidor de despachos y de reuniones. Y, de repente, por
acumulación de páginas sucias, la sociedad española se dio cuenta de que
aquellas excéntricas y coagulantes disensiones maritales pasaban todos los
días, y en todas las casas, y que realmente la violencia del macho era un
problema social terrible, una lacra, como dicen los horteras, un cáncer que extirpar.
Ayer nos enteramos, gracias a este
matrimonio granadino que estorbaba y al que pocos periódicos sacaron, de que un
país con un PIB per cápita de 24.217 euros alberga en sus salones del ángulo
oscuro a viejos que estorban, a desahuciados que estorban, a parados que
estorban, a inválidos que estorban, a médicos que estorban, a profesores que
estorban, a investigadores que estorban, a obreros que estorban, a estafados
que estorban. Van consiguiendo, y no poco a poco, que nos convirtamos todos en
estorbos, con todas las tentaciones que a un estorbo se le suponen, como ayer
nos demostraron esos dos estorbos granadinos.
La alcaldesa pedánea de Casa Nueva, lugar
donde sucedieron las muertes, lo comprendió enseguida. Y dijo ayer: “Quiero lanzar un mensaje a los mayores para
que nunca piensen que son un estorbo para sus familias”. Lo dijo con loable
intención, pero no es eso. A su frase le falta demagogia para ser verdad,
estimada alcaldesa pedánea. Le falta amarillismo. Le falta víscera y le falta
sensacionalismo. Le falta lacrimojigatería para vender periódicos y comprar
votos. Le falta transgresión y veneno. Le falta decir que los asesinos de los
que estorbamos no se esconden en desiertos lejanos ni en montañas remotas, sino
que se sientan en las poltronas de los ministerios y de los bancos.
Vaya mierda de artículo. Ojalá nunca nadie
hubiera tenido que sentirse obligado a escribir esta mierda de artículo. Que seguro
que también estorba.
Bloguero
jueves, 6 de diciembre de 2012
REFORMA O REVOLUCIÓN
(Rafael Román, publicado en el Diario de Cádiz el 28.11.2012)
Los ríos de tinta de la de antes -la que te deja rastro en los dedos- y la más moderna de los medios digitales -que sólo te lo dejan huella en el corazón- no cesan de fluir con lo que sucederá en Cataluña. Un comentarista notable como Enric Juliana, autor del libro Modesta España y subdirector de La Vanguardia resumía lo pasado con un titular sorprendente: Gana España. Luego, se extendía diciendo que el actual statu quo español ha ganado las elecciones por un largo, larguísimo periodo histórico y añadía que nada verdaderamente inquietante para el orden vigente va a suceder en Cataluña en los próximos años.
Esas elecciones han sido un despropósito, por innecesarias, por oportunistas y porque lo urgente y necesario es tratar de conseguir una salida de la crisis que es lo que precisa la población, porque el paro galopante y las facturas no pagadas no esperan. Otra visión la da Joan Ridao, de Esquerra Republicana, sostenía que puede ser reduccionista y un autoengaño juzgar la impronta soberanista por el retroceso de Convergencia y Unión, aunque no será un proceso clásico, con partido y líder único, pero que se llevará adelante. Sólo varía la correlación de fuerzas entre ellos. Para que no nos hagamos ilusiones el resto de los españoles.
No me quedo ni con una ni con otra.. La verdad es nadie puede saber cual va a ser la deriva de todo este embrollo político, típico de cuando la política se olvida de los ciudadanos de carne y hueso para establecer marcos de actuación que conviene a una ciudadanía teórica a la que previamente se le ha mostrado el señuelo de un mundo nuevo, sin España, en el que todo va bien sin la madrastra explotadora y depredadora, aunque Antoni Zabala, antiguo Secretario de Estado de Hacienda ha demostrado la falacia de las balanzas fiscales presentadas por los nacionalistas.
No va a ser fácil salir de esto. La reforma de la Constitución la ha planteado ya la exministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, con la adopción de una acabada estructura federal y la ha sostenido también Diego López Garrido en Cádiz en su entrada en el Ateneo Gaditano. Sostenía que ya dos tercios de los españoles de hoy no la votaron y los problemas sociales obligan a constitucionalizar pensiones, seguridad social, vivienda y sanidad. La reforma del sistema electoral para darles más poder a los ciudadanos sobre los partidos y arreglar la financiación autonómica y el encaje de Cataluña entre otras asignaturas pendientes.
La crisis ha puesto sobre el tapete problemas que parecían olvidados en España. Y han llegado para quedarse bastantes años, mal que nos duela reconocerlo, porque el ajuste que vivimos se está haciendo bajando salarios y disminuyendo plantillas. Mucho sufrimiento por delante por tanto. Fue Rosa Luxemburgo la que escribió Reforma o Revolución en 1899 para posicionarse sobre el gradualismo o no en el cambio político, desde el marxismo. Ha transcurrido mucho tiempo, pero el inmovilismo no nos salvará de la situación en la que nos encontramos.
Esas elecciones han sido un despropósito, por innecesarias, por oportunistas y porque lo urgente y necesario es tratar de conseguir una salida de la crisis que es lo que precisa la población, porque el paro galopante y las facturas no pagadas no esperan. Otra visión la da Joan Ridao, de Esquerra Republicana, sostenía que puede ser reduccionista y un autoengaño juzgar la impronta soberanista por el retroceso de Convergencia y Unión, aunque no será un proceso clásico, con partido y líder único, pero que se llevará adelante. Sólo varía la correlación de fuerzas entre ellos. Para que no nos hagamos ilusiones el resto de los españoles.
No me quedo ni con una ni con otra.. La verdad es nadie puede saber cual va a ser la deriva de todo este embrollo político, típico de cuando la política se olvida de los ciudadanos de carne y hueso para establecer marcos de actuación que conviene a una ciudadanía teórica a la que previamente se le ha mostrado el señuelo de un mundo nuevo, sin España, en el que todo va bien sin la madrastra explotadora y depredadora, aunque Antoni Zabala, antiguo Secretario de Estado de Hacienda ha demostrado la falacia de las balanzas fiscales presentadas por los nacionalistas.
No va a ser fácil salir de esto. La reforma de la Constitución la ha planteado ya la exministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, con la adopción de una acabada estructura federal y la ha sostenido también Diego López Garrido en Cádiz en su entrada en el Ateneo Gaditano. Sostenía que ya dos tercios de los españoles de hoy no la votaron y los problemas sociales obligan a constitucionalizar pensiones, seguridad social, vivienda y sanidad. La reforma del sistema electoral para darles más poder a los ciudadanos sobre los partidos y arreglar la financiación autonómica y el encaje de Cataluña entre otras asignaturas pendientes.
La crisis ha puesto sobre el tapete problemas que parecían olvidados en España. Y han llegado para quedarse bastantes años, mal que nos duela reconocerlo, porque el ajuste que vivimos se está haciendo bajando salarios y disminuyendo plantillas. Mucho sufrimiento por delante por tanto. Fue Rosa Luxemburgo la que escribió Reforma o Revolución en 1899 para posicionarse sobre el gradualismo o no en el cambio político, desde el marxismo. Ha transcurrido mucho tiempo, pero el inmovilismo no nos salvará de la situación en la que nos encontramos.
sábado, 1 de diciembre de 2012
ME CANSÉ DE SUTILEZAS
Un amigo me advierte: ”Leopoldo, te veo demasiado
sutil. Y cuando uno es sutil, se expone a que otros digan: ¿Ves cómo este
también está de acuerdo conmigo?”Y por eso, y (…)
Un amigo me advierte: ”Leopoldo, te veo demasiado
sutil. Y cuando uno es sutil, se expone a que otros digan: ¿Ves cómo este
también está de acuerdo conmigo?”Y por eso, y sin que sirva de precedente, en
este artículo pretendo no ser sutil, sino dejarme llevar por mi bendito
aragonesismo, que me encanta porque me hace ver la riqueza de mi patria
(España), en la que le caben dentro gente como mi hijo Carlos (un poco brutico)
o como mi yerno Javi (un poco gallego) o como mi nuera Mercedes (un poquico
catalana).
Me preguntan muchas veces por la independencia de
Cataluña. Y yo suponía que había quedado claro que a mí eso no me gusta nada.
Resulta que no había quedado claro. Pues ahora queda claro: LA INDEPENDENCIA
DE CATALUÑA NO ME GUSTA NADA.
En consecuencia, el día 25 iré a votar y votaré por
un partido que no será CiU, porque a CiU le veo desnortado, dirigido
(¡?¡?¡?) por un personaje que ha perdido el oremus y que va diciendo
cosas con las que no estoy en absoluto de acuerdo. Personaje que se llama Artur
Mas. (Aclaración que yo antes consideraba innecesaria, pero que ahora hago, por
aquello de evitar las sutilezas).
Supongo que hasta aquí queda claro. Pues sigo.
En Els Matins de TV3, Ariadna Oltra, una
presentadora fenomenal, me preguntó si me extrañaba que el 67% de las pymes
catalanas hubieran votado a favor de la independencia. Le dije que no me
extrañaba. Sé que alguien entendió que eso quería decir que a mí me parecía
bueno, lógico y saludable que las pymes catalanas quisiesen la independencia.
Pues no. Me parecía lógico porque, en este ambiente que se ha creado en
Cataluña, mejor decir que te parece bien que meterse en líos.
Después se me ocurrió leer la noticia, en La
Vanguardia, periódico propiedad de un Grande de España que seguramente
piensa devolver la grandeza, porque creo que no se puede ser a la vez Grande de
España y sonreír ante las cosas que dice Oriol Pujol, de CiU, sobre el Rey y
que publica La Vanguardia, claro.
Bajo el titular ”El 67% de los empresarios de Pimec, a
favor de un Estado propio”, decía que ”el 66,8% de las 2.224 compañías que
habían respondido al sondeo, aproximadamente un 12% del total de asociados, son
partidarias de que Cataluña tenga un Estado propio”.
Como sé multiplicar, multipliqué 66,8 por 12 y me
salió que el 8% de las empresas de Pimec había votado a favor del estado
propio. O sea, no era el 67. Era el 8.
Estoy hasta el gorro de falsedades, de groserías. Y,
por favor, que Mas no me diga que ellos, también. Y que ellos, más. Pues si
ellos, también y ellos, más, quiere decir que ellos y tú, Artur, lo estáis
haciendo ESPECTACULARMENTE MAL. Y que estáis jugueteando con mi Patria y
eso es muy serio.
El asunto de la independencia se arregla, si se
quiere, en una semana y tres meses, por este orden.
En una semana, un empleado del Ministerio de Economía
del Gobierno central y un empleado de la Conselleria d’Economia de
Cataluña se meten en un parador, cada uno con su calculadora y sin móvil, sin
Twitter, sin cámaras de televisión y sin micrófonos, y queriendo llegar a un
acuerdo, resuelven en cuatro días el famoso tú me robas, yo te expolio. Cuando
digo cuatro días, quiero decir cuatro días. Aquí no hay sutilezas.
Luego, en tres meses, queriendo, un grupo de personas
competentes (y cuando digo competentes quiero decir competentes, no cualquier
Senador), actualizan la Constitución, que, después de 34 años, bien se merece
que la pongan guapa. Sin olvidar que, en el grupo que redactó la
Constitución, había dos catalanes, Miquel Roca Junyent y Jordi Solé Tura. Y
que Roca vive, de lo cual me alegro mucho y que tiene una cabeza mejor y más
clara que muchos monigotes que circulan por ahí. Aquí me da por la sutileza y
no pongo nombres de monigotes, pero ya sabéis a quiénes pondría.
He repetido y subrayado dos veces que esto se hace
queriendo, porque si no queréis y os dedicáis a sembrar el odio, allá vosotros
con vuestra conciencia.
Pero aquí repito lo que hace tiempo escribió Ángel
Gimeno, un socialista muy amigo mío, que fue Consejero de Economía en la
Diputación General de Aragón: “Algún día, el PSOE tendrá que pedir perdón a
España por lo que ha hecho Zapatero”.
Pues mira, Artur. Si sigues en tu viaje a lo
desconocido, algún día CiU tendrá que pedir perdón a Cataluña por lo que has
hecho.
Ya sé que eso no te importa nada. Pero la historia es
la historia. Y alguna vez alguien te recordará como un personaje nefasto que
hizo daño a su país.
Seguramente, te reirás y dirás que no te importa nada
lo que yo te diga.
Pero el desahogo que he conseguido escribiendo este
artículo hace que me importe tres pitos tu opinión. Y no digo aquello de
Humphrey Bogart en Casablanca (”Si tuviera tiempo de pensar en ti, te
despreciaría”), porque quiero ser bien educado. ¡Y no sabes lo que me cuesta!
P.S.1
Alguien dirá que no soy catalán. Y es verdad. Pero
quiero dejar claras varias cosas:
Que de los 7 millones y medio de catalanes, hay más
Abadías que muchos otros apellidos ilustres de esos que se creen que llevan la
sangre de Wifredo el Velloso por las venas. Que yo, con muchos otros, catalanes
y no catalanes, hemos hecho el IESE, institución por la que se conoce y se
prestigia a Cataluña mucho más que por las cosas que hayan hecho los Mas y
otros que presumen y no han hecho NADA. Y que, por tanto, no admito ser un
catalán de segunda. Soy tan de primera como ellos, y si me apuran un poco, más.
(No Artur). Como es natural, si me encuentro con Mas, le daré un abrazo y
volveremos a echar risas como la última vez que nos vimos, recordando cosas
divertidas que nos habían sucedido.
En el próximo artículo, volveré a la sutileza.
jueves, 29 de noviembre de 2012
CATALUÑA: UN ANALISIS DIFERENTE
(Rafael Sanchez Saus, en el Diario de Cádiz, el 29.11.2012)
DE entre el alud de comentarios e interpretaciones suscitados por los resultados de las elecciones catalanas me han llamado la atención los de Josep Miró i Ardèvol en Forum Libertas. Miró, que fue una personalidad destacada de los gobiernos de Jordi Pujol y hoy es quizá el principal referente del catolicismo social en Cataluña, parece ser el único que se ha percatado de un hecho que quiebra la extendida idea del deslizamiento del voto de CiU a ERC, una de las claves de lo sucedido, junto con el aumento de la participación, para casi todos los expertos. Tras observar con detalle los resultados en localidades del cinturón de Barcelona y en la propia ciudad, que es donde se han producido las sorpresas, pues los de Tarragona, Lérida y Gerona se han ajustado mucho más a lo previsto por las encuestas, nos descubre que allí donde CiU ha perdido más votos es donde la Esquerra ha ganado menos, mientras que donde CiU ha logrado mantenerse o incluso progresar es donde ERC ha obtenido los mayores avances. No habría, pues, trasvase de votos entre ellos.
Miró avanza, a la luz de este dato, una explicación muy distinta a la que se ha impuesto: CiU ha perdido en estas elecciones al "elector que venía votando a Convergencia porque consideraba que defendía bien los intereses de Cataluña, que también eran los suyos, pero que no estaba dispuesto a llevar a término una opción entre Cataluña y España". Y arriesga más cuando sugiere: "Creo que esta interpretación ayuda a entender también el éxito de Ciutadans más que el del PP. En definitiva, Ciutadans, levantando la bandera del unionismo español, es un producto con origen y fin en Cataluña, no tiene ninguna proyección más allá excepto sus ideas, no existe ninguna dependencia orgánica de un partido a escala española. Me puedo equivocar pero creo que… una parte del voto de CiU del cinturón de Barcelona se ha ido a Ciutadans. No digo que sea mucho en términos absolutos pero sí significativo en relativos".
No lo dice ya Miró, tal vez porque esta conclusión le desagrade como catalanista que es, pero si su examen se ajusta a la verdad, se habría producido una polarización territorial del voto entre la Cataluña separatista y la partidaria de la unidad, ahondándose la división de la sociedad catalana que algunos habían augurado antes de las elecciones. En muchos municipios la mayoría catalanista se habría reforzado, en otros el separatismo sería claramente minoritario. Y con ello, como venenoso fruto geográfico de la política de ruptura y discordia de Artur Mas, empieza a emerger un nuevo problema que debe añadirse a los muchos que arrastra Cataluña: la división en zonas enfrentadas sobre la cuestión capital de su futuro. Por ahora, sólo en las urnas.
Miró avanza, a la luz de este dato, una explicación muy distinta a la que se ha impuesto: CiU ha perdido en estas elecciones al "elector que venía votando a Convergencia porque consideraba que defendía bien los intereses de Cataluña, que también eran los suyos, pero que no estaba dispuesto a llevar a término una opción entre Cataluña y España". Y arriesga más cuando sugiere: "Creo que esta interpretación ayuda a entender también el éxito de Ciutadans más que el del PP. En definitiva, Ciutadans, levantando la bandera del unionismo español, es un producto con origen y fin en Cataluña, no tiene ninguna proyección más allá excepto sus ideas, no existe ninguna dependencia orgánica de un partido a escala española. Me puedo equivocar pero creo que… una parte del voto de CiU del cinturón de Barcelona se ha ido a Ciutadans. No digo que sea mucho en términos absolutos pero sí significativo en relativos".
No lo dice ya Miró, tal vez porque esta conclusión le desagrade como catalanista que es, pero si su examen se ajusta a la verdad, se habría producido una polarización territorial del voto entre la Cataluña separatista y la partidaria de la unidad, ahondándose la división de la sociedad catalana que algunos habían augurado antes de las elecciones. En muchos municipios la mayoría catalanista se habría reforzado, en otros el separatismo sería claramente minoritario. Y con ello, como venenoso fruto geográfico de la política de ruptura y discordia de Artur Mas, empieza a emerger un nuevo problema que debe añadirse a los muchos que arrastra Cataluña: la división en zonas enfrentadas sobre la cuestión capital de su futuro. Por ahora, sólo en las urnas.
sábado, 24 de noviembre de 2012
PERDONANOS NUESTRAS DEUDAS
NO parece que el binomio acción-reacción sea el más aconsejable para acometer una reforma en profundidad del mercado hipotecario español, ni que las prisas sea buenas consejeras en materia tan compleja, más allá del oportunismo político y social que es tradicional en nuestro país, y que, como todo lo malo, experimenta un agravamiento exponencial en momentos de zozobra, haciendo así bueno el refrán de que "a perro flaco, todos son pulgas".
Es cierto, sin embargo, que nuestro mercado hipotecario es legislativamente mejorable, pero también lo es que nuestras venerables normas hipotecarias son en buena parte responsables de la indiscutible prosperidad que nuestro país ha experimentado en los últimos 30 años, algo que, con ocasión de esta crisis e interesadamente, algunos intentar hacer olvidar.
Recordemos en este sentido y como cuestión previa, para hacernos una idea de lo delicado que es abrir este melón, que se trata de un mercado con un saldo vivo de casi 650.000 millones de euros con 7.000.000 de préstamos en vigor, de los que, tras cinco años de una crisis brutal, sólo el 3%, esto es, aproximadamente 20.000 millones, están en mora.
Recordemos asimismo que España es uno de los países europeos con mayor proporción de viviendas en propiedad, que suponen, más o menos, el 85% del total de hogares españoles, muy por encima de la media comunitaria del 65%, algo que en buena medida le debemos a nuestro ordenamiento hipotecario.
Recordemos de igual manera que nuestro sistema hipotecario esta permitiendo algo tan importante para la salida de la crisis como es la recuperación ordenada del crédito, algo capital en el proceso de desapalancamiento generalizado en que estamos inmersos, y que nos conducirá, tras la necesaria travesía en el desierto, a los manantiales de la recuperación.
Recordemos, además, que ese sistema es el que ha permitido que los españoles paguen las hipotecas con los tipos de interés más bajos de la Unión Europea, precisamente por la seguridad jurídica que proporciona nuestra legislación, y que los españoles sean casi los únicos europeos que pueden cambiar unilateralmente de acreedor durante toda la vida del crédito, importante resorte que, debidamente administrado, ha servido al propósito del abaratamiento generalizado de nuestras hipotecas.
Recordemos, por ultimo, que la flexibilidad de nuestro sistema, que permite la renegociación ad infinitum de las condiciones esenciales de los préstamos, unido al rigor en la aplicación de la legislación que le sirve de sustento ha permitido, hasta el momento, minimizar al máximo los supuestos de lanzamiento, siendo práctica habitual que una hipoteca se renegocie en múltiples ocasiones a lo largo de su vida.
Dicho esto, conviene también advertir que nuestro mercado hipotecario precisa de ciertas reformas que, de haberse realizado hace diez años, hubieran evitado gran parte de la burbuja que hemos vivido, reformas que, precisamente por eso, deben ser implementadas sin demora en los próximos tiempos. Dentro de ellas y sin ánimo de enumerarlas todas se encuentra, a mi juicio, la limitación del importe del préstamo hipotecario a un porcentaje razonable del valor de la finca que se hipoteca; la limitación de la tasa de esfuerzo hipotecario permitido a las familias hasta un porcentaje que permita atender con sensatez a sus restantes necesidades; la prohibición del contubernio que hasta ahora ha existido entre las entidades financieras y las sociedades de tasación hipotecaria; la inversión del principio general de responsabilidad patrimonial, haciendo depender la universal del pacto expreso y estableciendo la dación en pago como regla general; la implementación de un sistema universal de realización de valor verdaderamente eficiente que, protegiendo al deudor, permita preservar el verdadero valor de los bienes hipotecados; y el restablecimiento del equilibrio contractual perdido entre desiguales, mediante la reactivación de mecanismos de control ex ante que ya existían en nuestro Ordenamiento y que, por desgracia, fueron desactivados.
Cosa muy distinta es el drama humano y social que vivimos en estos tiempos con los desahucios, traigan su causa de una hipoteca o de cualquier otra deuda, sea bancaria, arrendaticia, estatal, autonómica, local o con la Seguridad Social. Y la solución a este problema ha ser también social y venir, más que por el lado hipotecario, por el de la solidaridad, implementando en este sentido el Estado las medidas necesarias para que nadie en España se quede sin un techo donde guarecerse y sin sus necesidades mínimas esenciales debidamente cubiertas.
Por lo demás, los cantos de sirena que algunos pregonan interesadamente estos días a los cuatro vientos, y que pasan por no pagar nuestras deudas, me temo que, más allá del Padrenuestro, no conducen a ningún sitio. O mejor dicho, conducen exclusivamente a que las deudas de los que no pagan, las tengamos que pagar entre todos los demás.
Es cierto, sin embargo, que nuestro mercado hipotecario es legislativamente mejorable, pero también lo es que nuestras venerables normas hipotecarias son en buena parte responsables de la indiscutible prosperidad que nuestro país ha experimentado en los últimos 30 años, algo que, con ocasión de esta crisis e interesadamente, algunos intentar hacer olvidar.
Recordemos en este sentido y como cuestión previa, para hacernos una idea de lo delicado que es abrir este melón, que se trata de un mercado con un saldo vivo de casi 650.000 millones de euros con 7.000.000 de préstamos en vigor, de los que, tras cinco años de una crisis brutal, sólo el 3%, esto es, aproximadamente 20.000 millones, están en mora.
Recordemos asimismo que España es uno de los países europeos con mayor proporción de viviendas en propiedad, que suponen, más o menos, el 85% del total de hogares españoles, muy por encima de la media comunitaria del 65%, algo que en buena medida le debemos a nuestro ordenamiento hipotecario.
Recordemos de igual manera que nuestro sistema hipotecario esta permitiendo algo tan importante para la salida de la crisis como es la recuperación ordenada del crédito, algo capital en el proceso de desapalancamiento generalizado en que estamos inmersos, y que nos conducirá, tras la necesaria travesía en el desierto, a los manantiales de la recuperación.
Recordemos, además, que ese sistema es el que ha permitido que los españoles paguen las hipotecas con los tipos de interés más bajos de la Unión Europea, precisamente por la seguridad jurídica que proporciona nuestra legislación, y que los españoles sean casi los únicos europeos que pueden cambiar unilateralmente de acreedor durante toda la vida del crédito, importante resorte que, debidamente administrado, ha servido al propósito del abaratamiento generalizado de nuestras hipotecas.
Recordemos, por ultimo, que la flexibilidad de nuestro sistema, que permite la renegociación ad infinitum de las condiciones esenciales de los préstamos, unido al rigor en la aplicación de la legislación que le sirve de sustento ha permitido, hasta el momento, minimizar al máximo los supuestos de lanzamiento, siendo práctica habitual que una hipoteca se renegocie en múltiples ocasiones a lo largo de su vida.
Dicho esto, conviene también advertir que nuestro mercado hipotecario precisa de ciertas reformas que, de haberse realizado hace diez años, hubieran evitado gran parte de la burbuja que hemos vivido, reformas que, precisamente por eso, deben ser implementadas sin demora en los próximos tiempos. Dentro de ellas y sin ánimo de enumerarlas todas se encuentra, a mi juicio, la limitación del importe del préstamo hipotecario a un porcentaje razonable del valor de la finca que se hipoteca; la limitación de la tasa de esfuerzo hipotecario permitido a las familias hasta un porcentaje que permita atender con sensatez a sus restantes necesidades; la prohibición del contubernio que hasta ahora ha existido entre las entidades financieras y las sociedades de tasación hipotecaria; la inversión del principio general de responsabilidad patrimonial, haciendo depender la universal del pacto expreso y estableciendo la dación en pago como regla general; la implementación de un sistema universal de realización de valor verdaderamente eficiente que, protegiendo al deudor, permita preservar el verdadero valor de los bienes hipotecados; y el restablecimiento del equilibrio contractual perdido entre desiguales, mediante la reactivación de mecanismos de control ex ante que ya existían en nuestro Ordenamiento y que, por desgracia, fueron desactivados.
Cosa muy distinta es el drama humano y social que vivimos en estos tiempos con los desahucios, traigan su causa de una hipoteca o de cualquier otra deuda, sea bancaria, arrendaticia, estatal, autonómica, local o con la Seguridad Social. Y la solución a este problema ha ser también social y venir, más que por el lado hipotecario, por el de la solidaridad, implementando en este sentido el Estado las medidas necesarias para que nadie en España se quede sin un techo donde guarecerse y sin sus necesidades mínimas esenciales debidamente cubiertas.
Por lo demás, los cantos de sirena que algunos pregonan interesadamente estos días a los cuatro vientos, y que pasan por no pagar nuestras deudas, me temo que, más allá del Padrenuestro, no conducen a ningún sitio. O mejor dicho, conducen exclusivamente a que las deudas de los que no pagan, las tengamos que pagar entre todos los demás.
domingo, 18 de noviembre de 2012
PROPIETARIOS, NO PROLETARIOS
(Manuel Molares do Val, en su blog CRÓNICAS BARBARAS, el 17 de Noviembre de 2012)
Guernica Magazine, la elitista revista cultural nacida en EE.UU. como homenaje a la pintura de Picasso, acaba de diseccionar dos aspectos de los embargos de viviendas en España que suelen olvidarse: su relación con el franquismo, y con la aparición de una clase media de propietarios, pequeñoburgueses de mínima formación cultural.
Es una pena que este bisemanario esté solamente en inglés porque en él se leen análisis de excelentes periodistas, escritores, ensayistas y críticos de todo el mundo a los que rara vez se tiene acceso en español.
El último número de Guernica presenta un artículo estrella titulado Art Under Austerity, Arte bajo la austeridad, escrito por la crítica de arte y periodista Lorna Scott Fox, respetada en el mundo cultural internacional, y también en España, donde residió más de una década.
La autora desmenuza en un ensayo la evolución de la burbuja inmobiliaria española, que contagió a un inculto mundo político que se creyó culturizarcomo cualquier nuevo rico ordenando obras faraónicas para albergar arte o grandes servicios.
Todas las CC.AA. quisieron tener sus Guggenhein, y sus dirigentes, además, sus comisiones por la ejecución de obras modelo Palau de la Música de Barcelona.
Cuenta que todo empezó con Franco, cuando decidió que España fuera un país “de propietarios, no de proletarios”, para lo que facilitó la compra de viviendas que crearon una clase media-baja antirrevolucionaria, de pensamiento burgués y mal escolarizada: el comunismo ya no tuvo nada que hacer.
En 1970 el sesenta por ciento de las viviendas eran propiedad de sus moradores, mientras que en la Europa democrática era mayoritario el alquiler.
Esa tendencia, seguida del crecimiento económico posterior que hizo de España la octava potencia económica mundial, de entonces, no de ahora, aceleró la fiebre constructora e hipotecaria.
Que abarcó monumentales obras promovidas por políticos de escasa escolarización o cultura, igual que esa clase media-baja aburguesada, compradora de viviendas ahora embargadas, según diagnostica Scott Fox.
Vamos, que se demuestra lo acertado de la frase de Franco de que todo quedaba atado y bien atado en un país de horteras, y cuanto más nacionalistas, más horteras aún.
Guernica Magazine, la elitista revista cultural nacida en EE.UU. como homenaje a la pintura de Picasso, acaba de diseccionar dos aspectos de los embargos de viviendas en España que suelen olvidarse: su relación con el franquismo, y con la aparición de una clase media de propietarios, pequeñoburgueses de mínima formación cultural.
Es una pena que este bisemanario esté solamente en inglés porque en él se leen análisis de excelentes periodistas, escritores, ensayistas y críticos de todo el mundo a los que rara vez se tiene acceso en español.
El último número de Guernica presenta un artículo estrella titulado Art Under Austerity, Arte bajo la austeridad, escrito por la crítica de arte y periodista Lorna Scott Fox, respetada en el mundo cultural internacional, y también en España, donde residió más de una década.
La autora desmenuza en un ensayo la evolución de la burbuja inmobiliaria española, que contagió a un inculto mundo político que se creyó culturizarcomo cualquier nuevo rico ordenando obras faraónicas para albergar arte o grandes servicios.
Todas las CC.AA. quisieron tener sus Guggenhein, y sus dirigentes, además, sus comisiones por la ejecución de obras modelo Palau de la Música de Barcelona.
Cuenta que todo empezó con Franco, cuando decidió que España fuera un país “de propietarios, no de proletarios”, para lo que facilitó la compra de viviendas que crearon una clase media-baja antirrevolucionaria, de pensamiento burgués y mal escolarizada: el comunismo ya no tuvo nada que hacer.
En 1970 el sesenta por ciento de las viviendas eran propiedad de sus moradores, mientras que en la Europa democrática era mayoritario el alquiler.
Esa tendencia, seguida del crecimiento económico posterior que hizo de España la octava potencia económica mundial, de entonces, no de ahora, aceleró la fiebre constructora e hipotecaria.
Que abarcó monumentales obras promovidas por políticos de escasa escolarización o cultura, igual que esa clase media-baja aburguesada, compradora de viviendas ahora embargadas, según diagnostica Scott Fox.
Vamos, que se demuestra lo acertado de la frase de Franco de que todo quedaba atado y bien atado en un país de horteras, y cuanto más nacionalistas, más horteras aún.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
ECONOMIA Y DESEMPLEO
(Jaime Rocha, publicado en el blog "La Quinta Columna" el sábado 3 de Noviembre de 2012)
Cuando empresas
españolas como Zara, Mercadona y otras, tanto exportadoras como exclusivamente
con mercado interior, son capaces de crecer y crear empleo en plena crisis,
habrá que deducir, sin entrar en otras consideraciones, que están muy bien
gestionadas. En eso consiste el problema: No contamos con buenos gestores y
cuando los recursos escasean, no es que sean necesarios, es que son
imprescindibles.
sábado, 10 de noviembre de 2012
Un Drago regado con cerveza
Noticia del Diario de Cádiz 10/11/2012
Julio Cuesta, presidente de la Fundación Cruzcampo, recibió anoche la máxima distinción del Ateneo de Cádiz por su compromiso con la ciudad, su "elevada calidad humana" y su "eficiencia profesional"
J.M. Sánchez Reyes / Cádiz
Actualizado 10.11.2012 - 01:00
En la Facultad de Medicina, donde habita un drago milenario, recibió ayer otro más pequeño y de oro un sevillano del Arenal que de pequeño miraba embobado el río por donde llegaba "un bracito de Cádiz trayendo la sal para el pescado". El Ateneo impuso su máxima distinción a Julio Cuesta, hombre polígamo en amores geográficos, Cádiz y Sevilla, y presidente de la Fundación Cruzcampo. La XI edición del Drago de Oro recayó en el presidente de una institución "que aun en tiempos de crisis ha seguido aportando recursos a iniciativas sociales, culturales, ciudadanas o deportivas", según reza en el acta del premio. Y como el galardón tiene un marcado carácter gaditano, a Cuesta le agradece el Ateneo su aportación a Cádiz, iniciada con el premio 'Baluarte del Carnaval', que cada año reconoce la trayectoria de un personaje de la fiesta, y continuada con la colaboración que la firma cervecera mantiene con los premios Gaditano de Ley, que otorga junto al Ateneo.
"Abrumado". Así dijo sentirse Julio Cuesta por el homenaje de anoche. "Si se percibe que lo que he hecho y haré fomenta la solidaridad, la justicia y el desarrollo, este Drago no puede acarrear mayor compromiso. Si tengo un mérito es el de la gratitud y sólo he sido la punta de lanza de la Fundación Cruzcampo, que tiene un inmenso compromiso con la sociedad", manifestó. Y en su calidad de gaditano adoptivo declaró que "si algo he hecho bueno por Cádiz es porque Cádiz tiene la culpa, por el encanto de su generosidad. Por eso, lo que haya que hacer por Cádiz y esté en mi mano, se hará".
El "amor sin fingimiento por nuestra tierra y nuestra gente" o la "elevada calidad humana y eficiente labor profesional" fueron algunos de los piropos expuestos por el profesor Antonio Hernández Guerrero en su 'laudatio' o glosa de la enjundia del homenajeado, para posteriormente pedirle "que siga colaborando con los diferentes proyectos que hacen posible nuestra convivencia libre, grata y pacífica".
José Joaquín León, ateneísta y consejero del Grupo Joly, apuntó que "ya nadie piensa en Cádiz en Gambrinus como símbolo de Cruzcampo, sino en Julio Cuesta. Su amor por Cádiz ha crecido en los últimos años". Cerrando el acto, Ignacio Moreno, presidente del Ateneo, dijo de Cuesta que es "uno de los mejores relaciones públicas de España y referente moral de la clase empresarial andaluza". Moreno le impuso el Drago de Oro y le entregó un diploma ilustrado por Luis Gonzalo y la reproducción facsímil de la Constitución de 1812. Despidió el acto el músico y ateneísta Juan Carlos Ferreiro, que interpretó una versión a guitarra del Himno de Andalucía.
Julio Cuesta, presidente de la Fundación Cruzcampo, recibió anoche la máxima distinción del Ateneo de Cádiz por su compromiso con la ciudad, su "elevada calidad humana" y su "eficiencia profesional"
J.M. Sánchez Reyes / Cádiz
Actualizado 10.11.2012 - 01:00
En la Facultad de Medicina, donde habita un drago milenario, recibió ayer otro más pequeño y de oro un sevillano del Arenal que de pequeño miraba embobado el río por donde llegaba "un bracito de Cádiz trayendo la sal para el pescado". El Ateneo impuso su máxima distinción a Julio Cuesta, hombre polígamo en amores geográficos, Cádiz y Sevilla, y presidente de la Fundación Cruzcampo. La XI edición del Drago de Oro recayó en el presidente de una institución "que aun en tiempos de crisis ha seguido aportando recursos a iniciativas sociales, culturales, ciudadanas o deportivas", según reza en el acta del premio. Y como el galardón tiene un marcado carácter gaditano, a Cuesta le agradece el Ateneo su aportación a Cádiz, iniciada con el premio 'Baluarte del Carnaval', que cada año reconoce la trayectoria de un personaje de la fiesta, y continuada con la colaboración que la firma cervecera mantiene con los premios Gaditano de Ley, que otorga junto al Ateneo.
"Abrumado". Así dijo sentirse Julio Cuesta por el homenaje de anoche. "Si se percibe que lo que he hecho y haré fomenta la solidaridad, la justicia y el desarrollo, este Drago no puede acarrear mayor compromiso. Si tengo un mérito es el de la gratitud y sólo he sido la punta de lanza de la Fundación Cruzcampo, que tiene un inmenso compromiso con la sociedad", manifestó. Y en su calidad de gaditano adoptivo declaró que "si algo he hecho bueno por Cádiz es porque Cádiz tiene la culpa, por el encanto de su generosidad. Por eso, lo que haya que hacer por Cádiz y esté en mi mano, se hará".
El "amor sin fingimiento por nuestra tierra y nuestra gente" o la "elevada calidad humana y eficiente labor profesional" fueron algunos de los piropos expuestos por el profesor Antonio Hernández Guerrero en su 'laudatio' o glosa de la enjundia del homenajeado, para posteriormente pedirle "que siga colaborando con los diferentes proyectos que hacen posible nuestra convivencia libre, grata y pacífica".
José Joaquín León, ateneísta y consejero del Grupo Joly, apuntó que "ya nadie piensa en Cádiz en Gambrinus como símbolo de Cruzcampo, sino en Julio Cuesta. Su amor por Cádiz ha crecido en los últimos años". Cerrando el acto, Ignacio Moreno, presidente del Ateneo, dijo de Cuesta que es "uno de los mejores relaciones públicas de España y referente moral de la clase empresarial andaluza". Moreno le impuso el Drago de Oro y le entregó un diploma ilustrado por Luis Gonzalo y la reproducción facsímil de la Constitución de 1812. Despidió el acto el músico y ateneísta Juan Carlos Ferreiro, que interpretó una versión a guitarra del Himno de Andalucía.
miércoles, 31 de octubre de 2012
SE LESAKA
(Enrique García-Máiquez en el Diario de Cádiz el miercoles 31.10.2012)
EL estómago tiene sus razones que ni la razón ni el corazón entienden. De la detención de terroristas de ETA tanto mi mente como mis sentimientos tendrían mucho que decir. Por ejemplo, la alegría de otro golpe más a la banda; o la triste confirmación de que éstos, con sus zulos y sus jefes de armamento, no son los de la paz, la paz; o las indignantes declaraciones de Bildu lamentando la acción de la justicia contra dos asesinos; o, incluso, el despiste de la Gendarmería francesa, que se dejó olvidadas en mitad de la calle unas bolsas con una pistola y abundante documentación, que le pasa eso a nuestra Guardia Civil y la de chistes que habríamos tenido que aguantar. Pero mi sensibilidad se ha quedado atragantada con la etarra Izaskun Lesaka comiéndose a las bravas un pen drive, que uno supone -desea- que fuese de 64 GB, por lo menos.
A pesar de ser hijo de farmacéuticos e hipocondríaco, he tenido siempre grandes dificultades para engullir cualquier pastilla, por muy recubierta que viniese y por muy esofagodinámica que fuera. Pienso, por tanto, en alguien tragándose un pen drive, con la cantidad de información que entra ahí, madre mía, y me dan arcadas de ansiedad.
Claro que la etarra está entrenada a comulgar con ruedas de molino ideológicas, a tragarse bulos históricos como cantos rodados, y a tener un estómago a prueba de bombas, porque las ha ordenado poner, llevándose por delante vidas inocentes. De modo que esa Izaskun masticando su pen drive es un puro y, sobre todo, duro happening autorreferencial, una pintura negra: Saturno devorando a sus hijos 2.0, expresionismo posmoderno.
La Policía francesa estuvo rápida y decidida, y un valiente le metió la mano por la boca, como se hace con los cocodrilos, arriesgándose al mordisco, a la amputación, a la segura infección. Extrajo el USB de la garganta profunda. Esperemos que le den la Legión de Horror, como poco. La experiencia le tuvo que revolver las tripas (al curtido gendarme, digo). Natural que se dejara luego las bolsas olvidadas.
De haber estado yo allí, habría optado por el liberalismo salvaje: "Laissez faire, laissez passer", habría gritado, y no sólo porque es una de las pocas cosas que sé en francés, sino para que le aprovechase a Izaskun. "Eso, luego se Lesaka", habría añadido, confiando en la cirugía o la naturaleza. Mucho daño tampoco iba a hacerle. Cosas mayores se han comido algunos. Los miembros del Tribunal Constitucional, sin ir más lejos, que legalizaron Bildu, se tragaron de una sentada la memoria, la dignidad y la justicia de un país tan grande como el nuestro. Y ahí están, tan campantes.
A pesar de ser hijo de farmacéuticos e hipocondríaco, he tenido siempre grandes dificultades para engullir cualquier pastilla, por muy recubierta que viniese y por muy esofagodinámica que fuera. Pienso, por tanto, en alguien tragándose un pen drive, con la cantidad de información que entra ahí, madre mía, y me dan arcadas de ansiedad.
Claro que la etarra está entrenada a comulgar con ruedas de molino ideológicas, a tragarse bulos históricos como cantos rodados, y a tener un estómago a prueba de bombas, porque las ha ordenado poner, llevándose por delante vidas inocentes. De modo que esa Izaskun masticando su pen drive es un puro y, sobre todo, duro happening autorreferencial, una pintura negra: Saturno devorando a sus hijos 2.0, expresionismo posmoderno.
La Policía francesa estuvo rápida y decidida, y un valiente le metió la mano por la boca, como se hace con los cocodrilos, arriesgándose al mordisco, a la amputación, a la segura infección. Extrajo el USB de la garganta profunda. Esperemos que le den la Legión de Horror, como poco. La experiencia le tuvo que revolver las tripas (al curtido gendarme, digo). Natural que se dejara luego las bolsas olvidadas.
De haber estado yo allí, habría optado por el liberalismo salvaje: "Laissez faire, laissez passer", habría gritado, y no sólo porque es una de las pocas cosas que sé en francés, sino para que le aprovechase a Izaskun. "Eso, luego se Lesaka", habría añadido, confiando en la cirugía o la naturaleza. Mucho daño tampoco iba a hacerle. Cosas mayores se han comido algunos. Los miembros del Tribunal Constitucional, sin ir más lejos, que legalizaron Bildu, se tragaron de una sentada la memoria, la dignidad y la justicia de un país tan grande como el nuestro. Y ahí están, tan campantes.
sábado, 27 de octubre de 2012
EL FRACASO ESCOLAR Y SUS RESPONSABLES
(Rafael Sanchez Saus, publicado en el Diario de Cádiz el 18.10.2012)
HOY parece no haber tiempo en España para hablar de otra cosa que de la crisis y de Cataluña, y por eso no ha alcanzado el eco debido el nuevo y demoledor informe, en este caso de la Unesco, sobre el fracaso escolar y su inevitable secuela, la mala inserción laboral de los jóvenes. Coincide ese informe, que nos sitúa a la cabeza de Europa en ambas lacras, con la escalada en el acoso al ministro José Ignacio Wert, aparentemente por decir con el necesario énfasis algunas obviedades de esas que nuestra progresía se niega a oír y la derecha no desea asumir.
El revelador acoso mediático al ministro de Educación, completado con la movilización del inmenso aparato que asegura a la izquierda el control del mundo educativo, ha comenzado, como suele ser en estos casos, con el escarnecimiento de su persona y la hipócrita protesta contra recortes tan inevitables como previsibles, pero tiene como finalidad última su amortización política para hacer imposible en esta legislatura de mayoría absoluta del PP la reforma de la enseñanza que él abandera para poner un poco de racionalidad en el disparatado sistema educativo español.
Pocos reparan en el hecho de que los ricos de izquierdas, mucho más numerosos e influyentes en España de lo que la gente supone, no invierten en empresas ligadas a la educación, de forma que las iniciativas privadas en este campo pertenecen muy ampliamente a personas de tendencias conservadoras o a la Iglesia.
La razón no es que la izquierda desconozca el gran poder transformador de la educación; todo lo contrario, ha hecho de ella uno de los pilares de su hegemonía cultural. Pero sabe también que el control ideológico de la enseñanza estatal, convertida desde la Transición en indiscutible feudo suyo, le asegura, sin necesidad de invertir unos fondos que ha derramado sin tasa en el negocio de medios de comunicación y en la industria cultural, un dominio social que no puede ser contrarrestado de ninguna forma.
A asegurar ese dominio se ha dedicado con éxito indudable durante más de treinta años y quien ose ponerlo en riesgo ya sabe lo que le espera. Pero hay que decir con suficiente claridad que el fracaso del sistema educativo español no es el fracaso de toda una sociedad, sino el de sus inspiradores ideológicos y el de los que lo han llevado a cabo contra el viento del sentido común y la marea de la evidencia de la catástrofe.
A la hora de las responsabilidades, como hasta hoy en los beneficios, a cada cuál lo suyo.
El revelador acoso mediático al ministro de Educación, completado con la movilización del inmenso aparato que asegura a la izquierda el control del mundo educativo, ha comenzado, como suele ser en estos casos, con el escarnecimiento de su persona y la hipócrita protesta contra recortes tan inevitables como previsibles, pero tiene como finalidad última su amortización política para hacer imposible en esta legislatura de mayoría absoluta del PP la reforma de la enseñanza que él abandera para poner un poco de racionalidad en el disparatado sistema educativo español.
Pocos reparan en el hecho de que los ricos de izquierdas, mucho más numerosos e influyentes en España de lo que la gente supone, no invierten en empresas ligadas a la educación, de forma que las iniciativas privadas en este campo pertenecen muy ampliamente a personas de tendencias conservadoras o a la Iglesia.
La razón no es que la izquierda desconozca el gran poder transformador de la educación; todo lo contrario, ha hecho de ella uno de los pilares de su hegemonía cultural. Pero sabe también que el control ideológico de la enseñanza estatal, convertida desde la Transición en indiscutible feudo suyo, le asegura, sin necesidad de invertir unos fondos que ha derramado sin tasa en el negocio de medios de comunicación y en la industria cultural, un dominio social que no puede ser contrarrestado de ninguna forma.
A asegurar ese dominio se ha dedicado con éxito indudable durante más de treinta años y quien ose ponerlo en riesgo ya sabe lo que le espera. Pero hay que decir con suficiente claridad que el fracaso del sistema educativo español no es el fracaso de toda una sociedad, sino el de sus inspiradores ideológicos y el de los que lo han llevado a cabo contra el viento del sentido común y la marea de la evidencia de la catástrofe.
A la hora de las responsabilidades, como hasta hoy en los beneficios, a cada cuál lo suyo.
lunes, 22 de octubre de 2012
ENTREVISTA A REVILLA, EX PRESIDENTE DE CANTABRIA
Recortar un 30% en concejales son cuatro perras; fuera el Senado y fuera las diputaciones”
El ex presidente de Cantabria, sentado ante la casa familiar en Lumeras. DIANA MARTÍNEZ
D. Martínez/ P. de Ancares
El ex presidente de Cantabria pasa unos días de vacaciones en El Bierzo con su familia, ya que su mujer, Aurora Díaz, es de la localidad ancaresa de Lumeras, en el municipio de Candín. Entre las montañas de Ancares, Revilla se ha parado a reflexionar para elaborar un documento que quiere hacer llegar a la canciller alemana Ángela Merkel. Además, con su experiencia como economista, repasa para La Crónica el pasado, presente y futuro de España. Así lo ha hecho también en su libro ‘Nadie es más que nadie’, recién publicado y que está siendo un tremendo éxito de ventas.
¿Cómo ha llegado España a esta situación?
Esto tiene unos orígenes mundiales, la crisis fue financiera en Estados Unidos. Después se extendió a Europa y se suele decir que cuanto Europa tiene gripe, España, neumonía. Aquí hemos tenido un desarrollo artificial hasta el año 2007, ficticio, con la construcción de un millón de viviendas al año y en turismo sin ninguna base. Crecíamos más que el resto de los países europeos, pero al mismo tiempo perdíamos productividad. Y cuando llegó la crisis a España le pilló con un endeudamiento de tres veces el PIB.
Y usted, como economista ¿cómo ve el panorama, donde todo lo que come España se cocina en Europa?
Nos hemos puesto en manos de Europa bajo la dictadura de Alemania, a la que le va muy bien esta situación, de momento. Porque si esto sigue así, van a tener problemas también ellos. Alemania se está financiando al 1,20% y España se está financiando al 7%. Esto es insostenible. Si estamos en un mercado con una moneda común, tendría que haber un Banco Europeo único para todos, una fiscalidad única para todos, con un endeudamiento a base del eurobono para todos. Esto del eurobono lo anuncié como imprescindible hace tres años en el club siglo XXI en Madrid, donde estaban varios ministros y estaba Botín (Emilio Botín, presidente del Banco Santander). Creo que he sido el primero en decir que la salida de Europa solo tiene este camino y que lo demás son parches que nos llevan a la destrucción de la Unión Europea. Y la primera vez que se lo he oído a Rajoy ha sido hace 15 días.
¿Qué le espera a España?
España está en una situación muy difícil, con un endeudamiento desaforado, más que el Gobierno las familias y los bancos, hay una deuda estratosférica y las medidas que se están tomando son las contrarias para salir de esta situación.
¿Qué tiene que decir entonces de los últimos recortes anunciados por el Gobierno?
Yo no suelo presumir de economista, porque creo que los economistas en este momento deberíamos estar bajo tierra. Pero yo les explicaba a mis alumnos de Economía Aplicada en la Universidad de Cantabria que la base de la Economía es la capacidad de demanda, que es la que origina la producción. Y si hay producción hay inversión y empleo. Si tu eliminas la capacidad de demanda no eliminas la recesión. Al revés, matas al enfermo. Esto es un principio de Economía fundamental, de primera página. Si en este momento le subes los impuestos a la gente, le recortas los sueldos y le eliminas capacidad de compra, no hay posibilidad alguna de eliminar un solo parado. Las medidas que se han tomado el otro día en el Congreso garantizan tres años más de recesión como mínimo y un aumento de la tasa de desempleo, porque si la gente no tiene capacidad de demanda, no se va de vacaciones, no compra coches, ropa, los hipermercados no venden. Si eliminas ahora mismo a dos millones y medio de funcionarios la paga extra de Navidad, te cargas el comercio del mes de diciembre y esto redunda en más paro. Recortarle al parado es pasar de pobre a la inanición.
La pregunta que hay que hacerse inmediatamente es ¿hay otra solución?
Por supuesto que sí. Primera: los gastos naturalmente hay que reducirlos. España es un disparate. Pero reducir el 30% de los concejales es el chocolate del loro. Eso son cuatro perras. Puestos a recortar, cárgate el Senado que vale una pasta y es inútil. Es una doble Cámara de doble lectura que no vale para nada. Fuera el Senado. Fuera las diputaciones provinciales, que para eso tienes el gobierno autonómico. Ahora las refuerzan porque tienen a mucha gente colocada ahí. Hay que cargarse tanto coche oficial, tanto guardaespaldas, tanto asesor.
¿Dónde no se debería recortar?
Los gastos no se pueden reducir en cosas fundamentales. En Educación y Sanidad es un error mayúsculo. La Sanidad es el mayor logro que se ha conseguido en España en los últimos 40 años. Vamos a una sociedad de ancianos, donde hay mucha gente sola, desvalida y que ahora tengan que esperar dos años a que los admitan en las ayudas es lamentable. Algunos se morirán y no les habrá llegado la ayuda. Eso es cruel, porque lo mínimo que puede hacer una sociedad progresista es cuidar a sus mayores, a los que han trabajado tanto por levantar esta España.
¿Y por la vía de los ingresos?
Ya no se puede tocar más a los que tienen una nómina. Ya no se puede tocar más la gasolina. Subir el IVA es cargarte el turismo, la capacidad de compra. Para el Gobierno es un impuesto facilón, porque no se escapa nadie, pero esto va a dar origen a un gran fraude porque la gente intentará escaquearse porque ya no pueden subir más los precios. Y sin embargo las grandes fortunas no se tocan. Hay muchísimo rico en España que no paga todo lo que tiene que pagar, porque tienen mil fórmulas de escaquearse. Reforzar las inspecciones de Hacienda sería un dinero bien gastado. Y por la vía de los ingresos externos que se den una vuelta por Mallorca, por Puerto Banús, puertos deportivos, aviones privados. Esa gente paga muchísimo menos de lo que tendría que pagar.
Estar estos días en El Bierzo le ha servido para meditar sobre una iniciativa importante. ¿Podría explicarla?
Sí, estos días he meditado una cosa aquí en el Bierzo. La voy a lanzar en siete u ocho días. Es una carta a la señora Ángela Merkel, que ya sé que no la va a leer ella misma. Y se la voy a mandar también a Mariano Rajoy para que la lleve a esas reuniones de Europa y se la lea. Diría así: “Señora Merkel. El pueblo alemán es un pueblo admirable en muchas facetas. Son gente muy trabajadora. Pero hay que recordarles que no es una casualidad que los alemanes en los últimos cien años hayan provocado dos guerras mundiales y hayan arrasado Europa. Y que después de todo eso se les ha perdonado la destrucción, se les ha ayudado y se les ha hecho un gran favor cuando no se les ha permitido tener ejército. Eso es un alivio económico que significa mucho dinero destinado a investigación y a desarrollo. Han perdido dos guerras y ahora quieren ganar la tercera con la economía, sin tanques. Pero cuidado, porque su economía es fruto de lo que los demás les compramos.
Señora Merkel, usted tiene una economía muy boyante, porque tiene una balanza comercial muy favorable. El 82% de lo que vende se lo compramos los europeos. Y de eso, el 16% los españoles. Eso de financiarnos al 7% y llevarnos a la ruina, a la larga puede ser también la ruina de usted, porque si los demás nos hundimos y no compramos, eso también le va a llegar a Alemania. Con esto quiero decir que no se puede estirar más de la cuerda. Que usted nos manda apretarnos el cinturón y nos lo vamos a apretar. Pero al mismo tiempo tiene que poner en marcha una cosa prevista en la Unión Europea, que funcionó muy bien en los años 70, los Fondos de Cohesión, que tienen cantidades ingentes aportadas por los gobiernos para apoyar situaciones dramáticas a países que pasan por dificultades. Es ahí donde Europa tiene que mostrar su solidaridad y echar una mano. Pero si no, señora Merkel, rompemos la baraja, porque ya no podemos más. El enfermo está en una situación que no tiene más que esperar la muerte. Con tijera, tijera y tijera no hay salida. Nosotros vamos a tomar medidas, pero ustedes tiene que ayudarnos, porque también se les ayudó a ustedes”.
Señora Merkel, usted tiene una economía muy boyante, porque tiene una balanza comercial muy favorable. El 82% de lo que vende se lo compramos los europeos. Y de eso, el 16% los españoles. Eso de financiarnos al 7% y llevarnos a la ruina, a la larga puede ser también la ruina de usted, porque si los demás nos hundimos y no compramos, eso también le va a llegar a Alemania. Con esto quiero decir que no se puede estirar más de la cuerda. Que usted nos manda apretarnos el cinturón y nos lo vamos a apretar. Pero al mismo tiempo tiene que poner en marcha una cosa prevista en la Unión Europea, que funcionó muy bien en los años 70, los Fondos de Cohesión, que tienen cantidades ingentes aportadas por los gobiernos para apoyar situaciones dramáticas a países que pasan por dificultades. Es ahí donde Europa tiene que mostrar su solidaridad y echar una mano. Pero si no, señora Merkel, rompemos la baraja, porque ya no podemos más. El enfermo está en una situación que no tiene más que esperar la muerte. Con tijera, tijera y tijera no hay salida. Nosotros vamos a tomar medidas, pero ustedes tiene que ayudarnos, porque también se les ayudó a ustedes”.
¿En qué sector económico ve futuro actualmente?
En las energías renovables. Estamos bajo la dictadura del petróleo. Y eso es algo recomendable que se acabe. Dentro de 20 años los coches ya no serán de gasolina. Los coches los vamos a cargar a la luz. Tenemos una dependencia energética que nos hizo pagar el año pasado 40.000 millones por la factura de petróleo. Esto es inasumible. El 80% de dependencia energética es una barbaridad. Y ahora han suprimido las primas. Obama (Barak Obama, presidente de EEUU) decía el otro día que el crecimiento del empleo en EEUU estaba en las renovables, Inglaterra está montando 15.000 megavatios en el canal de la Mancha, en Finlandia... Y nosotros que tenemos todas las condiciones, las tecnologías y las empresas, no lo hacemos[i]. ¿Que hay que hacer recortes? De acuerdo, pero hay que poner en marcha una serie de estímulos para la economía.
¿Qué capacidad de aguante tiene la sociedad española?
En España no hay enfado, no hay indignación, hay encabronamiento. Y es que los ciudadanos ven que no hay ejemplaridad. Lo mismo desde un púlpito que desde una tribuna de oradores no hay coherencia entre lo que se predica y lo que se hace. La mayoría de los políticos serán honrados, pero hay una gran cantidad de chorizos. Y no acaba de ir a la cárcel nadie y prescriben delitos y los juicios se prolongan, nunca los ves condenados. Que tengan que pagar los españoles los desmanes de una banca que después de haber quebrado las instituciones, se van los directivos con sueldos que no los gana un minero en cien años, es escandaloso. Que Telefónica, que es un refugio de expolíticos, le haya renovado a Iñaki Urdangarin su contrato en 2,7 millones de euros al año, cuando su esposa tiene un sueldazo de La Caixa y la Casa Real les aporta dinero. Tendría que haber alguien alrededor de estas personas que les pidiera decencia, un poco de pudor, que no insulten a la gente, que no hieran al personal.
Acaba de citar a los mineros ¿Está al tanto de la actualidad del sector?
Estoy indignado con la campaña que se está haciendo desde algunos medios, que dicen que los mineros son unos privilegiados. La mina es lo más duro que existe. No hay dinero para pagarlo. Son verdaderos héroes. Mi suegro murió con 50 años de silicosis porque era minero a los 14. Decir que son unos privilegiados es un insulto. Lo mismo que Fabra (Andrea Fabra) ¿Cómo una diputada puede gritar desde una tribuna ‘¡Que se jodan!’ cuando su jefe dice que vamos a recortar a los parados? Este país necesita una pasada por la normalidad y por la ejemplaridad de la conducta de los personajes públicos, porque si no, cuando desde la tribuna digan que hay que apretarse el cinturón el corte de mangas del que lo esté oyendo es inmediato.
i]) Desde la Fundación Renovables se lamenta de la falta de una estrategia energética a medio y largo plazo, “en línea con las hojas de Ruta 2050 de la UE, estrategia vergonzosamente inexistente y cuyo solo enunciado invalidaría acciones como esta”. Desde esta entidad se señala que ningún responsable del área energética, ni de la económica, han dado la mínima información sobre las intenciones del ejecutivo y solo existen algunas filtraciones a los medios de comunicación (ni confirmadas ni desmentidas) que, excepcionalmente y por su gravedad, merecen una llamada de atención al Gobierno para que no incida en el error que supuso el RDL 1/2012, norma que cercena el desarrollo futuro de las renovables, asestando ahora un golpe que, de ser ciertas las informaciones aparecidas, sería mortal para las instalaciones ya en funcionamiento y que una vez más merecería la reprobación comunitaria.
Desde Fundación Renovables, las consecuencias de esa tasa para el sector de energías renovables serian las siguientes:
a) La creación de una tasa a la generación renovable, como se ha adelantado en algún medio, es, en primer lugar, un disparate normativo, un verdadero fraude de ley, pues supone quitar a los promotores renovables una parte de lo que el mismo BOE le ha otorgado en concepto de incentivos para internalizar sus beneficios medioambientales y estratégicos. Es aplicar una retroactividad encubierta tratando de evitar una nueva avalancha de recursos en los tribunales.
b) En segundo lugar provocará la ruina de un gran número de empresas y particulares que en su día hicieron una inversión para poner en marcha sus proyectos, confiando en una retribución fijada en función de unos determinados costes. Esta ruina de buena parte de las empresas complicará aún más la situación de la banca española que solo en el caso de la fotovoltaica tiene un riesgo adquirido de más de 15.000 millones de euros.
c) En tercer lugar, esta decisión supondrá enterrar definitivamente el ya maltrecho crédito de la seguridad jurídica en nuestro país, alejando definitivamente a los inversores no solo de este sector sino de cualquier otro. La ausencia de información, de diálogo con el sector, el recurso al RDL sin tramitación parlamentaria y la proliferación de normas constituyen un conjunto de factores que están haciendo de la incertidumbre regulatoria la principal característica del sector energético cuando lo que requiere es precisamente lo contrario.
jueves, 11 de octubre de 2012
POR FAVOR, SEAMOS SERIOS
(Artículo de Carlos Colón, publicado en el Diario de Cádiz el jueves 11 de Octubre de 2012)
LOS tiempos son lo suficientemente difíciles y las cosas están lo suficientemente mal como para echar más leña al fuego de la crisis, el desprestigio de los políticos o los independentismos. Desgraciadamente muchos medios, en vez añadir racionalidad analítica, parecen empeñados en apagar el incendio con gasolina. Baste un ejemplo. Oigo en una tertulia radiofónica protestas porque Enric Juliana ha escrito en La Vanguardia: "Madrid está galdosiana. Los garbanzos hierven con locura en la olla a presión". Dicho así está claro que se trata de una zafiedad catalanista que identifica a Madrid con Galdós y a éste con la España garbancera, perpetuando un tópico superado hace muchos años que infravaloraba a Galdós como un escritor populachero anclado a un costumbrismo ramplón: Don Benito el garbancero, autor de novelas castizas que olían a cocido.
Se puede comprender que los tertulianos se indignen porque se resucite el injusto y superado tópico antigaldosiano en la refriega Barça-Real Madrid, Barcelona-Madrid y Cataluña-España, que todo se mezcla en estos tiempos revueltos y no muy ilustrados en los que muchos independentistas puede que no tengan claro si Rafael Casanova fue un entrenador del Barça o si Pep Guardiola y Tito Vilanova fueron héroes de la Guerra de Sucesión (a su vez interpretada por ellos como la conquista española de Cataluña, en vez de una disputa dinástica por el trono de España que tuvo dimensiones europeas).
Hice lo que en estos casos debe hacerse: leer el artículo de Enric Juliana. Efectivamente había escrito lo de Madrid, Galdós y los garbanzos. Pero también, unas líneas más adelante: "En Madrid bullen los garbanzos y en Barcelona, las mongetes del ganxet [una variedad de chícharos]. Siento desanimar a los que, muy ingenuamente, creen que la opinión internacional se está inclinando en favor de la independencia catalana. Por favor, seamos serios". Y esto lo cambia todo: el paralelo irónico entre los galdosianos garbanzos centralistas y las mongetes del ganxet catalanistas le servía para criticar algunos excesos escritos o verbales centralistas e independentistas. Citar la primera frase ignorando la segunda era una manipulación.
Hago mía la invitación de Juliana: "Por favor, seamos serios". Porque las cosas están como están y porque, según el último barómetro del CIS, junto al independentismo crece el centralismo: en sólo dos meses los partidarios de acabar con las autonomías para sustituirlas por un Estado centralizado han aumentado dos puntos y medio, hasta alcanzar un 24,5%. Y porque la clase política sigue siendo percibida, tras el paro y la crisis, como nuestro más grave problema. Cuidado.
Se puede comprender que los tertulianos se indignen porque se resucite el injusto y superado tópico antigaldosiano en la refriega Barça-Real Madrid, Barcelona-Madrid y Cataluña-España, que todo se mezcla en estos tiempos revueltos y no muy ilustrados en los que muchos independentistas puede que no tengan claro si Rafael Casanova fue un entrenador del Barça o si Pep Guardiola y Tito Vilanova fueron héroes de la Guerra de Sucesión (a su vez interpretada por ellos como la conquista española de Cataluña, en vez de una disputa dinástica por el trono de España que tuvo dimensiones europeas).
Hice lo que en estos casos debe hacerse: leer el artículo de Enric Juliana. Efectivamente había escrito lo de Madrid, Galdós y los garbanzos. Pero también, unas líneas más adelante: "En Madrid bullen los garbanzos y en Barcelona, las mongetes del ganxet [una variedad de chícharos]. Siento desanimar a los que, muy ingenuamente, creen que la opinión internacional se está inclinando en favor de la independencia catalana. Por favor, seamos serios". Y esto lo cambia todo: el paralelo irónico entre los galdosianos garbanzos centralistas y las mongetes del ganxet catalanistas le servía para criticar algunos excesos escritos o verbales centralistas e independentistas. Citar la primera frase ignorando la segunda era una manipulación.
Hago mía la invitación de Juliana: "Por favor, seamos serios". Porque las cosas están como están y porque, según el último barómetro del CIS, junto al independentismo crece el centralismo: en sólo dos meses los partidarios de acabar con las autonomías para sustituirlas por un Estado centralizado han aumentado dos puntos y medio, hasta alcanzar un 24,5%. Y porque la clase política sigue siendo percibida, tras el paro y la crisis, como nuestro más grave problema. Cuidado.
sábado, 6 de octubre de 2012
LA HORA DE HISPANIA
(Ignacio F. Garmendia en el Diario de Cádiz, el viernes 05.10.2012)
LA deslealtad de buena parte de la burguesía catalana ha batido en estos días todos los récords, en algunos casos difíciles de superar, respecto del Estado que le da acogida. Es una querella antigua, como sabemos, pero muchos pensamos que la fatiga de la que habla ese insospechado líder, más bien mediocre y desde luego oportunista, del nacionalismo catalán, es mucho mayor en el resto de España que en la propia Cataluña, donde sin duda tienen sus razones que habrá que interpretar -en eso estamos de acuerdo- a la luz de la voluntad mayoritaria.
Podríamos hablar de la dictadura franquista, de la Guerra Civil, de la industrialización del XIX o de los derechos abolidos por el duque de Anjou, pero ninguno de estos episodios arrojaría luz sobre el hecho irrefutable de que las actuales reivindicaciones -no sólo inoportunas, sino fatales para un país que atraviesa la crisis más acusada de las últimas décadas- responden a una peligrosa o explosiva mezcla de aventurerismo político, irresponsabilidad financiera y autocomplacencia victimista. Habrá que escuchar a la parte no pequeña de la población de allí que no desea en absoluto reemprender el camino en solitario, pero, entre tanto, acaso haya llegado la hora de que los ciudadanos se planteen si les interesa seguir desperdiciando energías en sostener la pertenencia de la marca catalana al proyecto común de España.
En esta hora grave -aventura por aventura, en la más entrañable tradición arbitrista- querría dejar constancia de una modesta proposición para articular de una vez, sin seguir abducidos por los rencores, los agravios y los complejos, la estructura del Estado en los años venideros. La cuestión del País Vasco, a mi juicio, es distinta, porque en el caso de aquellas tierras sí nos referimos a uno de los núcleos fundacionales de la vieja España. Los fantasiosos partidarios de las esencias podrían hablar incluso de solar originario o más bien de fósil viviente de la primitiva población de la península, pero de cualquier modo -porque los debates identitarios no conducen a ninguna parte- tampoco deberíamos perder el tiempo en garantizar la adscripción de las provincias vascas al marco otorgado por la Constitución del 78, si la mayoría de los ciudadanos que residen en ellas decidiera un día ir por libre. Son célebres las palabras de Olivares a propósito de las revueltas de 1640, cuando afirmó que tal vez habría sido preferible conservar Portugal en lugar de Cataluña. La boutade del desastroso valido fue recordada por Peces-Barba en un congreso de abogados celebrado en Cádiz, para escándalo de los aficionados a la quema de banderas y demás pasatiempos injuriosos, siempre tan susceptibles con sus cosas. El difunto Peces, por otra parte, que en la misma ocasión habló en tono jocoso e intolerable de bombas sobre Barcelona, no destacaba por su sentido del humor, como tampoco los nacionalistas de cualquier signo, pero a estas alturas de la película hay que olvidarse para siempre de las batallas y fijar un marco estable de convivencia que no sea objeto de discusión permanente.
¿Por qué no, llevados del mero pragmatismo y aprovechando los lazos seculares entre ambos pueblos, volver la mirada hacia nuestros vecinos de Portugal? La unidad geográfica de la península que los romanos llamaron Hispania tomó forma política en los tiempos del rey Felipe, dejó su impronta en los versos inmortales de Camoens y ha alimentado los sueños expansionistas de generaciones de españoles. Pero en esta ocasión no se trataría de dominadores y dominados, sino de una confederación de ciudadanos libres que excluyera la pugna por la hegemonía, de una fusión de intereses encaminada al bien común, de un pacto entre hermanos con la vista puesta en la Unión Europea, por supuesto, pero también en el otro lado del océano.
Incluso prescindiendo de los puertos del antiguo reino de Aragón, disponemos de ciudades milenarias que miran al Mediterráneo y bastan para mantener los vínculos con los pueblos de la cuenca donde nacieron la civilización que alumbró la idea de Europa y los fundamentos de un modo de vida del que seguimos siendo herederos. Pero la España atlántica, aunque menos próspera, aporta mucho en términos de historia, cultura y territorio. Si el nombre de Hispania despertara reticencias, tenemos a mano otro aún más antiguo y no menos hermoso, Iberia. El viejo nuevo Estado, que podría ser república o monarquía, dado que la encarnación de la máxima magistratura es siempre un asunto irrelevante, tendría doble capitalidad en Madrid y Lisboa, seguiría siendo plurilingüe y ampliaría de modo considerable su población, su patrimonio cultural y sus fronteras. Seríamos más pobres, pero acaso más felices.
Podríamos hablar de la dictadura franquista, de la Guerra Civil, de la industrialización del XIX o de los derechos abolidos por el duque de Anjou, pero ninguno de estos episodios arrojaría luz sobre el hecho irrefutable de que las actuales reivindicaciones -no sólo inoportunas, sino fatales para un país que atraviesa la crisis más acusada de las últimas décadas- responden a una peligrosa o explosiva mezcla de aventurerismo político, irresponsabilidad financiera y autocomplacencia victimista. Habrá que escuchar a la parte no pequeña de la población de allí que no desea en absoluto reemprender el camino en solitario, pero, entre tanto, acaso haya llegado la hora de que los ciudadanos se planteen si les interesa seguir desperdiciando energías en sostener la pertenencia de la marca catalana al proyecto común de España.
En esta hora grave -aventura por aventura, en la más entrañable tradición arbitrista- querría dejar constancia de una modesta proposición para articular de una vez, sin seguir abducidos por los rencores, los agravios y los complejos, la estructura del Estado en los años venideros. La cuestión del País Vasco, a mi juicio, es distinta, porque en el caso de aquellas tierras sí nos referimos a uno de los núcleos fundacionales de la vieja España. Los fantasiosos partidarios de las esencias podrían hablar incluso de solar originario o más bien de fósil viviente de la primitiva población de la península, pero de cualquier modo -porque los debates identitarios no conducen a ninguna parte- tampoco deberíamos perder el tiempo en garantizar la adscripción de las provincias vascas al marco otorgado por la Constitución del 78, si la mayoría de los ciudadanos que residen en ellas decidiera un día ir por libre. Son célebres las palabras de Olivares a propósito de las revueltas de 1640, cuando afirmó que tal vez habría sido preferible conservar Portugal en lugar de Cataluña. La boutade del desastroso valido fue recordada por Peces-Barba en un congreso de abogados celebrado en Cádiz, para escándalo de los aficionados a la quema de banderas y demás pasatiempos injuriosos, siempre tan susceptibles con sus cosas. El difunto Peces, por otra parte, que en la misma ocasión habló en tono jocoso e intolerable de bombas sobre Barcelona, no destacaba por su sentido del humor, como tampoco los nacionalistas de cualquier signo, pero a estas alturas de la película hay que olvidarse para siempre de las batallas y fijar un marco estable de convivencia que no sea objeto de discusión permanente.
¿Por qué no, llevados del mero pragmatismo y aprovechando los lazos seculares entre ambos pueblos, volver la mirada hacia nuestros vecinos de Portugal? La unidad geográfica de la península que los romanos llamaron Hispania tomó forma política en los tiempos del rey Felipe, dejó su impronta en los versos inmortales de Camoens y ha alimentado los sueños expansionistas de generaciones de españoles. Pero en esta ocasión no se trataría de dominadores y dominados, sino de una confederación de ciudadanos libres que excluyera la pugna por la hegemonía, de una fusión de intereses encaminada al bien común, de un pacto entre hermanos con la vista puesta en la Unión Europea, por supuesto, pero también en el otro lado del océano.
Incluso prescindiendo de los puertos del antiguo reino de Aragón, disponemos de ciudades milenarias que miran al Mediterráneo y bastan para mantener los vínculos con los pueblos de la cuenca donde nacieron la civilización que alumbró la idea de Europa y los fundamentos de un modo de vida del que seguimos siendo herederos. Pero la España atlántica, aunque menos próspera, aporta mucho en términos de historia, cultura y territorio. Si el nombre de Hispania despertara reticencias, tenemos a mano otro aún más antiguo y no menos hermoso, Iberia. El viejo nuevo Estado, que podría ser república o monarquía, dado que la encarnación de la máxima magistratura es siempre un asunto irrelevante, tendría doble capitalidad en Madrid y Lisboa, seguiría siendo plurilingüe y ampliaría de modo considerable su población, su patrimonio cultural y sus fronteras. Seríamos más pobres, pero acaso más felices.
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