Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

sábado, 23 de octubre de 2010

Una visión hacia el 2012 desde la sociedad civil

Por Jose Ramón Pérez Díaz-Alersi

Publicado en La Voz de Cádiz (23/10/2010)

Como gaditano de a pie, se me solicita una tribuna para esta sección, una aportación desde la sociedad civil. ¿Estamos en el buen camino, de cara al 2012: alcanzaremos con éxito esta esperanza colectiva, o lamentaremos, una vez más, una oportunidad perdida? Permítanme una reflexión de arranque: estamos aún, casi noqueados y sorprendidos, bajo el impacto de la gesta del rescate de los 33 mineros de la mina San José de Chile, una Nación, un pueblo hermano unido y una clase dirigente que nos han testimoniado cuánto vale la Fe, la esperanza tenazmente compartida y la solidaridad sin fisuras, para hacer posible lo que muchos creían imposible. El sentido de unidad, de Nación; el aprecio a la bandera común, la confianza en sus dirigentes; la organización solvente y eficaz; el liderazgo capaz, reconocido, apreciado y ejerciente. (Y todo ello, por cierto, hablado y evidenciado en un buen castellano, rico y expresivo). Apliquemos ahora estos imprescindibles valores a nuestro camino hacia el doce. Comparemos la situación y el «clima» y saquemos consecuencias.
Ciertamente, es de justicia reconocerlo, se van consiguiendo algunos objetivos: avanza el nuevo puente; se rehabilitan el oratorio de San Felipe Neri y el castillo de San Sebastián; se cierran acuerdos y agenda sobre importantes reuniones de personalidades nacionales e hispanoamericanas; cumbres, asambleas, foros, en los que todos unánimemente proclamarán con elocuencia y emocionada voz vibrante cuanto les deben la Nación, el Estado y el pueblo español a la heroicidad y eficacia de la inigualable gesta del pueblo de Cádiz y San Fernando, cuando en 1810-12, fuimos la Nación, el Estado y el pueblo libre español frente al tremendo poderío del invasor. Y vencimos y salvamos la nación. Cuando este rincón nuestro fue una isla, un baluarte, un fortín, sostenidos, con costosos y heroicos sacrificios, por la incansable voluntad de su pueblo. Reconocimiento, compensación y deuda (¡toma deuda histórica!) que, en términos económicos, sigue pendiente de reclamación y de cobro.
Pero junto a lo ya conseguido, demasiados proyectos importantes se van quedando en el camino, o se entorpece su consecución. La rehabilitación de las defensas; el Ave; la ampliación del puerto; la rehabilitación de tantos declarados monumentos; los imprescindibles museos; los absolutamente necesarios hoteles, etc. La ciudadanía civil percibe escandalizada cómo se alejan las soluciones cuando (como tantas veces hemos denunciado desde el Ateneo gaditano y desde otras muchas instituciones ciudadanas) prima la bronca política sobre el bien común. De esto ya estamos hartos. Priman los intereses partidistas sobre el buen y eficaz servicio a la ciudadanía. Y, claro, también la falta de dinero: pero para esto último, alguna solución veníamos apuntando. Diálogo, negociación, consenso, capacidad de entendimiento, es lo que el pueblo echa de menos.
Y echamos de menos algunas cosas más: junto a la profundización del conocimiento de los valores constitucionales que se derivan de la valiosísima Constitución del 12, un ejercicio de oportunísimo juicio crítico y de valoración comparativa respecto de nuestra actual situación: en Cádiz, en Andalucía y en España toda. Y un clamor por sus necesarias correcciones: la recuperación del clima democrático (la relación ciudadano-autoridad); el «clima» democrático dentro y fuera de los partidos políticos; la verdadera separación de poderes -legislativo y judicial, respecto del ejecutivo-; la búsqueda y el respeto al bien común; el estricto cumplimiento de los mandatos constitucionales respecto de la unidad de la Nación; de la calidad de la enseñanza; del auténtico papel de los sindicatos; el dimensionamiento y organización del aparato del estado asumible y soportable... ¿Seremos capaces de alumbrar en este bicentenario una «Declaración de Cádiz» que reflexione y urja la retoma del camino correcto?
Y muchos echamos de menos también una mayor presencia de la Iglesia: como institución de fe y como fuente de valores ciudadanos: más de un tercio de los diputados doceañistas eran clérigos (97 eclesiásticos, algunos especialmente protagonistas en la configuración de la Constitución del 12). Echamos en falta la realidad de un foro de «Fe y Cultura». Haciéndolas presentes, con lealtad histórica. Y no eludiendo su presencia; ejemplo: un gran cartel en el viario más transitado del polígono exterior de nuestra Zona Franca publica sesgadamente, respecto del capítulo de la enseñanza, el contenido del articulo 366: «En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de primeras letras, en las que se enseñará a los niños a leer, escribir y contar». E intencionadamente, sin duda, traiciona y olvida el texto, que sigue diciendo: «y el catecismo de la religión católica, que comprehenderá también una breve exposición de las obligaciones civiles».
Finalizo soñando dos utopías: qué gran «monumento» conmemorativo del bicentenario si se decidiera, por fín, aprovechar la ocasión, para constituir a este pueblo nuestro -que vive, trabaja, compra, estudia, se divierte, en los enclaves en torno a la Bahía de Cádiz- en una verdadera Área Metropolitana de la Bahía de Cádiz, con todas sus consecuencias. Entre ellas, poder acudir a Sevilla y a Madrid, con la representación y el respaldo de más de 750.000 ciudadanos (y votantes) solicitando soluciones y centros de trabajo. Aprendamos: el área metropolitana portuaria ya se consiguió en 1902, con resultados tan beneficiosos para todos.
Y la otra utopía, más asequible: el remate de la cúpula de la Catedral, (nuestro primer y principal monumento), hoy «mocha» por el empecinamiento y el desencuentro de dos técnicos y por la desidia de quienes tienen la obligación de restaurarla, incluso haciendo cumplir el fallo del juicio que en la más alta instancia judicial ganó la ciudad de Cádiz.
Así se daría justa respuesta al peso de nuestra sociedad civil, a la que todos dicen reconocer cada vez mayor importancia y empuje, y nos llaman a ejercer nuestro derecho a participar. Con este espíritu cooperamos en el camino hacia el 12, hacia la esperanza colectiva. Cádiz no puede perder esta gran oportunidad.

1 comentario:

  1. Julián Roig23/10/10 19:48

    El sueño del Area Metropolitana de Cádiz, solo es posible con otros políticos distintos de los que nos gobiernan, y que solo miran al bien personal o de su partido. La Sociedad Civil gaditana, que no es que este desaparecida, es que esta desintegrada, debe tomar cartas en el asunto. Aunque los politicos se han apresurado a poner etiquetas negativas para descalificarlos antes de que aparezcan,(les tendran miedo) los "Tea Parties" al estilo de los norteamericanos seria un ejemplo.

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