Por Fernando Garea
Publicado en El País (04/10/2010)
Si el principal activo de Tomás Gómez, según Alfredo Pérez Rubalcaba, es haber dicho no a Zapatero, los militantes del PSOE en Madrid han premiado la rebeldía frente al líder del partido. Y Zapatero queda tocado con su primer revés orgánico serio. Las bases también le dan la espalda.
"Hemos perdido la confianza de una parte significativa del electorado. ¿Cuándo se produjo esta ruptura? ¿En qué momento hemos dejado de estar atentos a los cambios que la sociedad demandaba?", escribió Trinidad Jiménez en EL PAÍS el 17 de marzo de 2000 sobre el batacazo del PSOE de Almunia en aquellas elecciones generales. Ese artículo puso en marcha el proceso para llevar a Zapatero al frente del partido y ahora Jiménez vuelve a ser personaje destacado en el primer revés de Zapatero y debería reformular esa pregunta con un añadido: ¿En qué momento y por qué el líder socialista y presidente del Gobierno ha dejado de tener detrás a una parte de sus bases? Zapatero debería preguntarse hoy mismo por qué los militantes socialistas de Madrid se han revuelto contra su decisión de promover a Jiménez como candidata.
El presidente, según sus colaboradores, preparaba ayer por la tarde en La Moncloa la cumbre europea que se inicia hoy en Bruselas, con apariencia de distancia, pero su futuro lo decidían los militantes de Madrid. El secretario general del PSOE con mayor poder y menos contestación, que antepuso su nombre al del partido en dos campañas y al que los suyos han seguido sin rechistar por mucho que rectificara, ha sido desautorizado por los militantes socialistas de Madrid. En coincidencia con los datos de las encuestas que muestran que la fidelidad de voto del PSOE ha caído en picado, los datos de las primarias de Madrid ponen en circulación un término: postzapaterismo. Queda también desautorizado todo su equipo más próximo, empezando por José Blanco y Rubalcaba. Y ha sacrificado a uno de sus ministros mejor valorados, Trinidad Jiménez. Zapatero, probablemente el político que más arriesga, siempre supera las adversidades, pero en cada una de ellas se deja jirones, y en ésta algo más que eso. Las encuestas muestran que los militantes y votantes del PSOE ya no le acompañan y si mira hacia atrás verá que ya no le siguen incondicionalmente. Muchos militantes hubieran preferido estar el 29-S detrás de la pancarta y ayer, además, los de Madrid no tuvieron reparo en darle un sonoro cachete, aun sabiendo que supone hacer tambalear a su líder. Y ahora, además, los barones regionales y los candidatos de las municipales presionarán aterrados sobre el efecto arrastre que en mayo puede tener la pésima situación de Zapatero. Se cumple otra tradición: Rubalcaba pierde siempre todas sus apuestas en primarias. Ya le pasó con Almunia y con Bono y con todas sus apuestas en congresos del partido, según suele admitir él mismo.
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