Publicado en La Voz de Cádiz (16/11/2010)
Durante una mesa redonda, celebrada durante la reciente Cumbre del G-20 de Seúl, el presidente Zapatero afirmó que, en los próximos 10 años, se podrían crear un millón de puestos de trabajo 'verdes' en nuestro país. No dudo de la capacidad de los gobernantes y de las empresas para impulsar acuerdos, en materia de política energética, que avancen hacia la implantación de modelos sostenibles durante las próximas décadas. Sobre lo del millón de empleos, visto lo visto, me surgen dudas más que razonables. Pero mientras se crean, o no se crean, puestos de trabajos verdes, o de cualquier otro color, siempre nos queda la posibilidad inmediata de volver a irnos a Alemania, donde ya se ofrece al mercado europeo un número de puestos laborales similar a la cifra que nuestro presidente nos promete para dentro de 10 años. Quién nos iba a decir que, después de 50 años, tendríamos que volver a hacer las maletas para una nueva aventura germana. Según un informe del Instituto de Mercado de Trabajo e Investigación de Empleo de Nuremberg, las empresas alemanas, y especialmente la industria, necesitan más de 800.000 trabajadores para ocupar las vacantes laborales de este último trimestre del 2010. Además, el Presidente del Instituto Alemán de Estudios Económicos, Klaus Zimmermann, ha afirmado que Alemania necesitará más de medio millón de inmigrantes al año para poder seguir manteniendo su economía. El experto añade que, si no se pone remedio a esa necesidad, ya en el 2015 faltarán tres millones de empleados en el mercado alemán, y que a partir de ese momento se irán perdiendo 250.000 trabajadores al año. ¡Hay que ver los problemas tan grandes que tienen los alemanes! Nosotros preocupándonos por el desempleo, y ellos haciéndolo por no poder cubrir todos los puestos de trabajo de los que disponen. Ahora mismo necesitan muchísimos ingenieros, pero también conductores, personal sanitario, administrativos, y trabajadores, cualificados y no cualificados, en otras muchas áreas. Incluso indican que, en determinados ámbitos, tres de cada cuatro puestos vacantes pueden ser ocupados de manera inmediata. Imposible no acordarnos de aquella película de Pedro Lazaga que se estrenó allá por los años setenta, y que serviría como perfecto eslogan de atracción para la necesitada industria germana: ¡Vente a Alemania, Pepe!
Durante una mesa redonda, celebrada durante la reciente Cumbre del G-20 de Seúl, el presidente Zapatero afirmó que, en los próximos 10 años, se podrían crear un millón de puestos de trabajo 'verdes' en nuestro país. No dudo de la capacidad de los gobernantes y de las empresas para impulsar acuerdos, en materia de política energética, que avancen hacia la implantación de modelos sostenibles durante las próximas décadas. Sobre lo del millón de empleos, visto lo visto, me surgen dudas más que razonables. Pero mientras se crean, o no se crean, puestos de trabajos verdes, o de cualquier otro color, siempre nos queda la posibilidad inmediata de volver a irnos a Alemania, donde ya se ofrece al mercado europeo un número de puestos laborales similar a la cifra que nuestro presidente nos promete para dentro de 10 años. Quién nos iba a decir que, después de 50 años, tendríamos que volver a hacer las maletas para una nueva aventura germana. Según un informe del Instituto de Mercado de Trabajo e Investigación de Empleo de Nuremberg, las empresas alemanas, y especialmente la industria, necesitan más de 800.000 trabajadores para ocupar las vacantes laborales de este último trimestre del 2010. Además, el Presidente del Instituto Alemán de Estudios Económicos, Klaus Zimmermann, ha afirmado que Alemania necesitará más de medio millón de inmigrantes al año para poder seguir manteniendo su economía. El experto añade que, si no se pone remedio a esa necesidad, ya en el 2015 faltarán tres millones de empleados en el mercado alemán, y que a partir de ese momento se irán perdiendo 250.000 trabajadores al año. ¡Hay que ver los problemas tan grandes que tienen los alemanes! Nosotros preocupándonos por el desempleo, y ellos haciéndolo por no poder cubrir todos los puestos de trabajo de los que disponen. Ahora mismo necesitan muchísimos ingenieros, pero también conductores, personal sanitario, administrativos, y trabajadores, cualificados y no cualificados, en otras muchas áreas. Incluso indican que, en determinados ámbitos, tres de cada cuatro puestos vacantes pueden ser ocupados de manera inmediata. Imposible no acordarnos de aquella película de Pedro Lazaga que se estrenó allá por los años setenta, y que serviría como perfecto eslogan de atracción para la necesitada industria germana: ¡Vente a Alemania, Pepe!
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