Este cuadro de Zurbarán, "Defensa de Cádiz", ilustra perfectamente el objetivo y prioridad de nuestra asociación.

lunes, 4 de abril de 2011

No te vayas todavía, no te vayas por favor

Por Carlos Fonseca Publicado en El Confidencial (04/04/2011) El presidente Rodríguez Zapatero se va. Renuncia a ser el candidato de su partido en las elecciones generales del próximo año. Lo siento, pero no porque su gestión haya sido buena, sino porque debería haber tenido el coraje de presentarse para recoger en las urnas la recompensa a su política de recorte de derechos laborales. Tal vez así se habría dado cuenta de que sus ·decisiones difíciles pero necesarias” lo han sido a costa de los trabajadores, que no han tenido nada que ver con la crisis económica que les está tocando pagar. Arránquense por sevillanas: “No te vayas todavía, no te vayas por favor…” Zapatero llevaba meses mareando la perdiz de si sería o no el candidato de su partido, alimentando un debate absurdo porque lo sustancial para los ciudadanos ni era ni es si se presentaba o no, sino los casi cinco millones de desempleados que aún no ven ninguna luz al final del túnel. Ahora tenemos por delante un año de campaña electoral plagada de falsas promesas para conservar/ganar el poder. El PSOE arengando a sus fieles con el “que viene la derecha” a desmantelar el estado del bienestar, como si no lo hubieran expoliado ellos, y el PP, transmutado en defensor de los trabajadores, prometiendo empleo para todos. La de Zapatero ha sido una decisión en clave de partido para que las próximas municipales no fueran interpretadas como unas primarias de las generales de 2012. Un duelo Rodríguez Zapatero-Mariano Rajoy del que éste va a salir vencedor el próximo 22 de mayo. El líder del PP se ha quedado sin estrategia, sin referente al que atacar, porque el nombre del sustituto no se conocerá hasta después de los comicios. Ya no le sirve el ¡váyase señor Zapatero! Tendrá que emplearse con el nuevo mantra: ¡elecciones anticipadas, ya! Me pregunto si un líder debe decidir por sí solo si es o no el candidato de su partido y el resto asentir sin más. Creo que no, que debe ser la militancia la que decida en última instancia a quien quiere que la represente como cartel electoral, y eso se resuelve mejor en un Congreso Extraordinario que en unas primarias. La política debe ser un ejercicio compartido, no la decisión de una persona. Zapatero ha dicho que se va, todos en el PSOE le aplauden, y en los próximos días nos hartaremos de escuchar a los más preclaros dirigentes que lo suyo es un ejemplo de responsabilidad política, la decisión de un hombre que coloca al país por encima de sus intereses personales. Si hubiese dicho que quería repetir, los mismos habrían dicho de él que es el mejor candidato posible, y alabarían su gallardía y honradez por dar la cara antes los ciudadanos pese a sus impopulares reformas económicas. Teatro del malo. Mi impresión es que no va a haber más de un candidato a la sucesión, sino uno de consenso que evite el conflicto interno y que sea capaz de amortiguar el previsible derrumbe electoral el partido. Unidad. Esa es la palabra, y Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente y ministro del Interior, el hombre que más la concita. Es uno de los políticos mejor valorado, y la política de firmeza que ha aplicado a la lucha contra ETA es del agrado de una mayoría de la población, poco proclive a diálogos y reconciliaciones con los terroristas. En el País Vasco es otra cosa, pero allí tiene al lehendakari Patxi López para recibir las bofetadas. Tal vez consiga que el derrumbe sea controlado, pero Pérez Rubalcaba es un líder amortizado de antemano, el elegido para ofrecer su postrero servicio al partido inmolándose en las urnas para abrir paso a un nuevo liderazgo con vocación de recuperar el poder en 2016. Quizá ese sea el momento de Carme Chacón, ministra de Defensa, que ha ido subiendo en valoración en las encuestas y que cuenta como asesor con un mago del marketing político: Miguel Barroso, su marido. El problema de la ministra generala es que no goza del aprecio de todos en el partido y es probable que su candidatura ya no fuera de consenso, sino una más para competir en un proceso de primarias en el que no hay que descartar la aparición de un “mirlo blanco”. ¿Se acuerdan de aquel modosito chico de León que en 2000 se atrevió a disputar la secretaría general del partido a José Bono? Pues ganó contra todo pronóstico, con Matilde Fernández y Rosa Díez de mariachis. Sin la pesada carga de ser de nuevo candidato y con la jubilación a la vista, Rodríguez Zapatero puede adornarse en los meses que le quedan. Seguirá con sus reformas y Rajoy ya no podrá pedirle la dimisión. Ahora es él quien tiene la sartén por el mango. Tenemos por delante una entretenida campaña electoral, pese a que los políticos tienen muy poca gracia. Disfruten de la semana y hasta el próximo lunes.

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