Publicado en El Confidencial (13/04/2011)
Las listas de Camps minan la moral de Rajoy y sus expectativas electorales
El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, no quiere ni oír hablar de la lista del PP por Valencia en las próximas elecciones autonómicas del 22 de mayo. Cada vez que se le pregunta evita la respuesta. Su malestar le lleva a actuar a veces como si no conociera a Ricardo Costa, el ex secretario regional del PP al que el partido abrió expediente disciplinario con expulsión durante un año, un quebradero de cabeza que difícilmente olvidará Mariano Rajoy.
Una de las razones por las que Rajoy no quiere saber nada de lo ocurrido con la lista de Valencia es que cuestiona el discurso del PP en Andalucía. “No podemos ser todo lo críticos que quisiéramos con el PSOE, que además lleva más imputados que nosotros en sus candidaturas”, señalan fuentes de Génova. La lista de Valencia, además, empobrece cualquier intento del PP por hacer un discurso de regeneración de la vida pública y lucha contra la corrupción, y de eso también se resiente el líder de este partido.
Lo cierto es que casi nadie en el PP entiende lo ocurrido, y lo achacan a que, habiendo cedido una vez en la candidatura de Camps, era muy difícil no hacerlo la segunda cuando éste presentó las listas a las Cortes Valencianas. Las únicas esperanzas del PP llevan el nombre de dos alcaldes: Rita Barberá y Alberto Fabra. “Son la única garantía de que si al final Camps se sienta en el banquillo y tiene que dimitir, se produzca la ansiada renovación en el PP valenciano”, dicen en Génova.
La razón de este manifiesto desprecio del líder del PP hacia la lista que ha presentado Valencia no es otra que el haberse sentido, de nuevo, engañado por el presidente valenciano, Francisco Camps, que había prometido a la Dirección Nacional una ‘lista limpia’ en la que no hubiera más imputados que él mismo y, como mucho, Vicente Rambla, y en la que se llevara a cabo una profunda renovación sobre la composición actual del Grupo Parlamentario.
Al final, entre Valencia, Castellón y Alicante, Camps presentó al Comité Electoral Nacional una lista con nueve imputados o investigados por diversas causas. De todos ellos, Génova había aceptado la inclusión de dos: el propio Camps, y la actual alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, que no está imputada en el ‘caso Brugal’ y a la que sólo se relaciona con el mismo por un viaje en el yate del empresario Enrique Ortiz que ella misma ha admitido.
El PP necesitaba ‘compensar’ la presencia de Camps como candidato a la reelección con unas listas en las que se evidenciara el compromiso de la Dirección Nacional con la “limpieza y la renovación”, según reconocen fuentes del PP de la Comunidad Valenciana a este diario. “Eso fue lo que se pidió desde Madrid, pero no se ha cumplido el compromiso”. De hecho, en la tarde del viernes 8 se produjo alguna destacada ausencia en la reunión del Comité Electoral Regional.
Factura electoral
La razón no es otra que las discrepancias que la última hazaña de Camps, que no tiene más sentido que el de asegurar el aforamiento para los imputados en el ‘caso Gürtel’, ha generado incluso en el seno del PP valenciano: “No deberíamos haber ido tan lejos”, aseguran estas fuentes. Y es que ahora el mayor temor del PP empieza a ser que este asunto pueda pasarle alguna clase de factura en las elecciones del 22 de mayo.
“Una cosa era Camps y los trajes, y otra que todos los implicados estén en las listas como si de esa manera el resultado de las elecciones les limpiara”, dicen fuentes de la Dirección Nacional. De hecho, por primera vez en todo este tiempo existe en Génova 13 la impresión de que el ‘caso Gürtel’ pueda afectar a sus expectativas electorales. De hecho, son varios los líderes regionales que han expresado a Rajoy el temor a que lo ocurrido en Valencia les pueda costar votos.
Incluso en la propia Comunidad Valenciana podría haber un castigo al PP que por ahora no recogen los sondeos, “porque en las encuestas los ciudadanos lo primero que hacen es manifestar su rechazo a Zapatero, pero los últimos sondeos conocidos empiezan a reflejar algo de insatisfacción hacia el PP, probablemente por este asunto”, reconocen fuentes ‘populares’. Con todo, nadie en el PP cree que se pueda perder Valencia.
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