Por Roberto Centeno, publicado en Cotizalia (24/01/2011)
A principios de 2009 en el denominado Informe Sobre Estrategia Nacional de Pensiones, el entonces Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y el Secretario de Estado para la Seguridad Social, Octavio Granados, concluían, sin sonrojarse, que “la Seguridad Social tendrá equilibrio presupuestario hasta 2029 a pesar de la crisis económica, aunque a partir de 2023 será necesario hacer uso del Fondo de Reserva para hacer frente al pago de las pensiones”. Solo un año después, y no de 14 como afirmaban estos ínclitos próceres, los pagos superarían a los ingresos por primera vez desde 1996, cuando Solbes, D. Pedro, dejó quebrada por primera vez la Seguridad Social con un déficit del 2% del PIB y Aznar tuvo que pedir un crédito puente a la banca para poder seguir pagando las pensiones. Ahora, para cubrir el agujero ha sido necesaria la utilización del Fondo de Reserva.Pensiones: hacia una caída de dimensiones desconocidasEn este mes de enero, los ocho millones y medio de pensionistas recibirán la pensión máxima de su vida pero, a partir de febrero, se iniciará una caída cuyo fondo desconocemos, pero que tiene un primer objetivo marcado, un descenso del orden del 25% una vez aprobada la reforma de las pensiones dentro de unos días. Los pensionistas han recibido, o están a punto de recibir, dos pagos extraordinarios por última vez. El primero es consecuencia del ajuste por la inflación, ya que el Gobierno previó una tasa de inflación del 1% para 2010 y la realidad, a noviembre, es que la referencia de actualización había sido del 2,3%. Ello quiere decir que para la pensión media de 2010 de 879 euros al mes, o 12.300 euros al año, se recibirá este mes una paga compensatoria equivalente al 1,3% de esa cantidad, es decir, 160 euros. El segundo: la pensión media para 2011 será un 1,3% superior, es decir, 890 euros mes. No obstante, este es el final.A partir de ahora todo serán recortes. Para empezar, la estimación oficial de inflación en los PGE de 2011 vuelve a ser otra patochada voluntarista (1%), cuando ya estamos en el 3%. Pero ya no importa, porque, excepto para las pensiones mínimas, ya no será tenida en cuenta. Las pensiones quedan congeladas y las subidas de precios ya no serán compensadas ni al principio, como se hacía hasta ahora, con la inflación esperada, ni al final, en enero 2012, con la inflación real. El asunto es mucho peor de lo que cabría esperar para la inmensa mayoría de jubilados, ya que las subidas de precios han venido siendo históricamente del orden del doble de la inflación oficial para las clases de menor renta -dado que la estructura de su consumo se basa mayoritariamente en productos esenciales-, y este año probablemente será del triple (9%), dado que los productos que más suben son los que más consumen las rentas más bajas (alimentos, prendas de algodón, luz, gas y transporte). No obstante, los recortes empezaron mucho antes. Lo que ocurre es que Rodríguez Zapatero y sus terminales mediáticas consiguieron engañar a una mayoría, aprovechando que las bajadas afectaban a colectivos parciales. El Gobierno podía mantener la ficción del Estado Social y todas las demás estafas de supuesta defensa de las clases más desfavorecidas que ha mantenido y mantiene aún el presidente contra toda evidencia. El verdadero Estado Social de Zapatero es que los ricos y los amigos del poder son cada vez más ricos y los pobres, los trabajadores y las clases medias, cada vez más pobres en términos relativos; las diferencia de renta y riqueza entre clases sociales son las mayores en 200 años. Y, para muchos, hasta en términos absolutos. Pues incluso con los datos oficiales del INE, que no reflejan la realidad, más de un 20% de la población, casi diez millones de españoles, viven ya por debajo del umbral de la pobreza. Pues bien, estos recortes empezaron exigiendo cotizar durante un mínimo de 15 años para cobrar pensión, un robo manifiesto, porque lo que han aportado durante este tiempo lo han perdido totalmente. Luego, a las viudas se les redujo la pensión a la mitad y los herederos pasaron a recibir nada. Esto no sucedería jamás con un sistema privado, donde el dinero está a nombre del cliente, y el dinero aportado, poco o mucho, tanto si cotiza un año como si cotiza 40, más la rentabilidad acumulada por el mismo, le serán reembolsados íntegro al cliente, a su viuda y a sus herederos.De las “quiebras parciales” a la “quiebra total”Lo anterior sucedía al principio de la etapa del patriota social Zapatero, quien nos ha llevado a una situación límite. Estas “quiebras parciales” ya no son suficientes para mantener la gigantesca estafa piramidal que representa nuestro sistema público de pensiones, pues el dinero que aportan los nuevos cotizantes se utiliza para pagar a los que causan baja. Cuando el Gobierno se apropió entre 1982 y 1996 de 250.000 millones de euros de las cotizaciones sociales -entonces no existían cajas separadas- para la financiación de las inversiones y el gasto corriente del Estado, dejó el sistema quebrado. Ahora, con el crecimiento imparable del paro, las cotizaciones de la gente que todavía esta empleada ya no son suficientes para pagar a los que salen del sistema. Ya no hay dinero, y la única solución es recortar las pensiones un 25% para empezar. Es decir, una reducción de la pensión media de los 890 euros al mes actuales a 700, que es el efecto útil de la reforma que se aprobará en unos días. Si a esto añaden ustedes una pérdida de poder de compra cercana al 9% para una mayoría de los jubilados que no será compensado en forma alguna, la pensión media en términos reales quedará reducida a poco más de 640 euros, lo que llevara directamente a la miseria a más de la mitad de los pensionistas.Mientras, los sindicatos UGT y CCOO, que jamás han criticado la política de Zapatero y nos han llevado a este desastre, se dedican al intercambio de cromos o al “pacto social”, en lenguaje socialista, porque el dinero se ha acabado: para las pensiones, para mantener el despilfarro autonómico y local y para evitar la quiebra de la mitad del sistema financiero, cuya pérdida estimada en palabras de Rubalcaba “no se acerca en absoluto a esa cifra”- se refería a los 26.000 millones que aparecen en una presentación del FROB para engañar a los inversores - “desgraciadamente la cantidad es muy superior”. Sí, probablemente diez veces más, aunque pérdida no es lo mismo que necesidad de recapitalización, algo que requerirá entre 70 y 120.000 millones, según la UBS, o un mínimo de 75.000, según dijo el presidente del Deutsche Bank al Rey Juan Carlos. Estas son cantidades que ya no podemos abordar, por lo que el dinero externo es imprescindible, y mejor sería pactar con Merkel la entrada de la banca alemana, principal acreedora de las cajas, que mendigar por el Golfo Pérsico como hace la CECA. Mientras tanto, a los jubilados no les rescatará nadie. “¿Para qué?”, pensará el Gobierno, si la mayoría puede seguir votando socialista.Cabe añadir que el déficit de las pensiones mencionado es únicamente en términos de caja, es decir, dinero que entra en el cajón y dinero que sale del cajón a día de hoy. Sin embargo, si la Seguridad Social se gestionara como una empresa, que lo es, las cifras relevantes son sus deudas o compromisos firmes de pago y sus expectativas de ingresos a medio plazo. El asunto sería entonces para cortarse las venas, porque los compromisos firmes de pago acumulados por el sistema equivalen a tres veces el PIB de España. No es necesario tener muchas luces para darse cuenta de que la rebaja de las pensiones en un 25% es solo para abrir boca. Zapatero ha arruinado a esta gran nación para el próximo medio siglo, y la sociedad no es consciente aún de los sufrimientos que se avecinan.
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