Por Ignacio Moreno Aparicio.
“EJEMPLARIDAD PUBLICA” de Javier Gomá.
Editorial Taurus. Pensamiento. 3ª Edición. 2010. 277 Págs.
Javier Gomá Lanzón, nació en Bilbao en 1965. Es Licenciado en Filología Clásica y en Derecho. Doctor en Filosofía y Letrado del Consejo de Estado en excedencia. Actualmente es Director de la Fundación Juan March. Por su primer libro, “Imitación y experiencia” (Pre-textos, 2003; en bolsillo Crítica, 2005), obtuvo el Premio Nacional de Ensayo 2004. Dicho estudio forma parte de una trilogía sobre “el concepto de experiencia de la vida”, que continua en “Aquiles en el gineceo” (Pre-textos 2007), y se completa con el que ahora se presenta en Taurus, “Ejemplaridad pública”. Junto a esta trilogía de “la experiencia” está prevista una monografía sobre “la esperanza” titulada, “Necesario pero imposible”. El autor colabora en revistas y suplementos culturales, y por su artículo “La majestad del símbolo”, obtuvo el XIII Premio FIES de Periodismo.
“EJEMPLARIDAD PUBLICA”: Cuando decimos de alguien que es una persona ejemplar o exigimos ejemplaridad a los políticos y no nos basta con que cumplan la ley, ¿qué valores están operando implícitamente en nosotros?. Aunque la ejemplaridad funciona en la práctica, sin duda, como una de las máximas fundamentales de la vida moral y política, no ha sido hasta ahora objeto de reflexión teórica.
Tras la crítica nihilista a las creencias y costumbres colectivas y tras la deslegitimación moderna del principio de autoridad, la democracia ha renunciado a los instrumentos tradicionales de socialización del individuo –que tan integradores y movilizadores demostraron ser en el pasado- sin haberlos sustituidos de momento por otros igualmente eficaces. En esta situación, ¿por qué razón el hombre actual acepta las limitaciones y los deberes que son inherentes a una vida en común?, ¿Qué estímulos tiene para optar por la virtud y no por la vulgaridad, por la civilización y no por la barbarie?. Nuestra cultura se expresa todavía con el lenguaje de la liberación personal cuando el verdadero problema hoy pendiente es la emancipación moral del ciudadano. La democracia será a la larga un proyecto civilizatorio viable sólo si consigue del ciudadano que sienta en conciencia el deber de adoptar un determinado estilo de vida privada con preferencia a otro.
Este libro propone la ejemplaridad, igualitaria y secularizada, como principio organizador de la democracia moderna. También estudia la especial ejemplaridad en que incurren funcionarios, políticos y, en las monarquías parlamentarias, la figura del rey.
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